COSA DE PRENSA / En Primera Persona 9

De las mujeres de las guerrillas que registra la Guerra Sucia, 18 eran de militantes de la Liga Comunista 23 de septiembre. De la mayoría, a la fecha, se desconoce su paradero. La de la derecha es Olivia Ledezma Flores, masacrada por agentes de la DIPD con Francisco Sahagún Baca, como veremos en otro momento.

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Javier Rodríguez Lozano

CIUDAD DE MÉXICO, lunes 15 abril 2024.- Mil novecientos setenta y seis fue el último año del sexenio de Luis Echeverría, igual que 2024 es el último año del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y los sucesos son muy distintos.

A Luis Echeverría Álvarez lo acosaban los fantasmas de los muertos que su desmedida ambición sembrara desde que aconsejara al secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz; y éste, al presidente Adolfo López Mateos, encarcelar a los huelguistas ferrocarrileros que encabezaba Demetrio Vallejo en 1958 y hasta el Halconazo de 1971, pasando por su crimen mayor: La Matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968.

No, la guerrilla de la Liga Comunista 23 de Septiembre y del Frente Revolucionario Armado del Pueblo (FRAP), no fueron movimientos violentos financiados por el extranjero, como Echeverría argumentaba; fueron manifestaciones del pueblo en contra de un mal gobierno.

Hoy, este año, vemos la otra cara de la moneda: son los malos mexicanos, los mismos desde la Reforma de 1857 que trajeron a Maximiliano, y que ahora le piden a Estados Unidos que venga a México “a poner orden”, como siempre lo hacía a través de Henry Kissinger, para evitar que la Cuarta Transformación se prolongue un sexenio más: Financian todas las protestas antiamlistas y ahora hasta le envenenan el agua, con tal de frenar el avance incontenible del nuevo México.

¿De qué manera ese clamor popular armado, llamado guerrilla, se manifestaba en contra del mal gobierno?

En mayo de 1976 la Brigada Blanca de la DFS, detuvo a un grupo de guerrilleros vinculados con el asesinato Carlos Ramírez Ladewing, fundador de la Federación de Estudiantes de Guadalajara, y los secuestros de Juan de Dios de la Torre, presidente de la Federación Mexicana de Futbol, del cónsul George Terrance, John Hardy; el de Pedro Sorquis, que murió antes de ser liberado; y el de J. Guadalupe Zuno, suegro de Luis Echeverría.

Entre los detenidos, los más conocidos eran Ramón Campaña López, Eduardo Manzano, El Marín, María Trinidad Cuevas Torres, Marina Dolores Amézquita,

En aquellos primeros días de mayo de 1976 regresó a Lecumberri el célebre narcotraficante Alberto Sicilia Falcón, y algunos de sus compañeros con quienes se había fugados semanas atrás, por medio de un túnel subterráneo que comunicaba frente una casa del Palacio Negro.

En los archivos de Ramón campaña López se encontró una lista con más de 50 personas que podían haber sido secuestradas un documento que cayó en manos en la policía estatal jalisciense.

Según la policía aparecían nombres de políticos, industriales, funcionarios, nada más de Jalisco, sino de otros estados de la República, en documento del grupo denominado el FRAP.

Es increíble, la carga histórica que contiene este famoso 1976, año en el que ocurrieron cosas que marcaron a México para mal, y que merecen tema aparte, como lo vamos hacer con el de los casinos, en otro momento.

En nuestras dos anteriores columnas En Primera Persona hablamos detalladamente del exguerrillero Álvaro Mario Cartagena El Guaymas y en nuestros apuntes hallamos uno de los episodios sangrientos en los que participó, lo que prueba la gran visión de mi jefe de Información en La Prensa, Adolfo Montiel Talonia, quien años más tarde, en 1981 cuando yo hablara de La Hiena de Sinaloa, me pedía no hiciera apología del crimen… Ahora veremos por qué.

