COSA DE PRENSA

 

 

 

 

 

 

Héctor Quiroz García. (Foto tomada de La Jornada Aguascalientes)

 

 

 

 

 

 

 

  • “A los amigos, justicia y gracia”
  • “A los enemigos, la ley a secas”
  • El Premio Estatal de Periodismo

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., miércoles 26 de octubre de 2017.- En términos muy generales, el sistema político mexicano ha sido implacable con la deslealtad y la ingratitud, desde -por ejemplo- los del juarismo encabezados por Maximiliano, a los que el Benemérito aplicaría esta regla: “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, la ley a secas”. Todos eran enemigos de todos en la Revolución Mexicana: Madero de Díaz, Zapata y Victoriano Huerta de Madero, Villa y Carranza de Huerta y Felipe Ángeles, Adolfo de la Huerta y Álvaro Obregón de Carranza, Carranza de Villa, Calles de Obregón, De la Huerta de Obregón y así, hasta llegar a Carlos Salinas de Gortari que le pusiera Ernesto Zedillo Ponce de León una enorme piedra en el zapato llamada “El error de diciembre”. En la Revolución todos fueron enemigos de todos. ¿Entonces, por qué espantarse de que un modesto líder del Partido del Trabajo, Héctor Quiroz García, haya sido detenido por la comisión de equis delitos federales? Esa labor, la de perseguir a “los enemigos del sistema”, la conocía muy bien Fernando Gutiérrez Barrios, cuya reminiscencia nos hace regresar a Antonio Piña Velasco y su Círculo Negro, según el cual no solo se impediría que Miguel Alemán impusiera como sucesor a Fernando Casas Alemán, sino que en la Guerra Fría de los 70’s la policía política conocía muy bien quiénes eran los enemigos del sistema. En otras palabras, porque el punto no es éste -como decíamos- el sistema político es implacable contra sus enemigos. Y como para nosotros no existen las casualidades, resulta estratégico que con el escándalo del dirigente aguascalentense del PT, Héctor Quiroz, el sistema descalabra a dos pájaros con una sola pedrada; el otro es “el choque de trenes” en el Senado, donde los partidos de oposición luchan desesperadamente por no perder a su aliado en la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, Santiago Nieto Castillo, atrás de las derrotas históricas del priismo… Deslealtad e ingratitud para el PRI en Aguascalientes fue sacrificar el triunfo de Gregorio Zamarripa Delgado, no solo para impedir que Rafael Ochoa Guzmán, escudero de Elba Esther Gordillo Morales, llegara al Palacio Legislativo de San Lázaro, sino también para que el Partido del Trabajo no perdiera su registro, como de hecho ya se había perdido en las urnas. El PT se olvidó de pagarle al PRI esa “factura” y se fue alegremente con por la libre, aliándose a la corriente populista de Andrés Manuel López Obrador. Caería en lo que los ancianos del pueblo condenaban: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”… Entonces, sí; no se equivocan quienes afirman que la situación penal de Héctor Quiroz no es otra cosa que una maniobra política, por supuesto que lo es, como es también no saber hacer política, donde –como en la vida- nada es regalado y todo se paga, y quien se olvida de pagar así les va.

LA COSA ES QUE…

Y pensar que en Aguascalientes la clase política todo lo quiere regalado. Mire Usted si no, al iniciarse la LXIII Legislatura del estado, donde una parvada de legisladores pájaros de cuenta no saber hacer las cosas, arremetió contra muchos periodistas y, para no quedar marginados de la reelección, ahora los quieren barbear con el Premio Estatal de Periodismo, que evidentemente, carece de la mínima calidad moral indispensable; qué tal.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *