COSA DE PRENSA / El Bien vs el Mal

La batalla del Príncipe de la Oscuridad contra el Príncipe de la Luz.

 

  • Prosperan demandas de Trump
  • En los seis estados conflictivos
  • De la pandemia a las elecciones
  • Quitar a EEUU y poner a China
  • Buscan cambiar dólar por yuan
  • Senado regaña a redes sociales

Javier Rodríguez Lozano

Jueves 19 noviembre 2020.- Poco a poco, paso a pasito; sin prisa pero sin pausa, como escurrimiento de muertas gotas de agua después del torrencial aguacero, cae voto a voto a favor de Trump y se reduce la “ventaja” de Biden.

De 72 millones y fracción ya lleva el republicano  77 millones (aún no oficializados, pero ya reconocidos), mientras que Biden baja de los 74 millones con los que los medios de comunicación Bilderberg lo proclamaron “presidente electo”.

El reloj electoral sigue su marcha.

En el campo de batalla los republicanos dan muchos pasos atrás, para llegar a la Corte Suprema de los Estados Unidos, donde están convencidos por las pruebas que presentarán, que darán los pasos definitivos adelante.

A la gran mayoría de la población mundial, rehén de la mentira mediática, le cuesta trabajo entender que republicanos y demócratas ya no se disputan unas elecciones, sino que se libra una guerra global decisiva entre el Bien y el Mal.

Como si se tratara de aquella que diariamente todas y todos los seres humanos libramos en el interior de cada uno de nosotros y que Paulo Coelho describe como la batalla del Príncipe de la Oscuridad contra el Príncipe de la Luz.

Un muy reducido porcentaje de gente inteligente (se dice que alrededor de un 5%% mundial) tiene claro que los amos del mundo, las y los 130 mujeres y hombres más ricos del orbe, agrupados desde 1958 en el Club Bilderberg, urdieron el drama iniciado con la pandemia y rematado con estas elecciones.

Ellos -la gente que sabe ver más allá de sus narices- sabe también bien cómo empezó todo en 2016 cuando Trump los arrodilló por primera vez, asestando golpe mortal a su neoliberal Orden Mundial, y prepararon la recuperación y el desquite en este 2020.

Trump les quitó privilegios no solo en la Unión Americana, sino en todo el mundo, diezmando principalmente su gobierno global desde la Organización de Naciones Unidas y sus principales agencias, como la OTAN y la OMS, por ejemplo.

Países soberanos y enemigos de injerencias extranjeras, han sido sometidos no solo a créditos buitre del Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional, sino a directrices caóticas de la Organización Mundial de la Salud paralizando al mundo.

El objetivo, dicen investigaciones documentables, es “el reseteo mundial”; es decir, desplazar a EEUU del liderazgo mundial y al dólar como la moneda de referencia y poner en su lugar el de China con el yuan, la 5G y TikTok.

Preparan una nueva “Bretton Woods” que sustituya las barras y las estrellas por el rojo y las estrellas amarillas.

La hoja de ruta fue sacar el Virus de Wuhan, un laboratorio militar multinacional en territorio chino, confinar en sus casas a más de siete mil millones de personas y destrozar la economía, sacar las vacunas Bilderberg y quitar a Trump de en medio.

Pero esa guerra global ya la va perdiendo el Mal.

El Bien, como los misteriosos caminos de Dios, tiene ya a su alcances algunas estrategias inobjetables para impedirlo, las más importantes de ellas, la honestidad de las leyes y la nobleza estadunidenses.

En la nube, donde existe información dura e irrebatible, diametralmente opuesta a la que ofrece la prensa mundial, la gran perdedora de esta historia global, documenta día a día cómo avanza inexorable el fin de esta disputa electoral.

Ayer, por ejemplo, la información de los seis estados en conflicto, gobernados por el Partido Demócrata, era la siguiente:

En Wisconsin, un comunicado republicano dice haber pagado tres millones de dólares para hacer un recuento parcial en varios condados, entre ellos Milwaukee y Dane, donde hubo “votos ausentes alterados ilegalmente, emitidos ilegalmente, y consejos ilegales dados por funcionarios gubernamentales que permiten eludir las leyes de identificación de votantes”.

En un tuit el Presidente Trump exclamó: “¡Guau! ¡Michigan simplemente se negó a certificar los resultados de las elecciones! Tener coraje es algo hermoso. ¡Estados Unidos está orgulloso!”

Y es que un día antes dos republicanos votaron en contra de certificar los resultados y serían amenazados y acosados. Al enterarse Trump lamentó que hubiera más votos que gente y llamó valientes a los republicanos del caso.

“Tarde pero sin sueño”, llegó Rudy Giuliani al equipo jurídico de Trump, sin embargo ha avanzado a largos trancos: Ayer demandó ante el juez federal Mattheew  Brann, bloquear la certificación de resultados electorales de Pennsylvania “por fraude electoral generalizado”.

En Georgia, la trabajadora electoral Susan Voyles, en declaración jurada dijo tener 20 años de experiencia comicial y este martes notó un lote inusual de boletas en las que las hojas no tenían signos de uso o de marcas, “y aproximadamente el 98% fueron marcadas para el candidato presidencial Joe Biden”.

En Nevada, el Partido Republicano presentó evidencia de “fraude electoral” ante el Tribunal de Distrito de Carson City, donde 15 mil personas votaron aquí y también en otro estado.

Los candidatos del Colegio Electoral de Nevada se comprometieron con Trump a impugnar los resultados de la elección porque hubo fraude: “Funcionarios electorales de Nevada pusieron en vigor un sistema electoral que era altamente susceptible de fraude”, alegaron.

En Arizona, el Tribunal escuchó ayer los argumentos orales republicanos de la demanda del pasado 13 contra el registrador del condado de Maricopa, Adrián Fontes y otros funcionarios estatales, y solicitando el recuento manual de votos por distrito, en lugar de por centros de votación.

LA COSA ES QUE…

Sin embargo, nada se compara con el regaño en el Senado estadunidense a los directores generales de Google, Sundar Pichai; Twitter, Jack Dorcey; y de Facebook, Mark Zuckerberg.

Ellos asisten anualmente a la reunión privada del Club Bilderberg -que en 2016 promoviera infructuosamente a Hillary Clinton y en 2019 a Joe Biden- al igual que directivos de los más importantes medios de comunicación del mundo.

El Partido Republicano quiere reformar la Sección 230 para “resetear” y actualizar la ilimitada libertad de expresión en esa redes sociales, que impactan de distintas formas a la sana convivencia humana.

Qué tal.

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