COSA DE PRENSA

Tusk dice que hay un "lugar especial en el infierno" para quienes ...

  • Viene La rebelión de las masas
  • La profecía de Ortega y Gasset
  • Semejanza que es coincidencia

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., lunes 11 mayo 2020.- El año de 1929 fue rico en lágrimas y risas globales y domésticas, como el nacimiento del Estado Vaticano y la penicilina, la matanza de San Valentín por Al Capone, la ejecución de León Toral por matar a Álvaro Obregón, la asunción de Stalin al poder, el nacimiento del PRI y el de la Coparmex –uno de los brazos políticos del empresariado mexicano, el otro es el PAN- el fin de la Guerra Cristera, la autonomía de la UNAM, el “matrimonio de un elefante con una paloma” de Diego Rivera y Frida Khalo y la Gran Depresión, entre otros sucesos relevantes. Pero la cronología omitió detallar entonces al obra cumbre de José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, que parece haber sido escrita este año en el que ya se habla del fin de la revolución conservadora de Margaret Tatcher y Ronald Reagan, en cuyo país muchos ciudadanos protestan lo que llaman “la intervención masiva del Estado” por el confinamiento. Sin embargo, el dramaturgo y novelista Ariel Dorfman, piensa que “los tiempos peligrosos no son incompatibles con la esperanza”. Conviene mirar esta frase como un árbol de cuyo tronco habrá que permanecer abrazados por largo tiempo, quizás años; esto lo digo yo… Gabastract.com.es hace un resumen de aquel escrito en el que “Ortega denuncia la superficialidad, el conformismo y el menosprecio hacia el que piensa distinto”, y lo ubica como obligado “referente de la sociología de las masas”, del que destacan dos ideas fundamentales, la otra es: “Mientras que antes amplias capas de la sociedad se sometían a las élites políticas, ahora es la masa la que quiere gobernar. A ello se le ha de añadir la falta de capacidad de una clase media dejada y conformista. A medida que la masa continúa adquiriendo poder e influencia, la Europa civilizada vuelve a caer en la barbarie”. ¿A poco no parece esto, una crónica de los diarios españoles de hoy, en busca de pensadores elevados que nos digan qué sigue después del virus? En 1929 Ortega y Gasset decía, en La Rebelión de las masas: “Mientras que antes la masa permanecía en segundo plano, aceptando el predominio de aquellos dotados de habilidades de gobierno y de ejercer funciones públicas, ahora, en cambio, se sitúa en primera línea de la sociedad. Ocupa lugares, utiliza objetos y disfruta de entretenimientos reservados, hasta entonces, para las élites. A estas últimas les pierde respeto y rechaza seguirlas. Impone sus gustos y deseos a la sociedad, queriendo hacer de la sabiduría de tertulia, su ley. Y aun estando consciente de su propia banalidad, reclama una vigencia universal. Destruye la personalidad y el talento, y a todo aquel que no piense como la mayoría, lo elimina. En este sentido, existe la amenaza de un verdadero dominio de las masa”. Vaya texto. ¿Acaso no fueron las masas las que durante los últimos 36 años vinieron empujando su rebelión hasta llevarla al poder en 2018, con Andrés Manuel López Obrador, aunque pudo haber sido también, respetuosamente dicho, con Pito Pérez, Cantinflas o el Cuauh? No reconocerlo es admitir analfabetismo político… Taylin Aroche, del  periódico español La Razón, entrevistó a uno de los activistas de la derecha (como Guaidó contra Maduro) en el movimiento del Sindicato Solidaridad de Lech Walesa, que el gobierno polaco legalizó en 1980, lo apresó en 1982 y en 1983 obtenía el Premio Nobel de la Paz. Hablamos de Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo de la UE y del Partido Popular Europeo, a quien el reportero pregunta: “¿Cuáles diría usted que son los valores en los que debería basarse la Unión Europea en un proceso de reconstrucción post pandemia? “Creo que nadie sabe realmente cuándo la realidad pandémica en la que nos encontramos se convertirá en una realidad post pandémica. En mis conversaciones con políticos y científicos, cuando no estamos en el punto de mira del público, muchos de ellos admiten que todavía sabemos muy poco sobre este virus y sus posibles mutaciones, cuándo terminará la primera ola y cuándo comenzará la segunda. Que el virus va a atacar de nuevo, aunque la epidemia pueda ser contenida en las próximas semanas, es un hecho del que nadie tiene duda. Por lo tanto, debemos recordar cuando miremos hacia el futuro que el Covid19 puede resultar ser una molestia diaria no deseada durante años y no solo un peligroso incidente a corto plazo. Por este motivo, necesitaremos una estrategia solidaria. La solidaridad aparece a menudo como un reflejo, una reacción moral al mal, pero en una perspectiva a largo plazo, la gente no quiere ser solidaria, el egoísmo es un sentimiento más primario y fuerte. De ahí que necesitemos la solidaridad como estrategia política, financiera y logística. Algunos piensan que en situaciones extraordinarias, la seguridad solo puede ser garantizada por un poder fuerte, por los estados de emergencia y por medidas especiales. Ese es el caso cuando no hay solidaridad. Por eso, la falta de empatía y de signos claros de solidaridad al principio de la pandemia, que tan dolorosamente sintieron los españoles y los italianos, fue un error tan fatal”.

LA COSA ES QUÉ…

¿Le seguimos mañana?; qué tal.

 

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