COSA DE PRENSA / Crónica anunciada

 

 

  • Tomó posesión Joe Biden
  • Ceremonia atípica en Washington
  • Pocos demócratas cruzaron cercos
  • Estupor de 75 millones de republicanos
  • Los ladrones electorales
  • Violencia legitimadora de elecciones
  • “Regresaremos de alguna forma”: Trump
  • Texas quiere separarse de EEUU

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

Jueves 21 enero 2021.- Joe Biden tomó posesión como 46º presidente de los Estados Unidos, en un Washington desolado, mientras prepara sus primeras acciones contra las órdenes ejecutivas de su predecesor, China festeja y sanciona a exfuncionarios como Pompeo, y Trump advierte: “Regresaremos de alguna forma”.

 

Si existiera una psicología de la política se podría inferir que toda elección cuestionada suele derivar en un débil ejercicio del poder público, que para hallar algo de legitimización siempre, invariablemente siempre, recurre a la violencia.

 

Al menos eso fue lo que ocurrió las primeras elecciones robadas en México, las de José Vasconcelos y su célebre mecenas, Antonieta Rivas Mercado en 1929, cuando José de León Toral asesinara a Álvaro Obregón, presidente electo, y Pascual Ortiz Rubio se erigiera ganar de los comicios de reposición.

 

Y todavía más claro, entre 1970 y 1976, cuando Luis Echeverría Álvarez culminara toda una trayectoria criminal para alcanzar el poder, como el Movimiento Estudiantil del 68 y ya presidente, el Halconazo de 1971, entre otras grandes violencias.

 

Echeverría fue la semilla de los regímenes de la descomposición mexicana, que sepultó para la posteridad los sueños de grandeza de México, que tocarían fondo entre 1988 y 1994, cuando Carlos Salinas de Gortari le robara también las elecciones a Cuauhtémoc Cárdenas.

 

En muchos de aquellos años la violencia en extremo fue el común denominador de los ladrones electorales.

 

¿Qué podemos esperar de Estados Unidos en el corto plazo?

 

La vecindad distante, de Alan Rilding, si es que antes no se consuma la profecía de Trump: “Regresaremos de alguna forma”.

Ayer, antes de abordaren Maryland el Air Force One que lo conducía a Florida, Donald Trump diría a sus simpatizantes: “Los amamos. Regresaremos de alguna forma. Siempre lucharé por ti. Siempre estaré mirando, estaré escuchando”.

 

Si el presidente Biden deja mis políticas intactas, verán llegar número increíbles, les diría Trump.

 

Lo dicho, la ceremonia de juramento como presidente se celebró ayer en Washington en un área altamente militarizada y con poca gente, salvo los integrantes de los poderes Judicial y Legislativo, y unos cuantos invitados.

 

“El área del Capitolio todavía parecía en gran parte abandonada, con pequeños grupos de simpatizantes reunidos en las calles circundantes… Un bar local reprodujo el discurso inaugural de Biden mientras una pequeña multitud de seguidores y medios de comunicación se detenían a escuchar”,

 

Eso escribió a reportera de The Epoch Times, Bowen Xiao, quien resumiría en su crónica:

 

“Mientras el discurso de Biden se estaba reproduciendo en vivo, una persona en la calle levantó un cartel que decía: ‘Esto se parece a Pyongyang, solo hay policías y militares. No hay civiles”.

 

Cathy He

 

Tan pronto como Joe Biden prestó juramento como presidente de los Estados Unidos, el Partido Comunista Chino anunciaría sanciones a exfuncionarios de la administración Trump, como Pompeo, y de seguridad nacional, “por su dureza”.

 

Cathy He, de The Epoch Times, informó que el régimen chino sancionó a 28 personas, según un portavoz, acusándolos de “violar gravemente la soberanía de China… Son responsables de una serie de acciones locas”.

 

Pompeo habría declarado que China ha cometido genocidio y crímenes de lesa humanidad contra los uigures y otras minorías musulmanas en la región de Xinpauing.

 

“Perpetrada a través de su red de campos de internamiento y sistema de vigilancia masiva, ha generado la condena internacional.

 

“Con el pretexto de combatir el ‘extremismo´, el régimen ha detenido a más de un millón de la región y los ha sometido a esterilización forzadas, trabajo forzado y tortura”, atrocidades que Beijín negó.

 

Además de la demanda de juicio político contra Biden a cargo de la representante republicana…, por irregularidades en las elecciones, el gobernador de Texas, Gregg Abott, prepara una serie de denuncias contra Biden, para contrarrestar su agenda izquierdista.

 

De acuerdo a Tom Ozimek, de The Epoch Times, la administración de Biden ha señalado una agenda de izquierda sobre energía, impuestos, inmigración, atención médica y otros.

 

“Biden ha prometido volver a unirse al Acuerdo Climático de París… Incluida la búsqueda de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero… Una reforma migratoria radical que crearía un camino hacia la ciudadanía para más de 11 millones de inmigrantes ilegales”.

 

Dice Ozimek:

 

“La mayoría de los republicanos (59%) quiere que los líderes de su partido ‘enfrenten a Biden’, según el Centro de Investigación Pew, mientras que ‘una mayoría considerable de republicanos conservadores (69%) favorecen a los líderes que se enfrentan a Biden, en comparación con el 44% de los republicanos moderados y liberales”.

 

LA COSA ES QUE…

 

Ante el estupor de 75 millones de estadunidenses que querían la reelección de Trump, Texas, la segunda economía más grande de los Estados Unidos, después de California, deshoja la margarita.

En días pasado Texas anunciaría su disposición a evaluar separarse de la Unión Americana, por la forma en que fue ignorada por la Corte Suprema cuando se inconformara contra violaciones a la Constitución en los estados pendulares, donde se presume robo de votos.

 

Qué tal.

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