COSA DE PRENSA

Por eso, “al diablo con las instituciones” corruptas; qué tal.

 

  • Mientras amainan las nuevas aguas
  • Relato presidencial de “lo increíble”
  • “Al diablo las instituciones” corruptas

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., sábado 16 marzo 2019.- Hoy de plano, ni ganas tenemos de escribir, pero somos profesionales y hemos de hacerlo. En nuestra formación, no fueron pocas las ocasiones en que se festejaban algunas cosas o fechas familiares y nos sorprendían en largas giras de trabajo, como las de la campaña presidencial de 1988, cuando duraban semanas y meses. En otros momentos, en los que la esposa daba a luz en los hospitales del Seguro Social y por algunas inconsistencias administrativas, no estábamos registrados y teníamos que firmar una carta compromiso (que nos obligaba a pagar en parcialidades futuras) para que nuestra paciente pudiera ser intervenida de la mejor manera en las instituciones de la seguridad social mexicana, la más fea de la baraja institucional que ha reconocido el presidente Andrés Manuel López Obrador y a la que ha ofrecido meterle mano tan pronto amainen las nuevas aguas que se vienen, del Plan Nacional de Desarrollo, del cual la Cuarta Transformación aspira obtener la arcilla para modelar el nuevo perfil de Estado Mexicano que se quiere construir. En las últimas semanas hemos sido recipientarios de muchos de los peores defectos de las instituciones locales, que van desde la corrupción en el Poder Judicial del Estado, hasta la incompetencia e ineficiencia en el personal del Seguro Social, donde la información oportuna puede salvar vidas y ahí enrarecen esa noble misión. Esas, además de las otras, son las instituciones que Andrés Manuel López Obrador mandaba al diablo cuando andaba de campaña y nadie le creímos. Pues resulta que a lo largo de más de 100 el Primer Mandatario ha tenido que demostrar con los pelos de la burra en la mano, qué jodidas estaban esas instituciones… Vayamos a otro ejemplo. En su conferencia de prensa de ayer le preguntaron al Ejecutivo federal: “Presidente, en diferentes ocasiones usted ha comentado que no habrá intermediarios en las compras del gobierno federal, sin embargo, el 80% de las reglas de operación contemplan intermediarios, como por ejemplo en la SEP y en la Secretaría de Bienestar. ¿Qué información tiene al respecto?” Y el Presidente respondió, que no va a haber intermediarios en la entrega de los fondos destinados a la gente, todo se va a entregar de manera directa. Algunas obras, como carreteras, serán licitadas, pero los apoyos a la gente se entregarán de manera directa a los beneficiarios. “Lo otro es que se va a evitar también la contratación de despachos para la elaboración de tareas que puedan realizar las instituciones de gobierno, que se puedan hacer con los trabajadores del gobierno, porque se había llegado al colmo de que el gobierno era una simple oficina de contratos.

Existían las secretarías, las subsecretarías, las direcciones, las áreas, el personal, los técnicos, pero si se necesitaba algún proyecto se contrataba afuera, con un despacho, aunque se pudiese hacer con los mismos servidores públicos. Entonces, todo eso se está evitando” … Y aquí viene lo bueno. Dijo el Presidente: “Había un caso -no es pasado, es presente desgraciadamente- hay un caso surrealista, kafkiano: El gobierno contrataba -y todavía lo sigue haciendo porque no se pueden cancelar de la noche a la mañana los contratos-, contrataba a 50 mil elementos de policías privadas para cuidar las instalaciones del gobierno. Casi todas las dependencias tenían contrato con empresas privadas para la seguridad de las instalaciones y de las oficinas del gobierno, mientras la seguridad pública, que es la función principal o una de las funciones básicas del gobierno, se atendía con 10 mil elementos. El estado de indefensión de la gente era total, pero el gobierno sí estaba protegido; pero ni siquiera con policías, con marinos, con soldados, sino con elementos contratados a empresas privadas de seguridad. ¿No les parece increíble? Cincuenta mil elementos para cuidar las oficinas. Mucho dinero. Estamos ahora haciendo toda la revisión. Me gustaría hasta cancelar todos los contratos. No lo puedo hacer, primero, por la cuestión legal; y segundo, porque quiero ver en dónde estaban, en qué secretaría, cuánto se pagaba, si era real, qué funciones tenían. Cincuenta, 50 mil elementos, porque crearon por la corrupción muchas agrupaciones de seguridad privada que le vendían el servicio al gobierno. No estoy hablando del gobierno en su conjunto, del gobierno de la República, de los gobiernos estatales, municipales; no, solo del gobierno federal. Entonces, todo esto es lo que estamos revisando. Fue muy buena tu pregunta, porque vamos a fortalecer a la Policía Federal que tiene un sistema de servicios para la vigilancia de oficinas, pero de esos 50 mil se contrataban a la Policía Federal tres mil, solo tres mil.

Entonces, estamos viendo qué empresas, qué oficinas, a qué se dedicaban.

Por eso tengo mucha confianza de que nos va alcanzar el presupuesto. Es que era un desastre, un desbarajuste, era algo de ineficiencia extrema, de no importarles. Entonces, vamos a poner orden, que no haya intermediarios y que el gobierno haga su función”.

LA COSA ES QE…

Por eso, “al diablo con las instituciones” corruptas; qué tal.

 

 

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