COSA DE PRENSA / Anarquismo mercenario ambidiestro

 

 

 

  • Violentan el ajedrez político
  • El anarquismo mercenario
  • Sopa de su propio chocolate

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

AGUASCALIENTES, Ags., sábado 6 junio 2020.- El tablero del ajedrez político está cada vez más complicado, avanzan negras y blancas, pero sin alguna jugada maestra. En tiempos de pandemia, con más tiempo del habitual para analizar las jugadas los escenarios que surgen van de los descabellado a lo ingenuo, y de los muy grave a lo indiferente, como aquellas manifestaciones de la policía judicial federal de junio del año pasado, las caravanas de migrantes centroamericanos de abril y las manifestaciones de mujeres de marzo pasado, entre algunas otras, que en no pocos casos le han puesto el nombre de George Soros, por decir uno, a “la mano que mece la cuna”. La que es inocultable es la derecha. Igual ocurriría en las más recientes y vandálicas manifestaciones de grupos anarquistas en la Ciudad de México, que ya habían aparecido en mayo de 2004, en el marco de una Cumbre Iberoamericana en Guadalajara… Aunque “las negras” acusan a “las blancas” y a la inversa, en este tablero de ajedrez, por vez primera al parecer, según los indicios, los subterráneos liderazgos de estos movimientos no están en los partidos políticos más importantes de México -PAN, PRI, Morena- sino que vienen de más lejos, quizás tanto como el bicho de Wuham… Un movimiento que no aparece claro, mucho menos lógico, fue el del expresidente del PAN, Manuel Espino, distinguido yunquista y cófrade de la ultraderecha, que en octubre del año pasado estuviera a punto de ser nombrado superdelegado en Durango, pero como se opusiera el morenismo local se le caería el nombramiento. No por mucho tiempo porque en febrero de este año sería nombrado comisionado del Servicio de Protección Federal, dependencia creada para investigar a aquellos policías federales que se negaron a incorporarse a la Guardia Nacional. Pero antes, Manuel Espino Barrientos, firmaría una nota publicada en El Gran Diario de México el 25 de julio de 2019, en la que dice: “A través de un oficio, del cual El Universal posé una copia, el titular de Asuntos Internos, Francisco Manuel Pipitone, pide nombres, cargos, grados de los agentes y áreas de adscripción, así como el lugar de adscripción de cada uno de ellos”. Se refería a quienes habían participado en las protestas de los días 3 y 4 del citado mes… Naturalmente, consultada por la AP, la Open Society Folundations de George Soros, a través de Laura Silver, desmintió la participación del multimillonario húngaro en protestas sociales contra la administración de Andrés Manuel López Obrador… Apenas el pasado 26 de mayo se divulgó el nombramiento de Yeidckol Polevnsky como secretaria de Morena en Jalisco y pronto surgiría una violenta grilla en su contra: el gobernador Enrique Alfaro la acusa de estar detrás de los disturbios de este jueves en Guadalajara, los mismos anarquistas mercenarios, que cobran con las dos manos, que hicieran su aparición en aquella Cumbre Iberoamericana de la Perla Tapatía hace seis años… Se supone que antes de las conferencias de prensa mañaneras el presidente Andrés Manuel López Obrador revise con Jesús Ramírez Cuevas las cosas de prensa del día, como lo hacía Adolfo Montiel Talonia todas las mañanas en Basilio Vadillo 40, para poder hacer las órdenes de trabajo del día para los reporteros de La Prensa en los 80s, que también debían estar en la redacción leyendo periódicos, para ver qué notas ganaron y cuáles perdieron. En este sentido, el Presidente debe saber qué es lo que le van a preguntar en su mañanera y llevar ya más o menos perfilado su “acordeón” de respuestas. Pero en algunos momentos da la impresión de que no es así, de que, aunque sabe lo que le van a preguntar, no tiene preparada aún una respuesta, digamos, institucional para salir del paso con gran dignidad… Ayer en su tierra, le preguntaron, obvio, sobre lo ocurrido en Guadalajara, buscando “amarrar navajas” entre él y el gobernador de Jalisco, y aunque se pronuncia por no intervenir en asuntos de la soberanía de los estados, de todas maneras cae en la tentación de la comentocracia innecesaria: “Yo tengo diferencias con el gobernador de Jalisco, diferencias políticas, ideológicas, pero actúo con responsabilidad y no me inmiscuyo, no participo en cuestiones partidistas, no soy jefe de grupo, jefe de partido, represento al Estado Mexicano, no tengo yo ningún propósito de afectar a autoridades locales. Lamento los hechos porque estoy a favor de resolver problemas mediante el diálogo y sin el uso de la fuerza, soy partidario de la no violencia”.

LA COSA ES QUE…

Adrián Lajous le llamó “la industria de la inconformidad” a las movilizaciones petroleras con que Andrés Manuel López Obrador se iniciaría en la lucha social en los 70s. Casi medio siglo después la moneda cae con la cara al sol, es decir, tiempo de cosechar lo sembrado. Una sopa de su propio chocolate; qué tal.

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