COSA DE PRENSA / Guerra espiritual

 El español Antonio Fortea, San Miguel Arcángel de nuestro tiempo, en el magno exorcismo a México en la catedral de San Luis Potosí, el 20 de mayo de 2015; estruendoso fracaso.

 

 

 

  • ¿Guadalupe se fue de México?
  • Nada es lo que parece
  • Lo esencial es invisible a los ojos
  • Caras vemos, corazones no sabemos

 

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

 

Lunes 13 septiembre 2021.- “Solo Dios sabe lo que realmente está pasando en México”.

 

Seguramente eso exclame la religiosidad de gran parte de mexicanos, la mayoría, aunque inexplicablemente sea indiferente ante la feroz guerra espiritual que vivimos, en la que, “quien no está conmigo, está contra mí”, dice Jesucristo en los evangelios.

 

Los pensadores de las redes sociales dicen hoy que: “En esta vida no toda distancia es ausencia, ni todo silencio es olvido; aprende que casi nada es nunca lo que parece”.

 

Prefiero a El Principito de Antoine Saint-Exupéry, que decía algo así como: “Solo el corazón ve, lo esencial es invisible a los ojos”.

 

También en estos días, desde el pasado 21 de diciembre de 2020, muchas personas en todo el mundo, que sin proponérselo (quizá su fondo de sufrimiento o aprendizaje sea la causa, según se quiera ver) están atravesando el umbral de la cuarta a la 5ª Dimensión, y abriendo su mente exponencialmente para comprender mejor lo que está pasando.

 

Con algo de crecimiento espiritual, por mínimo que sea, se entenderá que vivimos tiempos de una feroz guerra en el mundo donde nada es lo que parece y solo lo esencial es invisible a los ojos; naturalmente, sin esto nada es comprensible; nada es lo que parece.

 

A lo mejor en alguna vida pasada fui sacerdote porque no me cuesta ningún trabajo desarrollar estos argumentos y el ridículo público me es indiferente, el atrevimiento satisface mucho más, porque quiere llevar un poquito de luz a impenetrables túneles en la penumbra, con insondables fondos de adversidad.

 

“En una casa grande y oscura con un foco prendido es suficiente”. Esto es México en estos momentos y nuestro intento, un tímido pero vivificante resplandor.

 

Hagamos micro historia para recordar un macro exorcismo a México, que de acuerdo a declaraciones del cardenal Juan Sandoval Iñiguez a periódicos como El Universal, sería el primero en el mundo en la historia del cristianismo.

 

Sin embargo, como es fácil de entender, nosotros decimos que no es cierto: El primer magno exorcismo dedicado a una ciudad y no a una sola persona, lo practicaría San Francisco de Asís (1182-1226) en el poblado italiano de Arezzo.

 

Giotto inmortalizaría con un fresco en la cúpula (1290-1300) de la catedral de la citada ciudad, el primer magno exorcismo, que muestra la huida de los demonios ahí congregados en el fragor de una guerra civil.

 

¿Qué tal? Más de 700 años de historia en unas cuantas palabras.

 

En abril de 2007 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal legalizó el aborto hasta las 12 semanas, un años después la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo declararía constitucional.

 

De unos 70 mil homicidios con el foxismo la tasa se dispararía a más de 132 mil con el calderonismo, Su Santidad sería informado por Gabriel Amorth, el mayor exorcista del mundo, que la causa era que la Virgen de Guadalupe estaba mucho más que ofendida por el aborto.

 

“Un pueblo guadalupano hasta los huesos, sorpresivamente le daba la espalda al guadalupanismo, qué ingratitud”, pensaría el Santo Padre, porque llamaría a Juan Sandoval Íñiguez a que lo explicara.

 

El polémico prelado tapatío respondería al Sumo Pontífice con una “metáfora existencial”, es decir, le enviaría a Ángel, un michoacano de 43 años de edad poseído por siete demonios -explicaría luego Amorth a Francisco- y el domingo 19 de mayo de 2013, el Sumo Pontífice lo exorcizaría en plena Plaza de San Pedro:

 

Al identificar a Ángel en una silla de ruedas, le impondría sus doblemente franciscanas manos en la cabeza y guturaría algo de latín, y lo que seguiría sería un fuerte y sordo gruñido, y el desvanecimiento del poseído.

