COSA DE PRENSA  / Árbol genealógico

 

 Paúl Velázquez, reportero que hizo la pregunta cuya respuesta puede cambiar a México.

 

  • Medios de comunicación a juicio

  • Les quitarán dinero y publicidad

  • El “manotazo” que falta a AMLO

 

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

Miércoles 26 agosto 2020.- Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador identifique al árbol genealógico del orden mundial, como ha hecho con el de la corrupción y la impunidad, México despertará a la prosperidad.

 

Ahí se dará cuenta que son dos los ejes principales de ese orden mundial establecido después de la Bretton Woods, EEUU, en 1944 y clandestinamente formalizado en Oosterbeeck, Holanda, en 1954, por Rockefeller, Rothschild y las 128 celebridades más ricas del mundo.

 

Y el Congreso de la Haya en Zúrich, Suiza 1948, donde Winston Churchill proclamara: “Hace falta un remedio milagroso que transforme por completo la situación y que, en unos años, cree una Europa libre y feliz… Debemos construir unos Estados Unidos de Europa”.

 

Bretton Wood fue la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, origen del Banco Mundial, el FMI y la ONU, gracias a la cual el peso mexicano se cotizó en 12.50 frente al dólar desde 1954 hasta 1976, como bien recordara ayer en la mañanera nuestro respetado amigo periodista Carlos Pozos.

 

La Haya, la Segunda Guerra Mundial había devastado al Viejo Mundo y no quería que algo semejante se repitiera, y nació lo que hoy es la Unión Europea, a la que por el Brexit solo falta el anfitrión ideológico.

 

Oosterbeeck, sus principales decisiones son acordadas entre mayo y junio de cada año en cualquier lugar del mundo. Desde 1954 solo han dejado de reunirse para deliberar los acuerdos globales en 1976 y en 2020; por corrupción y pandemia.

 

Los dos principales ejes del árbol genealógico del orden mundial, premisas fundamentales de aquellos manifiestos de la Bretton Woods, La Haya y Oosterbeeck, son:

 

1.-Acuerdos globales secretos

 

2.- Y medios de comunicación.

 

De esos acuerdos surgieron la ONU en 1948 y la OTAN en 1949, el gobierno global y su brazo militar, por donde pasa todo lo que ocurre en el mundo, sin oposición de ningún escritorio presidencial, de primeros ministros o jefes de Estado.

 

Y todo lo difunde la prensa mundial -escrita, radio, televisión, web- cuyos propietarios forman parte de ese directorio, como el Grupo Prisa de España con El País, Times de Londres, NYT, Washington Post, Le Monde, Frankfurter Allgemeine, Televisa, Reforma, Proceso, entre otros- con una sola misión:

 

-Inundar al mundo con sus acuerdos, como el del caos pandémico para generar pobreza y obtener más ganancias, y desacreditar todo lo que se oponga denunciándolo como “conspiranoico”, desde Tesla hasta Assange y Snowden.

 

Desde este punto de vista, los medios de comunicación en México y el mundo son “la gobernanza verdadera”, que no necesita del dinero de la publicidad de los gobiernos, tal y como podemos observarlo en México.

 

Hay dos ejemplos muy claros: Proceso, de Julio Scherer, que nació sin publicidad de Luis Echeverría pero se sostuvo con el apoyo de Juan Sánchez Navarro, ideólogo del sector privado; y Reforma, repudiado en la capital pero patrocinado por el Grupo Monterrey.

 

Es aquí donde a Andrés Manuel López Obrador le falta una buena reflexión.

 

Ayer, presumiría en la mañanera que se ha dejado de pagar publicidad a los medios de comunicación tradicionales y ahorrado unos 20 mil millones de pesos.

 

Sin embargo, su gobierno no ha evitado “pagar para que le peguen” tan solo en 2019 la cantidad de tres mil 245 millones de pesos, según Artículo 19, principalmente a los locales medios del orden mundial como las televisoras.

 

Ayer le preguntaron: “Presidente, ¿y por qué no acabar con la publicidad gubernamental a todos los medios? Eso nos haría independientes y libres si no se dependiera de esa publicidad”.

 

Respondió López Obrador: “Vamos a analizarlo, no lo descartemos.

 

“Pero yo soy partidario que si se destina una cantidad para garantizar el derecho a informar pues tiene una justificación, además el pueblo tiene que estar informado y esa es la función de los medios, y además en muchos medios se trabaja, es empleo”.

 

Reiteramos muy respetuosamente, es aquí donde Andrés Manuel demuestra que no está enterado cuál es la verdadera naturaleza de los medios de comunicación, ni cómo les llega el dinero de fuentes distintas a las gubernamentales.

 

En su opinión, se requiere un cambio de mentalidad mas no se acepta; “pero ahí, van a ir entendiendo poco a poco que son otros tiempos; ya es otra la sociedad”.

 

El reportero insistió: “Es ilógico que siga el gobierno alimentando al monstruo de mil cabezas… A los adversarios de México ya casi nadie los ve y usted lo ha demostrado en varias ocasiones, ha puesto los videos porque nadie los ve a ellos”.

 

La pregunta fue: “¿Estaría usted dispuesto a que todos los entes del gobierno federal suspendan de inmediato este tirar de dinero a la basura y utilicen sus propios medios digitales por ni un peso más a los adversarios de México, Presidente?

 

Andrés Manuel López Obrador respondió: “Lo vamos a analizar, lo vamos a estudiar, vamos a verlo”.

 

LA COSA ES QUE…

 

Nada pasaría si una transformación verdadera incluyera la suspensión total de la publicidad a los medios de comunicación de todo el país, nada, nada.

 

El poder económico tiene muchos más alcances que cualquier gobierno del mundo. Sobrevivirían los más fuertes y México sería otro. Así que, que no le tiemble la mano Presidente, pregúntele a la gente.

 

Qué tal.

 

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