COSA DE PRENSA

 

  •  Diego Fernández de Cevallos

  • “Esperanza de América Latina”

  • Las concertacesiones de 1988

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., miércoles 22 de agosto de 2018.- Ha sido más que evidente el yerro histórico de Andrés Manuel López Obrador con la consulta popular sobre el nuevo aeropuerto. La política es tan noble, generosa y fina, para los políticos con auténtica vocación de servicio, que los ha habido y quién sabe si los habrá, que podemos compararla con las siete cuerdas de una guitarra, de las que magistralmente tocadas, brotan como perlas del fondo del océano, una, dos y hasta siete notas de música excepcional. Y una de ellas se llama ‘congruencia’, tan delicada y sensible como la de la ‘credibilidad’ que mencionáramos ayer… Nos estamos recuperando de un tsunámico proceso electoral, que sacudiera a todos, cargado de esperanzas tan dulces que solo pasaría inadvertido a la paz de los sepulcros: no hubo mexicano alguno que no vibrara con toda su alma –con las honrosas excepciones de los fundamentalismos partidistas- ante los escenarios pintados por un candidato presidencial, para construir lo que se vendiera en la campaña como una nueva República, que ya no se ve tan clara. Quienes nos hemos trepado una y muchas veces a la rueda de la fortuna de la vida, sabemos muy bien que mientras más se sube, nos duele más la caída. Y ya estamos hartos de eso, mejor conformémonos con lo que tenemos y a otra cosa… Con su excepcional retórica, nunca más propicia que ahora para los juicios orales, a Diego Fernández de Cevallos no le costó mucho trabajo describir ayer, ante los medios de comunicación, ese yerro histórico de AMLO con lo del nuevo aeropuerto; como tampoco (hay que elogiar esa singular habilidad) reconocer las buenas intenciones del candidato triunfante para combatir la pobreza, la corrupción, la impunidad y a los malos mexicanos. Ha sido tan impresionante el fenómeno político llamado Andrés Manuel López Obrador, que el expresidente uruguayo José Mujica, construiría toda una joya discursiva para exaltar el triunfo de la democracia en México, sin citar el nombre del tabasqueño, para convertirlo así también en “La esperanza de América Latina” … Diego Fernández de Cevallos aprovechó el viaje para deslindarse de competir por la presidencia del Partido Acción Nacional y sugiere que sean caras nuevas las que lo dirijan. El mal llamado “jefe Diego”, que adquiera las escrituras del PAN a partir de las cenizas de José de Jesús Clouthier del Rincón –el verdadero “Jefe Maquío”- no necesita presidir a ese instituto político para dirigirlo en la dirección que quiera; fue él y nadie más, quien aprobó que Ricardo Anaya se hiciera de la candidatura presidencial blanquiazul a cualquier precio. Antes había bendecido las reformas estructurales que hoy empiezan a ser derrumbadas; fue él y nadie más, quien aprobara que Ricardo Anaya buscara la alianza con su adversario histórico, la izquierda perredista, que provocó en el panismo tradicional más molestias que la diálisis al paciente diabético, y con ello cavaría prematuramente su tumba. Pero además, fue él y nadie más, quien convenciera en 1988 a “Maquío” a que aceptara el triunfo electoral que Carlos Salinas de Gortari, quien estaba muy lejos de haberlo obtenido en las urnas y por lo mismo, no se podía legitimar. Fue ahí donde nacería el PRIANATO que acaba de ser arrasado en las urnas el pasado 1 de julio… Ayer, el presidente electo nombró a Cuauhtémoc Cárdenas Batel como coordinador de asesores de la Presidencia (luego que el nieto de doña Amalia Solórzano rechazara dirigir Pemex) y a Jesús Ramírez Cuevas, como coordinador general de Comunicación Social, que concentrará toda la información gubernamental; es decir, desaparecen las oficinas de prensa de las instituciones del Gobierno de la República… Aquí procede recordar que el 27 de agosto de 1988, según consigna la reportera entonces de Excélsior, Martha Anaya, en su libro El día que calló el sistema, Diego Fernández de Cevallos, con Luis H. Álvarez, Carlos Castillo Peraza y Luis Felipe Bravo Mena, se reunirían con Carlos Salinas de Gortari en la casa de don Juan Sánchez Navarro, el ideólogo del sector privado. Clouthier se oponía, pero Diego le hizo “manita de puerco”.

LA COSA ES QUE…

Si de aquella reunión surgiría el pacto conocido como “concertacesión”, que iniciara en 1989 en Baja California y concluyera en 2000 con Vicente Fox, poco antes de aquel 27 de agosto de 1988, Salinas también se había reunido con Cuauhtémoc Cárdenas. ¿Habría ahí otra concertacesión?; qué tal.

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