COSA DE PRENSA

  • ¿Cuál candidato tiene una solución?
  • Primeros malandros, El Cartel Nazi
  • El crimen organizado y los políticos

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., viernes 26 de enero de 2018.- La política y el crimen organizado han sostenido discretos pero efectivos compadrazgos, desde la época del presidente Lázaro Cárdenas, cuando su exembajador en Francia, el general Francisco Javier Aguilar González, que salvara las vidas de muchos ibéricos que huían de la cruenta tiranía franquista derivada de la Guerra Civil Española y se convirtiera en el jefe del primer gang mexicano contrabandista de drogas: El Cártel Nazi, con mariguana que Adolfo Hitler introducía a Estados Unidos con su ayuda, según él, para embrutecer a los soldados y marines estadunidenses. Pero le saldría el tiro por la culata porque aquellos “pasones” harían a los “bad boys” más aguerridos e indestructibles. Y hasta la administración de Carlos Salinas de Gortari, con ganancias y pérdidas en sus hermanos Raúl y Enrique, y algunas reminiscencias en la de Ernesto Zedillo Ponce de León, de las cuales la más notable de las injusticias sea conocida como general Jesús Gutiérrez Rebollo… Naturalmente, al llegar a Palacio Nacional ni la menor idea tenía el ranchero Vicente Fox Quezada que aquellos compadrazgos entre el gobierno y las mafias formaban parte de “las excelencias del poder”, mas nunca de sus estridencias. Había relativo sociego y mucha discreción; tampoco su sucesor Felipe Calderón Hinojosa, que de plano, novato e improvisado, les decretaría la guerra, una confrontación que ya lleva 12 años y que ha causado cientos de miles de muertes en el país, como las 30 mil de 2017… Los especialistas afirman que eso, el contrabando de estupefacientes y la guerra al crimen organizado, no va a terminar en los próximos años, que va para largo… Resulta electoralmente muy importante saber en este 2018 qué piensan los candidatos presidenciales acerca de éste, el problema más grande que tiene México y con él las 32 entidades federativas del país, donde cada gobierno enfrenta la crisis, como decía don Daniel Cosío Villegas, con su personal estilo, a su manera, sin la cohesión del Mando Único y la Ley de Seguridad Interior, a la que se oponen solo quienes se han beneficiado del interminable caos imperante… Veamos: En agosto de 2016, en Quinta Roo, Andrés Manuel López Obrador diría que pensaba decretar una “amnistía anticipada” a los jefes de los cárteles de la droga. “Les aseguramos que ante su posible derrota no habrá represalias o persecución para nadie. Declaramos esta amnistía anticipada porque lo que se necesita es justicia, no venganza; no odiamos a nadie”. El pasado 4 de diciembre, en el estado líder en la producción de estupefacientes, Guerrero, AMLO reiteraría: “Vamos a explorar todas las posibilidades para disminuir la violencia en México y haya paz y justicia, como decretar una amnistía para los líderes criminales”… El 18 de diciembre último, Ricardo Anaya Cortés le dijo al periódico El País: “Él (AMLO) dice que una alternativa para recuperar la paz es una amnistía, que el Estado olvida y por tanto perdona al crimen organizado. Es una idea muy vieja, se planteó en Colombia y fue un rotundo fracaso”. Y resume: “Lo que ha funcionado en otras partes del mundo es un ejercicio serio de inteligencia para desmantelar a la organización criminal”… Y José Antonio Meade Kuribreña afirma que para recuperar la seguridad en México, atacará a los cárteles en su equipo básico: las armas y el dinero. “De esta forma se logrará recuperar un Estado seguro. Vamos a llevarle la batalla a los cárteles donde más les duele: Contra las armas y el efectivo”.

LA COSA ES QUE…

Permítaseme compartir este modesto breviario, con la respetuosa aclaración de que, “cualquier semejanza con la realidad mexicana sería mera coincidencia”: A principios de 1990 se llevaría cabo en Colombia una elección presidencial, violentamente teñida de sangre por el crimen organizado. A pesar de que Pablo Escobar mandara derribar el vuelo 203 de Avianca, creyendo que iba a  bordo el candidato, César Gaviria ganó y hoy recomienda al caso mexicano: “Se necesita una estrategia que elimine las ganancias obtenidas, que garantice  cumplir los derechos humanos y que proporcione acceso a los servicios de salud”; qué tal.

 

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