COSA DE PRENSA / La Guerra Fría 2.0

 

  • OTAN se ejercita como nunca en 35 años
  • China y Rusia, geopolítica antes que nada
  • Igual Donald Trump y Claudia Sheinbaum

 

Javier Rodríguez Lozano

CIUDAD DE MEXICO, miércoles 24 enero 2024.- Es poco común que olvidemos o soslayemos una fuente, cuando nunca hemos escrito sin citarla, sin embargo ahora da flojera, pero la geopolítica -ahora más importante que antes para explicar las ciencias políticas globales- dice que ya estamos en La Guerra Fría 2.0; es decir, “de última generación”.

 

Y nos preguntamos por qué:

 

Encontramos varios escenarios, uno que explica por qué la Organización de Tratado Atlántico Norte, la OTAN, “realiza sus mayores ejercicios militares en 35 años”.

 

Es decir, prácticamente tuvieron que pasar cinco presidentes de los Estados Unidos, a quienes no les preocupara desplazar esa poderosa fuerza militar integrada por los 31 países más importantes en América y Europa -de los 200 alineados a la Organización de Naciones Unidas, la ONU- hasta que llegara en 2020 Joe Biden, quien sí la ha movilizado, pero no para mantener la paz, sino para impedir el expansionismo chino y ruso.

 

A George H.W. Bush (1924-2018), Bill Clinton (1946), George W. Bush (1946), Barack Obama (1961) y Donald Trump (1946), no les preocupó mover tanto a la OTAN como ahora lo hace Biden, adicionalmente y más importantes para él, porque está en campaña electoral para los comicios de noviembre próximo, en los que su antecesor, Trump, le lleva amplia ventaja.

 

Estos ejercicios (los de la OTAN) son un elemento más de la guerra híbrida desatada por Occidente contra Rusia”, habría dicho recientemente el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Alexánder Grushkó.

 

Y explicó que la magnitud de los ejercicios, con clave operativa “Steadfast Defender 2024”, marca el regreso de la alianza a los esquemas de la Guerra Fría -que en 1949 motivaran precisamente su fundación, decimos nosotros- centrados en el desencadenar una confrontación con Rusia.

 

Se trata de la movilización de 90 mil efectivos, “que pretenden demostrar sus capacidades para reforzar la zona euroatlántica, mediante el desplazamiento trasatlántico de fuerzas desde Norteamérica”, diría el funcionario ruso.

 

Los medios de comunicación rusos difundieron que el ministro de Defensa alemán, el comandante en jefe de Suecia y el presidente del Comité Militar de la OTAN, “hicieron declaraciones irresponsables sobre una posible guerra con Rusia, para la que los habitantes de Europa ‘deberían prepararse”.

 

Mientras eso sucede en el frente Occidental, la prensa oficial del País del Dragón informó del desarrollo de “El proyectil soñado”, pero infructuoso porque no lograron conseguirlo, de la Armada de Estados Unidos.

 

Se trata -dice The Global Times desde Beijin, de un obús inteligente, propulsado por un cañón electromagnético, capaz de alcanzar velocidades Mach 7.

 

Es un proyectil inteligente para armas de energía cinética (es aquella que posee un cuerpo o sistema creado por su movimiento), que fuera abandonado previamente por investigadores estadunidenses, de acuerdo al South China Morning Post.

 

“Este obús, propulsado por un formidable cañón electromagnético, sería capaz de alcanzar velocidades Mach 7 y podría cambiar por completo el panorama militar. A lo largo de su vuelo, puede recibir de manera estable señales del sistema de navegación satelital BeiDou y ajustar continuamente su trayectoria, manteniendo un margen de error de menos de 15 metros hasta alcanzar su objetivo, según sus creadores”, dice la citada fuente.

 

Y por si fuera poco, en días pasados China presentó un super portaviones al estilo de Star Wars, capaz de sustituir una flota, integrado a los simulacros y entrenamientos de sus fuerzas armadas en el mar.

 

O sea que la guerra rusa en Ucrania, israelí en la Franja de Gaza y la secesión en Taiwán, así como el convulsionadop Yemen y las agitadas aguas del Mar Rojo, no son los únicos escenarios flamígeros del globo.

 

LA COSA ES QUE…

 

Otro de los cambios que está experimentando el mundo muy velozmente es que poco a poco, de manera paulatina e imperceptible, pero inobjetable y concreta, las ciencias económicas están siendo desplazadas por la geopolítica, lo que supone que ya no será el momento de la economía de un país la que decida unas elecciones -como en Estados Unidos en 2020 para salvar al dólar y Argentina con Milei para hundirse más, por ejemplo- sino la geopolítica, como ocurre desde hace más de una década en la China de Xi Jinping y la Rusia de Vladimir Putin.

 

¿Ocurrirá lo mismo en los Estados Unidos de Donald Trump y el México de Claudia Sheinbaum, al retornar el primero de ellos a la Casa Blanca y continuar la segunda, con la Cuarta Transformación, antes de que termine 2024?

 

En este espacio no tenemos la menor duda.

 

Temas profundamente geopolíticos, antes que nada.

 

Qué tal.

 

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