COSA DE PRENSA / La corrupción española

 Juan Luis Cebrián, fundador de El País

 

  • Durmiendo con el enemigo

  • La historia del Grupo Prisa

  • ¿Vendrá otra Noche Triste?

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

Viernes 28 agosto 2020.- El español Grupo Prisa se alarmó porque sabe que con Miguel Alemán perderá su privilegio que le había vendido Emilio Azcárraga Jean, de decirle a México qué debe pensar del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

 

Con el mayor de los respetos, en 500 años los mexicanos no hemos aprendido, hoy seguimos entregándole a los españoles nuestro más preciado oro a cambio de cuentas y espejitos.

 

¿Quién es el Grupo Prisa?

 

Más allá de apoderarse fraudulentamente del periódico cooperativado La Prensa en 1993, con apoyo del publirrelacionista presidencial Manuel Alonso y el banquero Carlos Abedrop Dávila, para ser “absorbido” tres años después por otro español, Mario Vázquez Raña, la historia del Grupo Prisa en México es vergonzante.

 

En 2001 le compró al joven Emilio Azcárraga el 50% del más importante grupo radiofónico, Radiópolis, con la facultad exclusiva de controlar los contenidos editoriales y periodísticos, políticos pues, dejándole al heredero del Tigre Azcárraga solo la parte burocrática.

 

Y por supuesto, desde ahí el Grupo Prisa influye subterráneamente en los contenidos editoriales de Televisa, mejor expuestos por Carlos Loret de Mola, Leo Zuckerman y todos sus analistas antigobiernistas, algunos no solo implicados en el mal periodismo, sino hasta en crimen organizado.

 

Raquel Alatorre Correa, con cartas del subdirector de Información de Televisa, Amador Narcia -hoy columnista de El Universal– fue detenida con 17 personas más en agosto de 2012 en Nicaragua, a bordo de seis vehículos donde llevaban nueve millones 256 mil dólares.

 

El Grupo Prisa es el principal corporativo de medios del mundo, a través de Juan Luis Cebrián, quien en 2017, al ser defenestrado, asistiría por última vez, la cuadragésima, a la reunión anual de los 130 personajes más ricos del mundo que grillan anualmente los destinos del mundo.

 

 

Daniel Estulin, autor de una treintena de libros al respecto, describe un enlistado de notables asistentes en el prólogo de, Los secretos del Club Bilderberg, editado en 2008:

 

“En 1954, muchos de los hombres más poderosos del mundo se reunieron por primera vez bajo el patrocinio de la familia real de Holanda y la familia Rockefeller… Se bautizaron a sí mismos como Club Bilderberg…

 

“Entre los miembros actuales  de este selecto club se encuentran Bill Clinton, Paul Wolfowitz, Henry Kissinger, David Rockefeller, Ángela Merkel, Jacques Chirac, Donald Rumsfeld, Tony Blair y George Soros…

 

“Periodistas y españoles de primer nivel como Rodrigo Rato, Matías Rodríguez Inciarte, Juan Luis Cebrián, Joaquín Almudia…”

 

El 29 de septiembre de 2008, el periodista radiofónico Néstor Busso, vocero de la argentina Coalición por una Radiodifusión Democrática, publicó en el portal Alainet:

 

“Los abusos del Grupo Prisa. Libertad de expresión o impunidad”. Escribió:

 

“En estos días asistimos a una embestida de los grupos económicos que controlan gran parte de los medios de difusión en Argentina. No es nuevo. Algo similar ocurre en otros países de nuestra América Latina.

 

“Las corporaciones pretenden imponernos un discurso único funcional a sus intereses. Cuando desde el Estado se les pone algún límite hablan de censura y de atentados a la libertad de prensa.

 

“Uno de los grupos empresariales que más ha crecido en los últimos años en todo el continente es el español Prisa. Ese grupo ahora quiere aparecer como víctima de persecución por parte del Estado nacional porque no se aceptó un pedido que efectuó para violar la Ley.

 

“Pero, vamos por partes: ¿Qué es el grupo Prisa? ¿De dónde sale?

“Lo que comenzó en 1958 con la Editorial Santillana tuvo entre enero y junio de 2008 ingresos de explotación por más de 2.000 millones de euros.

 

“Prisa edita el diario madrileño El País, los periódicos españoles Cinco Días (económico) y As (deportivo) junto a otros veinte diarios locales, la Cadena Ser, 40 Principales y, a través de Unión Radio, la mayor red de emisoras de lengua española en Estados Unidos, México, Colombia, Costa Rica, Panamá, Argentina y Chile.

 

“Prisa controla más de 1.000 emisoras, entre propias y asociadas. En Argentina compró AM Radio Continental (se dice que por 12 millones de dólares), una de las más potentes de Buenos Aires, transmitiendo para una cadena de innumerables radios de todo el país, muchas de ellas sin licencias”.

 

El poder mediático de este grupo español es absoluto en América Latina, decimos nosotros.

 

En otra parte subraya Busso: “Los planes radiofónicos de Prisa involucran una expansión o en toda América Latina… y en el mundo hispano de EEUU, a través de una nueva empresa llamada Unión Radio. Además controla el 50% de la compañía Mexicana Televisa”.

 

LA COSA ES QUE…

 

Unas cuantas líneas genialmente escritas resumen cuatro décadas de fechorías de Juan Luis Cebrián y con él, del Grupo Prisa.

 

Fueron publicadas el 8 de mayo de 2016 por el periodista Jesús Cacho, y actualizadas al 22 de noviembre de 2017, cuando Cebrián fuera

renunciado a la dirección general de El País, después de haber sido implicado en Los Papeles de Panamá; un año después sería echado del Grupo Prisa.

 

El “sujeto” es Cebrián. Leamos:

 

“Muy bien podría el sujeto hacer suyo el speech del gran Al Pacino en ‘Un domingo cualquiera’, la película de Oliver Stone: He cometido todos los errores que un hombre de mediana edad puede cometer, he despilfarrado gran parte de mi dinero, he echado de mi vida a todo el que me ha amado, he quebrado la empresa que pusieron en mis manos y he arruinado a los hijos del fundador, he sembrado cizaña en los múltiples surcos de esta España en perenne barbecho, y mi nombre ha aparecido también flotando en las aguas muertas del mar de Panamá. Últimamente ni siquiera soporto la cara que veo en el espejo, pero como el resto de prohombres del Régimen, reclamo mi derecho a la impunidad para no ser menos. Y mi determinación de seguir al mando, obligado como estoy a demostrar a las nuevas generaciones que no soy el bandido corso de Elba sino el Bonaparte de los jardines de las Tullerías. Así muere un Régimen tras 40 años de mala vida. Solo con humor podremos seguir respirando en esta maltratada España nuestra”.

 

Este texto es también, una oda que lamenta la corrupción española después de Franco.

 

Qué tal.

 

 

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