De Memoria

AGUAS CON LOS MINEROS…

Carlos Ferryera Carrasco

CIUDAD DE MÉXICO, lunes 29 octubre 2018.-Los mineros ya tienen senador, un canadiense por adopción que huyó de México después de arramblar con 50 millones de dólares que pertenecían a las bases trabajadoras, a las que representaba en su calidad de heredero de papi Napo.

La historia es muy conocida por los métodos ilegales por los que el entonces director de la Casa de Moneda y coyote de diversas casas de bolsa (conocidos también como bolseadores) arribó a la dirigencia sindical.

Según los estatutos Napoleón Gómez Urrutia, hijo de Napoleón Gómez Sada cuyo título era de “líder vitalicio”, nunca trabajó en las minas. Pero para alcanzar el mando sindical, se le habilitó con nóminas falsas, aunque ni acumuló los cinco años de antigüedad imprescindibles.

Gómez Sada murió el 11 de octubre de 2001. Sin preámbulos lo sustituyó su bebé al que se le acumularon desgracias. Bueno, a sus agremiados. Estas desgracias, de la mano del Grupo México cuyos antecedentes se remontan a Barroterán, 1969, explosión que causó la desintegración de 153 mineros en dos de los tiros de la mina. Los cuerpos se enterraron en ataúdes sellados.

Napo el pequeño, como lo motejaban los senadores cuando regalaba monedas conmemorativas de la empresa o cial que dirigía acuñando toda suerte de insignias y monedas; fue acumulando desgracias que para sus escarcelas resultaron benéficas.

Los 50 millones mencionados fueron por una indemnización que nunca llegó a los bolsillos de los afectados. Napo huyó, se convirtió en coyote para facilitar la entrada de los canadienses para explotar a cielo abierto degradando la ecología, afectando el paisaje y cancelando las formas de vida de las comunidades agrícolas.

En febrero de 2006 explotó Pasta de Conchos, donde los trabajadores advirtieron sobre las concentraciones de gas, superiores a las que les garantizaban relativa seguridad.

El 16 de ese día quedaron sepultados 65 mineros a los que la empresa se negó a rescatar aduciendo que una institución gringa, había decidido que era imposible encontrar a nadie con vida.

Apenas fueron rescatados dos cuerpos luego de varios meses de hurgar en la parte exterior del socavón.

Otra hazaña de Grupo México en tiempo de Napito: Dos ríos que provocan enfermedades cutáneas y de otro tipo, pero la empresa rechaza indemnizaciones y las pensiones. Los son el Sonora y el Bacanuchi, año de 2014 con perjuicios insolubles a siete poblaciones.

A pesar de las pruebas de irresponsabilidad empresarial, no hubo corrección de vertederos. Los mineros fueron expulsados del IMSS. Los canadienses, felices con su legislador privado.

carlos_ferreyra_carrasco@hotmail.com

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