COSA DE PRENSA / La Sucesión Presidencial 31

“Pronto lo sabremos”, dijimos el pasado viernes al cuestionar el encuentro del presidente Andrés Manuel López Obrador con el propietario de Televisa, Emilio Azcárraga Jean.

 

 

  • No hubo arrodillamiento presidencial
  • Fue atacado y replicó como siempre
  • Parecía pero no hubo “alto al fuego”

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

Lunes 16 agosto 2021.- “Pronto lo sabremos”, dijimos el pasado viernes al cuestionar el encuentro del presidente Andrés Manuel López Obrador con el propietario de Televisa, Emilio Azcárraga Jean.

Dijimos que a través de un convenio del Gobierno Federal con Teletón, señalado de beneficiario de la devolución de cuantiosas fortunas cobradas por el Sistema de Administración Tributaria vía impuestos a grandes empresas donantes, “trabajarán juntos por el bien de la niñez discapacitada”.

Nos preguntábamos si aquello sería: “¿Se trata del fin de una guerra o del principio de otra? Igual, si: “¿El poder mediático que describe Genaro Villamil ha arrodillado también al presidente Andrés Manuel López Obrador?

Lo bueno es que en la 4T, como en la nueva ciencia política, las cosas no son lo que parecen.

 

Por ejemplo, la semana pasada también visitó Palacio Nacional un gabinete de funcionarios de primer nivel del Gobierno de Estados Unidos, con el propósito de una buscar y hallar una mejor relación comercial después de cinco años de congelamiento.

 

Pero la realidad es otra, muy semejante a aquella planteada por el vicepresidente de EEUU en 2006, Al Gore, acerca de las amenazas del cambio climático, o como él le llamó para aterrorizar al mundo: “Una verdad incómoda”, fabricada nada más para sacarle dinero a los países que buscan industrializarse más.

 

Mientras el Presidente López Obrador puja por la ayuda norteamericana hacia Centroamérica y la región mismo, la administración estadunidense no solo ignora los reclamos del Gobierno mexicano acerca de su financiamiento a grupos adversarios al Presidente López Obrador, sino que presiona porque México acelere el paso hacia la transición a vehículos automotores que no consuman gasolina y que ellos ya están fabricando en grandes cantidades.

 

Pero volviendo a la mañanera del pasado viernes en la cual el poder económico parecía que había arrodillado al Presidente López Obrador, al proponer un convenio aparentemente humanitario, pero mercantilista en el fondo, porque busca la devolución de impuestos a grandes empresarios donantes del Teletón 2020, se esperaba también un “alto al fuego” en la guerra de AMLO con los conservadores, pero no ocurrió así: El Universal “tiroteó” y el Presidente respondió.

 

El Presidente diría: “Vean los periódicos, están hablando ya de contagios de niños. Ojalá y nunca pase, toco madera, pero si fallecieran los niños por COVID, no, se alebrestarían los opositores, continuaría el predominio de la época de los zopilotes, los tiempos de zopilotes, así, a ese nivel de irracionalidad, y todo por el dinero”.

 

López Obrador, al igual que muchos mexicanos conscientes, se cuida de otro tipo de “pandemia”. Diría:

 

“Les aseguro que no he visto los medios porque yo tengo otra manera de informarme, porque además me tengo que proteger, imagínese, por salud mental no voy a estar leyendo al Reforma o al El Universal, me tengo que cuidar, me protejo, no los he leído”.

 

Más adelante, diría:

 

“Va a contestar la maestra, nada más que antes yo quiero introducir, quiero decir que es notorio cómo la prensa conservadora se ha lanzado en contra de este propósito de regreso a clases presenciales, ya lo agarraron de bandera”.

 

En otra parte resaltaría:

 

“También esta asociación que es ‘Juntos a Favor de la Corrupción’, o no sé cómo se llama, la de Claudio X. González, ‘Mexicanos a Favor de la Corrupción’, dice que las escuelas están vandalizadas, que no están en condiciones, hablan de cinco mil escuelas en esas condiciones”.

 

Sí, pero tenemos que acondicionarlas.

 

Para el Mandatario el problema es otro:

 

“Pero los opositores, que no vuelven en sí, sino en no siempre, lo tengo que seguir diciendo, es porque les daban mucho dinero, porque se dedicaban a robar, a saquear, se quedaban con la mayor parte del presupuesto, que es dinero del pueblo, y ahora que el presupuesto se le destina al pueblo y ellos ya no pueden medrar están muy molestos.

 

“Imagínense, si en el gobierno del presidente Peña Nieto El Universal recibió mil 450 millones de pesos y ahora no recibe ese dinero, porque lo estamos entregando a la gente humilde, a la gente pobre, pues están muy molestos”.

 

Sin embargo, el Presidente ve “el vaso medio lleno”:

 

“Es hasta interesante, no cabe duda de que estamos viviendo momentos estelares en la historia de México. ¿Cuándo se había visto esto? Nunca.

 

LA COSA ES QUE…

 

Nos place equivocarnos en la presunción sobre el arrodillamiento presidencial; en ningún sentido es bueno, como no lo fue en el pasado con todos los presidentes de la República, después de los Regímenes Estabilizadores en 1970.

 

Qué bueno.

 

Después de 1909 en que el presidente Taff intentara poner una base naval en Ensenada y que Porfirio Díaz se lo impidiera, porque “México es un país libre y soberano”, no había habido un Presidente de la República que le quitara el hipo al Tío Sam, como lo hace AMLO desde 2018 y más señaladamente en estas fechas, ante el presidencialismo estadunidense más ilegítimo de la historia.

 

Y tampoco no van a ser Televisa, ni El Universal o Reforma, los que impidan combatir a la corrupción y la impunidad.

 

Qué tal.

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