COSA DE PRENSA / La Sucesión Presidencial 25

Los expresidentes serán juzgados y no habrá en 2024 ningún argumento más poderoso para ganar la Sucesión Presidencial que éste.

 

 

  • Nadie como AMLO para grillar
  • Ni Diego, ni Porfirio, ni Monreal
  • Ni la gran prensa alineada junta
  • “¿Estás conmigo o contra mí?

Javier Rodríguez Lozano

Lunes 2 agosto 2021.- Claro que no es una consulta nada más, es más, mucho más: la habilidad política del Presidente para hacer su mejor campaña, por eso no lo dejaban llegar desde 2006.

No porque fuera “un peligro para México”, como decía el español neoliberal Antonio Solá, asesor de Mariano Rajoy y del periódico vocero Bilderberg, sino porque, de plano, es mucha pieza y nada iguala al peje; pero eso cae tan gordo.

A quienes nos gusta la política, tendremos que reconocerle, que en eso de mover las piezas del ajedrez político, no hay quien se le ponga enfrente.

Vaya, ni los Fernández de Ceballos, más habladores y argumentativos que certeros y convincentes; o los Muñoz Ledo, con mucha biblioteca de adorno, pero excesiva egoteca y moral vacía; ¿y qué decir de Monreal Ávila, político pueblerino que creció silvestre, en un desierto de principios e ideas; que cuando quiso no pudo y ahora que quiere tampoco podrá, según don Teofilito?

En resumen, no hay adversario de peso, vaya, ni Alfonso Zarate, garbanzo de a libra que refleja seriedad y simpatía, pero nomás.

O a menos que le pongan enfrente a articulistas, editorialistas y calumnistas de la gran prensa nacional e internacional, que le dicen al mundo y a la borregada qué deben pensar; y si a alguien se le ocurre pensar diferente, es “conspiranoico”, tal y como acuñara el Club Bilderberg desde 1958 en Oosterbeck, Suiza, para estigmatizar a sus opuestos, más de siete mil millones de personas.

“México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, lamentaba Alan Rilding, corresponsal de The New York Times en su Vecinos distantes

México, revolucionario sentimentalmente, pero ultraconservador en los hechos, y eso no le ha permitido crecer, porque no lo dejan.

Unos cuantos mexicanos deciden y la gran mayoría, más del 90% que reportaba Alejandro Humboldt en su tiempo como los más pobres, tiene que apechugar, “pagar los platos rotos”, que en los últimos 200 años son demasiados.

¿Por qué espantarse cuando se le pregunta al pueblo si hay que enjuiciar a sus expresidentes, cuando pueblos más modestos, discretos y menos desarrollados en el ámbito latinoamericano, han puesto rejas entre sus exmandatarios y sus pueblos?

Son cotidianas las críticas en las mañaneras, en contra de quienes acuden a los templos y se rasgan las vestiduras, pero en los hechos, odian a los pobres y quieren que siempre les vaya peor, y si hay alguien que los quiere ayudar se le echan encima con todo.

Triste condición de ser, no del mexicano, sino del humano, que es todo, menos eso: humano.

Esa es la lucha que estamos viviendo en México en este primer año de la tercera década del tercer milenio, una auténtica guerra espiritual entre el bien y el mal, que no solo se libra en la tierra, sino también en otros planos superiores, pero de eso no hablamos porque espantamos a las mentes cuadradas.

México católico, cristiano, religioso, acepta -pero no comulga con- el Evangelio de Lucas que describe el exorcismo de Jesucristo a un mudo, que en cuanto se le salió el demonio empezó a hablar.

Jesús escuchaba espiritualmente lo que pensaban los fariseos, semejantes a los adversarios de AMLO, y les dijo:

“Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podría subsistir su reino? …El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”.

Esta frase del Hijo del Hombre tiene miles de años de vigencia, la evolución mundial muestra su certidumbre, pero un pueblo como el nuestro, guiado por los medios de comunicación convencionales, prefiere desparramar y que sus casas se caigan unas sobre otras.

Por eso no será raro que este lunes conozcamos que sí, que la gente -aunque muy poca en relación al tamaño del pueblo- que sí está de acuerdo en que se enjuicie a los expresidentes de la República.

Y quienes no votaron y están en contra, simplemente están a favor de la corrupción y la impunidad, porque de alguna forma los expresidentes de los viejos regímenes los favorecieron con componendas, con cochupos, con negocios; con dinero mal habido, y eso es lo que les gusta, el dinero mal habido. Pues, con su pan que se lo coman.

LA COSA ES QUE

Los expresidentes serán juzgados y no habrá en 2024 ningún argumento más poderoso para ganar la Sucesión Presidencial que éste.

¿Estás con México o estás contra México? Ya no es una pregunta dubitativa ni misteriosa; ahora todos sabemos de qué lado estamos.

Qué tal.

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