COSA DE PRENSA

 

  • Enjuician la libertad de prensa

  • Tolerancia antes que represión

  • Cambian las reglas del juego

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., jueves 23 de agosto de 2018.- Un estudio de la organización internacional Artículo 19 reconoce: “La libertad de prensa en el mundo ha caído a su nivel más bajo durante al menos una década”. En el extranjero observan cómo en México los periodistas estamos amenazados, intimidados y en ocasiones, asesinados por el crimen organizado, como si no bastara la condición de desventajas en la que trabajamos la mayoría de los comunicadores, laboralmente hablando, desde que nos iniciamos en alguna redacción hasta que nos formamos y nos consolidamos, y luego volvemos a trabajar con grandes limitaciones y a niveles muy precarios de subsistencia, lo que genera muchas contradicciones que repercuten en la calidad de periodismo que recibe la opinión pública… Edmund Burke -el pensador irlandés, el mismo que dice que quien no ocupa su espacio deja que alguien venga a llenarlo, como ocurre a los malos políticos y también a periodistas flojos- etiquetó al periodismo como “el cuarto poder”, del cual ha sido desplazado en México desde que Jesús Reyes Heroles promoviera la reforma política que abriera espacios a todo tipo de partidos políticos. Y más adelante, en 1988, empezara a perfilarse el sistema electoral independiente del gobierno, que 30 años después se ha convertido en el monstruosamente complejo “cuarto poder”, el prietito de ese arroz que mal llamamos democracia… No ha habido presidente de la República que no haya pensado, en todo ese torbellino de ideas que le vienen antes de iniciar su mandato, en cambiar las reglas de la relación del gobierno con la prensa. Atrás quedaron los regímenes estabilizadores que preferían entregar su tolerancia a los excesos del periodismo y de los periodistas, antes que coartar la libertad de expresión y de ejercer el periodismo. El primero de ellos fue Miguel Alemán, cuando el 7 de junio de 1951, primer año en celebrarse la comida del Día de la Libertad de Prensa, del Presidente con los editores de los periódicos diarios de México, primero, y luego se incorporarían reporteros, columnistas, editorialistas y articulistas, quien en su discurso diría que prefería los excesos de la prensa que coartar la libertad de expresión. Obviamente, en la génesis de esta celebración permeó una relación viciada entre el poder político y la prensa. Productora e Importadora de Papel, S.A., la Pipsa, era la empresa que vendía el papel a los diarios y a través de ella se regulaba el vínculo gobierno-prensa. No era nada raro que los periódicos se atrasaran en sus adeudos con la Pipsa y hubo de inventarse esa estrategia para buscar “el perdón presidencial”. Ahí surgirían también las primeras concesiones federales para nuevas radiodifusoras. Con aquellas relaciones torcidas José García Valseca construiría la cadena de periódicos más grande de América Latina, por encima de la de William Randolph Hearst, el magnate de periódicos estadunidense que Orson Welles inmortalizara en el único Óscar que ganara en su vida: El Ciudadano Kane (1941)A partir de aquel 1951 año con año el Presidente comía con los dueños de los periódicos, y siguió haciéndolo hasta el Vicente Fox no le encontró el sentido después de la de 2001 y al año siguiente la desaparecería. Se puede advertir cómo en los últimos 17 años, ya sin comida de la libertad de prensa, el presidencialismo ha disminuido mucha de la magia que lo investía en aquel pasado. Antes, para los periodistas de nuestra generación, era “sagrado” el respeto no solo a la Virgen de Guadalupe y al Ejército, sino en primerísimo orden al Presidente. Ningún Jefe del Ejecutivo ha sido tan vapuleado por la prensa como los tres últimos, Fox, Calderón y EPN. Y aun así, siguen llegando a los medios grandes sumas de dinero público, como documenta Amparo Casar, en Fundar, pero de eso hablaremos después… El presidente electo desaparecerá las oficinas de prensa de las dependencias federales. No es difícil que resista el próximo ejecutivo federal a la tentación no solo de cerrar la llave a esos flujos del erario con destino a la prensa, sino que busque dictar nuevas reglas. Como sea, la prensa es muy probable que ahora sea más libre que nunca, porque sin las ataduras de los convenios de publicidad tendrá más comodidad editorial.

LA COSA ES QUE…

Hay otra celebración superior: El Día Mundial de la Libertad de Prensa que el 3 de mayo próximo cumplirá 27 años, promovida por la UNESCO, es la buena; qué tal.

 

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