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El sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda; su secretario, Nicola Maio; y la publirrelacionista italiana Francesca Chaouqui, destaparon la corrupción vaticana en 2015.

 

  • Mi gente es pobre, soy uno de ellos

  • Estructuras injustas de la sociedad

  • El Papa y AMLO, contra la pobreza

Javier Rodríguez Lozano

CIUDAD DE MÉXICO, lunes 13 de noviembre 2020.- Cuando se estrenó en México la película El Padrino, inspirada por la novela de Mario Puzo, que describe en 1972 las mafias italianas de la década de 1945 a 1955 en Nueva York, la mayor parte de la audiencia mexicana vimos con escepticismo que el Vaticano lavara dinero del crimen organizado con Vito (Andolini) Corleone. 43 años después, en 2015, el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda; su secretario, Nicola Maio; y la publirrelacionista italiana Francesca Chaouqui, demuestran que sí, que aquello era cierto, y que hay todavía mucho más: un mar de corrupción en la Iglesia fundada por Pedro y legalizada por el emperador Constantino 313 años después de la muerte de Jesucristo. Aquí hay un juego de treces que invitan a no perderlos de vista… Quién sabe si fue la idea que tenía el cardenal Bergoglio, acerca de la deuda social con los pobres, como postulara en la Universidad de El Salvador en septiembre de 2009, o la corrupción documentada en Vatilikeaks 2, lo que cuatro años después, el 13 de febrero de 2013, lo llevara a calzarse las Sandalias del Pescador con la misión histórica de reformar la Iglesia para hacer justicia a la pobreza. Para Andrés Manuel López Obrador la pobreza también es el eje de su liderazgo y él, como ha dicho el Papa Francisco igual proclama, desde que entrara en contacto con el indigenismo y los marginados, como coordinador del Centro Indigenista Chontal de Nacajuca, antes de 1977 en que fuera nombrado director del Instituto Nacional Indigenista de Tabasco: “Mi gente es pobre, soy uno de ellos”… Jorge Mario Bergoglio había dicho a los salvadoreños que el hombre debe ser sujeto de toda la actividad política, económica y social, “pero la exclusión y la pobreza creciente demuestran que los pobres son objetos de una política paternalista de parte del Estado y no sujetos donde el Estado y la sociedad puedan generar las condiciones para tutelar sus derechos y construirse un propio destino”. Esa es la deuda social de la Iglesia en opinión del prelado borarense. Uno de sus historiadores, Marco Galo, en su ensayo El pensamiento social y político de Bergoglio, escribiría: “El pobre es la clave para un cambio gradual, pero real, cambio de las estructuras injustas de la sociedad”. Exactamente lo mismo piensa el Presidente de México, que en los primeros 14 meses de su gestión se ha reunido más veces con los pobres los fines de semanaRecordamos el 23 de mayo de 1993 cuando el crimen organizado asesinara al cardenal de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo. El libro Los malditos, de Jesús Lemus, relata una versión del capo José Humberto Rodríguez Bañuelos, “La Rana”, según la cual varios años atrás estuvo a punto de asesinar Posadas Ocampo, porque le estaba quitando ganancias a vendedores de armas, que el purpurado vendía en plenas misas, versión en la que coincidiría Benjamín Arellano Félix en 2011… El prelado inmolado llevaba un portafolios que entregaría al nuncio apostólico Girolamo Prigione y que contenía, hay dos versiones, o documentación que probaba el involucramiento de Raúl Salinas de Gortari en el narcotráfico y que servirían a la Iglesia a negociar las nuevas relaciones del Estado mexicano con el Vaticano, rotas desde 1858; o los diezmos de la feligresía mexicana que mes a mes viajan al Banco del Vaticano, epicentro de grandes escándalos de corrupción e impunidad, detalladamente descritos en Vatileaks 2… ¿Qué es esto? No podremos explicarlo en poco espacio, sin embargo, complementaremos después. De acuerdo a romereports.com, el proceso Vatilieaks inició con cinco implicados, dos son miembros de la comisión que creó el Papa para simplificar los organismos administrativos y financieros de la Santa Sede, los ya citados Vallejo Balda, Chaouqui y Maio, acusados de “soladicio criminal organizado” (delitos de divulgación de noticias y documentos relativos a los intereses fundamentales de la Santa Sede y del Estado Ciudad del Vaticano).

LA COSA ES QUE…

Entonces precandidato, en 2017 Andrés Manuel López Obrador diría: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre. Vamos a acabar con todos los lujos, vamos a cortar el copete de privilegios que hay en el Gobierno”. La misión del Papa Francisco es reformar para que no haya una Iglesia rica y una feligresía pobre (mil 313 millones de católicos hasta 2017, de acuerdo al Anuario Vaticano que llegó el registro de los nacimientos en el mundo); qué tal.

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