No sólo veremos un episodio sangriento de El Guaymas, sino también de Olivia Ledesma Flores, una joven muy guapa que participaría igual en los hechos que vamos a relatar, y poco después, en otro año y otro escenario, veríamos su cadáver masacrado con una lluvia de balas, disparadas por los muchachos de Francisco Sahagún Vaca, como veremos en su momento.

Un comando de la LC23S al que pertenecían El Guaymas y Olivia, perpetraría una masacre en aquellos primeros días de 1976, en un restaurante de la colonia Lindavista, donde almorzaban dos ayudantes del empresario español, Olegario Vázquez Raña, quien también violentamente se haría del periódico Excélsior en 2006, luego de mandar asesinar a mi director (entonces yo era corresponsal en Guadalajara de El Periódico de la Vida Nacional) José Manuel Nava Sánchez; pero esta también, es otra historia que veremos en su momento.

Siete personas caerían muertas por ráfagas de metralletas y armas de fuego disparadas por el comando de la Liga, integrado por ocho hombres y dos mujeres, Olivia, una de ellas.

Los guerrilleros quitaron las armas a las víctimas y huyeron, dejando un escenario rojo por todas partes, incluso una mesera lesionada y dos custodios de valores de la Oficina Federal de Hacienda número 14, que se hallaban en el lugar en el momento de los hechos.

Caerían mortalmente heridos y luego expirarían, los hermanos Guillermo y Jesús Palacio Mena, guardaespaldas de Olegario Vázquez Raña, que almorzaban ahí después de dejar en el colegio Guadalupe a un hijo del empresario español.

También el policía industrial bancario Roque Mendoza; el subteniente de la policía preventiva, Ernesto Carrillo Servín y tres personas más que no fueron identificadas.

Un tendero relató a la policía que la matanza había comenzado cuando un sujeto vestido de overol, arribaría al restaurante luego de balacear la ventanilla de un automóvil que tripulaba Jesús Palacio Mena… Olivia fue descrita como una mujer delgada, de pelo rojizo, que vestía pantalón azul.

Un dato muy curioso es que el mismo día de los hechos, en las redacciones de los periódicos, ya estaba la identificación del comando autor de los hechos, integrado de acuerdo a esa filtración, por 15 individuos de la Liga que participaron en la masacre del restaurante comedor. Ellos son eran:

Consuelo Idalia Baños Mora, Olivia Ledesma Flores, David Jiménez Sarmiento, Antonio Orozco Michelle, Lázaro Torralba Álvarez, Francisco Mercado Espinosa, Luis Miguel García, Gerardo Cruz Ruiz, Mario Chávez Velázquez, Ángel Delgado Sarmiento, Armando Escalante, Mario Álvaro Cartagena, Héctor Mellado Baroche, Enrique Guillermo Pérez y José Bonfilio Cervantes Tavera.

Echeverría se refirió a los hechos sangrientos y diría no saber de dónde venían, mientras que el candidato presidencial José López Portillo, diría que México no va hacia el socialismo.

El miércoles 12 de mayo, el encabezado de La Prensa dice que es sospechoso el terrorismo, pero advirtió que aquí no habrá cacería de brujas.

Muy perdido y entre líneas de la nota periodística, Echeverría atribuía la violencia a extranjero y exculpaba a izquierda mexicana, al calificarla de “sana”.

De las mujeres de las guerrillas que registra la Guerra Sucia, 18 eran de militantes de la Liga Comunista 23 de septiembre; seis del Partido de los Pobres, dos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo, una  del Movimiento de Acción Revolucionaria, una de las Fuerzas Armadas de Liberación, dos de Vanguardia Armada Revolucionaria del Pueblo, una de Comandos Armados del Pueblo, dos de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, dos no especificados y 10 sin militancia política. De la mayoría, a la fecha, se desconoce su paradero.

LA COSA ES QUE…

En estos relatos, estamos en el último semestre de 1976 de peor sexenio que ha tenido la historia de México desde 1824 con Guadalupe Victoria, en el que a nuestro país les crecerían algunas plantas venenosas, como la inflación que afecta al valor del peso, cuya historia estamos repasando aquí.

Qué tal.

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