COSA DE PRENSA

El último regente priista Óscar Espinoza Villarreal, intentó quebrar financieramente al Gobierno del DF ante la llegada de Cuauhtémoc Cárdenas. La habilidosa y sólida preparación de Antonio Ortiz Salinas, hijo de don Antonio Ortiz Mena, lo impidió.

 

  • Hoy, sin ganas de escribir
  • Páginas de un periodista
  • Qué tal si nos dan ganas

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., martes 9 octubre 2018.- Confesamos que hoy –pese a tener las mejores investigaciones periodísticas en nuestros archivos, sujetas a escrupuloso calendario de coyuntura, o en otras palabras, el de darle tiempo al tiempo, donde rodando, la oportunidad, como las piedras, se encuentran- no tenemos ganas de escribir. Pero nuestro personal código de ética nos impide echar la flojera así que, “a ponerle Jorge al niño”… El 7 de septiembre pasado asistimos a un diálogo en el Club de Periodistas de México, AC, con Virgilio Caballero, titulado “las relaciones del Gobierno Federal (de Andrés Manuel López Obrador) con los medios de comunicación”… Ahí, en el evento convocado por la Fraternidad de Reporteros de México, AC., presidida por nuestro compañero en El Universal, Raúl Correa Enguilo, tuvimos el grato honor de volver a estrechar manos incomparables, de periodistas de excepción, que en estos días y en los últimos años, dada nuestra veteranía, han venido recibiendo reconocimientos del Senado y del Club Primera Plana, a sus 40, 50 o más años de periodistas. Georgina Howard, reportera de El Sol de México, luego en El Periódico de la Vida Nacional y más tarde jefa de la Sección Financiera de Notimex, la agencia de gobierno en la que Virgilio Caballero, como en todas las demás redacciones donde estuviera, criticó una y muchas veces las cosas mal hechas del Gobierno. Ahí estaba también el buen Pepe Vilchis, otro compañero de El Sol de México; Arturo Zárate Vite, compañero en El Universal y ex jefe de prensa de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde una mala grilla burocrática le llevó a vivir una de las páginas más adversas de su existencia: sería acusado en falso y detenido y encarcelado por ello, y al final de un largo y tortuoso proceso judicial, emergería salvador el clásico, como irresponsable y estúpido, “usted perdone, nos equivocamos”… Fue muy grato también saludar a Salvador Martínez García, reportero del viejo Excélsior, el bueno, e hijo de Salvador Martínez Flores, líder de los sindicatos de restaurantes hace muchos años. Chava junior sería mi jefe en la Tesorería del Distrito Federal, a las órdenes del hijo de don Antonio Ortiz Mena –Antonio Ortiz Salinas- en el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas. En aquella experiencia, como secretario técnico del tesorero, tuve un par de experiencias que superaron en crudeza con mucho, a las coberturas de los más espantosos crímenes o accidentes aéreos que cubriera para La Prensa años atrás, por cuanto a la pérdida de vidas y a lo que yo llamo, “el luto humano”, parodiando un poco a Silvestre Revueltas. Como secretario técnico de don Antonio Ortiz Salinas, visité con él un par de manicomios en la Ciudad de México, de varones y de mujeres. Nunca, nunca en mi vida de reportero, había visto el fondo de la vida, es decir, lo más bajo que puede caer la condición humana. Y por cierto, no he escrito de ello y creo que ésta no va a ser la ocasión de hacerlo. Continuamos. No tanto como a nuestro amigo Arturo Zárate en la CNDH, pero a nosotros también la grilla burocrática nos cortó aquella trayectoria… Aquello fue en 1999, a unos meses de salir de El Universal, por otra grilla de esas que generan las envidias en todas partes, como la que tenía el último regente priista Óscar Espinoza Villarreal, que intentó quebrar financieramente al Gobierno del DF ante la llegada de Cuauhtémoc Cárdenas. La habilidosa y sólida preparación del hijo de don Antonio Ortiz Mena lo impidió. Así se lo platicó a la revista Proceso: “La tormenta financiera se ha podido capotear con un ejercicio del gasto más cuidadoso”. De menos de 400 millones de pesos que dejara en caja Espinosa Villarreal, para 1999 ya había un superávit de más de seis mil millones de pesos. Con aquellas cifras y otros detalles, Ortiz Salinas dio a la revista de Julio Scherer una idea de lo que hubiera pasado con el gasto de la administración capitalina, en caso de haber continuado bajo la férula de la Federación: “Entre ajustes y recortes, se habrían pulverizado ya cerca de 6,600 millones de pesos del presupuesto… Los partidos de oposición que apostaron al fracaso de la administración de Cárdenas no nos perdonan que tengamos hoy día un gobierno financieramente sano cuando el federal está con la soga al cuello”.

LA COSA ES QUE…

Por eso creo que AMLO hará su mejor esfuerzo y le irá bien. Bueno, ¿qué tal si hubiéramos tenido ganas de escribir?

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