 

Sería entonces cuando San Pedro ordenaría una exhaustiva investigación a Tenochtitlan, iluminado por La Morena del Tepeyac desde 1531, y que desembocaría dos años después.

 

Al concluir, en 2015 el Papa Francisco se indignaría con los estragos humanos del crimen organizado, luego de siete largos años de la guerra que el gobierno de Felipe Calderón le declarara, solo para ocultar sus propios crímenes, con toda una compleja sociedad cómplice.

 

No se sabe si aquel incidente de Amorth cuando el exorcismo papal a un mexicano, polemizado por la prensa italiana pretendiendo demeritar el suceso, haya empeorado su salud, pero el exorcista mayor empezaría a sentirse mal y fallecería cuando el Papa ya había ordenado un macro exorcismo a México y él debía encabezarlo.

 

Amorth sería sustituido por la segunda “lumbrera” en lucha demoniaca, el San Miguel Arcángel de nuestra era, el español Antonio Fortea, quien el 20 de mayo del citado año de 2015, practicaría el macro exorcismo a México.

 

En la catedral de San Luis Potosí y acompañado de Sandoval Íñiguez y del obispado mexicano, Fortea iniciaría en el más absoluto de los secretos, el mayor acto de fe de la cristiandad en México, después de la Guerra Cristera de los años 30s.

 

Los prelados oraron porque las fuerzas del mal no prevalezcan en México, “un país cuya corrupción lleva a la pobreza a miles de personas”, diría a la prensa Juan Sandoval Íñiguez casi un mes después.

 

Recordaría que “el mal entró a México después de la despenalización del aborto; los asesinatos del crimen organizado y los niños despedazados en los vientres de sus madres son lo mismo, diría.

 

Se pensaba replicar el macro exorcismo potosino en todas las entidades del país, pero no pasó nada desde entonces; la Iglesia se replegó. ¿Por qué? Por su fracaso estruendoso.

 

En ese contexto, cuando las cifras del mal sobre la criminalidad son distintas a las del Gobierno de México, “tanto peca el que mata la vaca, como el que le sostiene la pata”, el pasado 7 de septiembre la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró inconstitucional la criminalización del aborto.

 

Por unanimidad de 10 votos los ministros de la Corte se pronunciaron por primera vez a favor de garantizar el derecho de las mujeres y a decidir la gestación, sin enfrentar consecuencias penales.

 

Dos días después, los ministros del máximo tribunal federal invalidaron la disposición de la constitución de Sinaloa, que tutelaba el derecho a la vida desde la concepción y limitaba el derecho de las mujeres a la autonomía reproductiva.

 

En los siguientes días seguramente la Corte también despenalizará también el aborto en Coahuila, y disposiciones del Código Penal que criminalizan la interrupción del embarazo voluntario, “y que sancionan la violación entre personas unidas en matrimonio, concubinato o pacto civil con una pena menor que la establecida para el delito de violación en general”, en análisis desde el pasado 6 del presente.

 

LA COSA ES QUE…

 

La feroz guerra espiritual que vive México hace “buenos y malos” a todos: Quienes dicen amar la vida pero les es indiferente; y quienes dicen respetar la ley y el orden, pero viven en el desorden.

 

Introspección, examen de conciencia, catarsis, evolución; ho-nes-ti-dad.

 

¿Cuál es nuestro nivel de conciencia como país, como sociedad, como entidades federativas, como simples personas?

 

Caras vemos, voces escuchamos y textos leemos, pero corazones no sabemos, aunque lo sospechamos, porque nada es lo que parece y lo esencial es invisible a los ojos.

 

“El arte florece donde hay un sentido de la aventura”, dice Alfred North Whitehead; y nosotros decimos que la mayor obra de arte de la humanidad es su incansable búsqueda del amor.

 

“¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo”.

 

Y gracias por leernos, porque ahora entenderá por qué a veces se va la luz.

 

Qué tal.

 

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