PERDERME EN EL TIEMPO

CARLOS FERREYRA CARRASCO

FACEBOOK, jueves 28 de diciembre de 2017.- Me acabo de levantar, porque uno duerme sin el qué voy a hacer mañana, (hasta olvidé mi celular en mi mesa de trabajo, uno se ha vuelto esclavo de esta monserga, y si no se tiene a la mano se siente uno que le falta algo) me gustan mucho más las vacaciones cuando uno no tiene nada que hacer sino “guevonear”, nada que vamos ir a la punta del cerro, ni ir a comer a tal parte o no te puedes perder esto o levántate de madrugada para ir a la laguna de no sé donde y es una cansadera. Mejor en estos días se levanta uno tarde, desayuna lo que haya, eso sí con todo el tiempo para preparar unos huevos con champiñones, con una ramita de epazote, un pan reposado recalentado en un hornito, untado con mermelada de ciruela, un buen café, un jugo de naranja, estoy haciéndole ojitos a un pedazo de panetone, infame, dizque sabe a tiramisú, a lo mejor me lo como hasta el atardecer, escuchar a la Oreja de Van Gogh, con ratitos de Paul Desmond, releyendo a Leonardo Sciascia y poemas de Casa Encendida de Luis Rosales y pensar y salir a caminar a quién sabe dónde y entrar a un café y meterse a una librería y perderse en las mesas y los libreros y el gozo de encontrar un librito apetecible, como decía Renato Leduc, la dicha inicua de perder el tiempo, esas para mi son vacaciones, perderme en el no tiempo, sea aquí o en cualquier parte del mundo.

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