COSA DE PRENSA

El cancerbero del Palacio Negro de Cobián. El pueblo no perdona.

  • 2 de Octubre no se olvida
  • Engañosa verdad histórica
  • El Palacio Negro de Cobián

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., martes 2 octubre 2018.- “2 de octubre no se olvida”, es una proclama que hoy cumple sus primeros 50 años, que recuerda al México que se nos fue en aquella fecha de 1968 y el que llegó a nuestros días. En más de 50 años de periodismo hemos documentado lo que encontramos al paso: entrevistas, reportajes, algunas crónicas, pero nunca editorializamos nuestro particular punto de vista. Siempre vimos aquellos acontecimientos como reporteros, en donde lo que cuenta es la opinión de los demás. Pero hoy queremos rendirle homenaje a nuestro medio siglo de informadores, para expresar por vez primera lo que pensamos y que no necesariamente coincide con lo que algunos estigmatizan como, por ejemplo, “ataques del Ejército a su pueblo”, principalmente, entre otros muchos epítetos, en nuestra opinión, igual de equivocados. En 1968 como ahora, nada fue ni podrá ser más importante que México. La verdad histórica, creemos nosotros –como va a ocurrir a su tiempo, con la de Ayotzinapa- está lejos de ser lo que cree la generalidad, es engañosa… Ciertamente, el punto de partida de aquel México 68 sería la Revolución Cubana del 26 de julio de 1953, de la que el ícono que comprarían las ideologías juveniles en la mayoría de las universidades no sería el de Fidel Castro, sino el de Ernesto Che Guevara. La influencia del triunfo comunista sobre Fulgencio Batista catapultaría en 1968 a dos importantes acontecimientos, previos al Movimiento Estudiantil de México: La Primavera de Praga, ocurrida de enero a agosto de aquel año, cuando la URSS y los países del Pacto Varsovia invadieran Checoslovaquia, para poner fin al proceso de liberalización política que llevaba los cinco años previos. Pero ya antes estallaría en París El Mayo Francés que incluía a junio, con la movilización de nueve millones de trabajadores y estudiantes, quienes la iniciaron en protesta a la “sociedad de consumo”. Aquellos fueron aires de rebeldía que venían del desenfado del hipismo, también llamado existencialismo, de una generación desinteresada en correr a ninguna parte, que invadirían también en Europa a Alemania Federal, Suiza, Italia y España; y en América, a Estados Unidos, Argentina, Uruguay y México… Los vientos iniciales del Movimiento Estudiantil de México 1968, sin embargo, se habían formado un 23 de septiembre de 1965, cuando uno de tres comandos de solo 13 maestros, estudiantes del normalismo rural y campesinos, llegara puntual a una cita para atacar al cuartel militar de Madera, Chihuahua, defendido por 120 soldados… Aquel 1968 no era solo un año de olimpiadas, sino también de sucesión presidencial. Luis Echeverría Álvarez, desde la Subsecretaría de Gobernación, con Gustavo Díaz Ordaz como secretario en el gobierno del presidente Adolfo López Mateos, tejería una red de complicidades muy fina, para hacerse de la Presidencia de la República: a través de su cuñado Álvaro Zuno Arce, con la ayuda de un exmilitar nazi, entrenaría en las barrancas de Oblatos, al Frente Revolucionario Armado del Pueblo, el FRAP, (ahí mismo donde después, en 1973, se formaría la Liga Comunista 23 de Septiembre) predominantemente integrado por universitarios inconformes, semejantes a Jesús Piedra Ibarra, en Nuevo León, hijo de Jesús Piedra y Rosario Ibarra. Fernando Gutiérrez Barrios tenía un padrón muy completo de todas y todos los integrantes de los grupos guerrilleros de la época, que luego masacraría con precisión asombrosa José López Portillo. Ya como presidente, Gustavo Díaz Ordaz y secretario de Gobernación Luis Echeverría Álvarez, el escenario estaba listo y solo faltaba que el PRI destapara a su candidato presidencial. La “caballada” estaba más fuerte que nunca: los Antonios, Carrillo Flores el canciller y Ortiz Mena en Hacienda; Emilio Martínez Manatou, secretario de la Presidencia; José Antonio Padilla Segura, de Comunicaciones; Agustín Yáñez, de Educación; Alfonso Corona del Rosal, regente del Distrito Federal… Un mayor del Servicio Secreto (Celso Peña) nos compartió alguna vez, un dato que ningún periódico publica: que en la primera riña entre estudiantes de las vocas 2 y 5 del Poli y de la escuela particular Isaac Ochoterena, los días 22 y 23 de julio, llegaron los agentes policiacos con la orden expresa de agredir a los estudiantes.

LA COSA ES QUE…

¿De dónde había provenido la orden? Del mismo lugar del que saldría la orden de que el Batallón Olimpia disparara sobre soldados y estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco: El Palacio Negro de Cobián; qué tal.

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