COSA DE PRENSA / En primera persona

Sabemos muy bien, mejor que muchos, que de aquí p’al real, el mayor desafío es el que plantea el árbitro electoral, que mientras siga siendo “más de lo mismo”, insistirá en robarle las elecciones al partido más votado.

 

  • Flojera de hablar en el desierto
  • A Moisés lo obligó el hambre
  • Pero nos vamos a otra cosa
  • Decirle adiós a la libre reporteada

 

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

 

Lunes 3 mayo 2021.- Hoy pido permiso para escribir en primera persona.

Cualquiera se aburre de hablarle al desierto.

 

Ya sé cómo le hizo Moisés durante 40 años hablando a solas, en medio de la nada; porque les apretó el hambre y del mismo lugar de donde había manado la Torá y los 10 Mandamientos, manó maná.

 

Es decir, les cayó alimentos a los hijos de las 12 tribus de Israel y ni hablar, a escuchar el discurso de Moisés.

 

Cada vez son más los que creen que en el monte Sinaí estaba Dios, naturalmente, pero a bordo de una nave espacial, creemos otros.

 

Y si luego leo a los sumerios, los egipcios, los aztecas, los mayas, los incas y la pandemia, ya entonces todo me queda más claro; a mí. A los demás  quién sabe.

 

Ya ven por qué da flojera escribir, porque para eso hay que leer y mucho.

 

Pero hay que hacerlo porque somos profesionales, nos comprometimos a escribir desde hace 55 años y no podemos dejar de hacerlo, aunque nuestro público haya cambiado.

 

Antes era ese público que al despertar todas las mañanas hacía tres cosas: Prepararse su café, leer su periódico favorito (todos son lo mismo)y prepararse para salir a trabajar en un día cualquiera.

 

Ésa era su cultura, lo que le decía su periódico era más que suficiente para “tragarse el mundo a mordiscos”. Y así vivir eternamente engañado, pensando que lo suyo es “el santo grial” en materia de información.

 

Pero hoy ya no cualquiera se chupa el dedo, aunque haya mucha gente aparentemente inteligente, docta y de abundantes credenciales, que fácilmente se atora en las arenas movedizas de la contemporaneidad, en la que todos tienen razón; el tonto es el otro, el de enfrente; es decir, yo.

 

Tienen razón porque antes ganaban  mucha lana y ahora ya no; hay que recuperarla. Tenían principescas posiciones, especialmente entre los líderes de opinión, que acabaron siéndolo de su bolsón.

 

Tienen razón porque antes eran amigos del Presidente y ahora ya no; ni siquiera los recibe.

 

Tienen razón, porque como poderosos medios de comunicación, antes le arruinaban la vida a cualquiera -como a Fausto Alzati, por ejemplo-y ahora se la pel… ean para que les crea la gente inteligente; obvio, la que no lo es se traga todo.

 

Gracias a ese tipo de medios la opinocracia detesta las políticas públicas del momento, sin embargo, matices más, matices menos, lo mismo se hizo en 1910 y 1920.

 

Que la burocracia corrupta e impune se haya aprovechado es otra cosa, pero la Revolución se hizo para los pobres.

 

Lo mismo ocurre ahora, con un gobierno para los pobres que a muchos, a lo mejor la mayoría, les molesta, que de ricos no tienen nada, pero les molesta que se ayude a los pobres, fieles a la consigna de Cristo que decía que, entre más pobres, pues pobres más, qué caray.

 

A lo mejor me estoy despidiendo de la reporteada sin estar seguro.

 

Ya me pensioné y nada me presiona a seguir hablando en el desierto.

 

Sin embargo mañana será otro día.

 

He sido invitado a colaborar con el partido político más importante del momento y eso me ha catapultado a un agujero negro, sin espacio-tiempo y con tiempo lineal como la carretera de Chihuahua a Juárez, o la Zona del Silencio de Durango, donde los patos le tiran a las escopetas.

 

Sabemos muy bien, mejor que muchos, que de aquí p’al real, el mayor desafío es el que plantea el árbitro electoral, que mientras siga siendo “más de lo mismo”, insistirá en robarle las elecciones al partido más votado, a través del voto electrónico, exactamente como se las robaron a Donald Trump y nadie ha dicho nada.

 

Obvio, ahora el FBI y la CIA andan tras Rudy Giuliani, el coordinador de abogados que en más de cinco mil expedientes demostró cómo el Partido Comunista Chino, Xi Jinping, con la ayuda del Gobierno Global -es decir, de los más poderosos medios de comunicación del mundo, incluidos los de México- “declararon” ganador a Joe Biden y con el respaldo de una Corte Suprema, tan corrupta e impune como la Suprema Corte de México, declararon presidente al candidato demócrata, que en la práctica, es exactamente lo contrario, es decir, neoliberal capitalista hasta la médula.

 

Eso es lo que le espera a Andrés Manuel López Obrador si no se pone las pilas.

 

Por un lado, un aparato mediático corrompido hasta los huesos, que con la ayuda de las y los malos mexicanos, qué pena, denosta toda su administración; y por el otro, el poder económico mundial que financia esas inconformidades, porque “a río revuelto, ganancia de pescadores”, y es ahí donde hace los mejores negocios, al agarrar a gobiernos desmoralizados, pregúntenle a Soros.

 

LA COSA ES QUE…

 

Después del domingo 6 de junio, en que otra vez ganará el partido político más importante del momento, la y el mexicano tendrán que decidir: O se van a la sierra con sus rifles de palos de escoba como los de Marcos o se ponen a trabajar por México, calladitos y sin reproches.

 

Es una vergüenza querer vivir nada más de hablar.

 

Qué tal.

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