COSA DE PRENSA

 

 

Primero, de izquierda a derecha, Cruz Bonilla Méndez (padre de Heriberto Bonilla Barrón), con la familia de la lucha libre de Aguascalientes, encabezada por el empresario don Jesús Pérez Rodríguez. La empresa que dirige su hijo Carlos Pérez Frausto, rendirá un homenaje a la trayectoria periodística de Heriberto Bonilla Barrón, el próximo 3 de octubre en el Palenque de la Feria.

  • Dedicado a Heriberto Bonilla Barrón
  • Único periodista ‘precoz’ reconocido
  • Primera operación a corazón abierto

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., viernes 20 septiembre 2019.- Hoy pido permiso para escribir en primera persona, la ocasión lo amerita. Vamos a aprovechar que nos encontramos en un hospital, con una paciente que va para largo, para ensayar un texto inusual. Poco común porque pertenezco a una generación de periodistas conocida como: “Perro no come carne de perro”, en la que no nos gusta escribir de nosotros mismos, ni de nuestros iguales; nos respetamos unas y unos a otras y otros, aunque incomoden nuestras opiniones personales o las de las y los demás, y nos caigamos gordos. A lo mejor, no estoy seguro, integré la última “hornada”, allá por mediados de los años 60s, engarzándonos privilegiadamente, gracias a Antonio “Indio” Velázquez, a la escuela de Manuel Buendía en el periódico La Prensa que él dirigiera poco antes de mi llegada en 1976, donde las lecciones de Adolfo Montiel Talonia, Antonio Pérez Vieytez y Víctor Manuel García Solís, nos enseñaron a alejarnos con dignidad y trabajo, de la generación de “enfrente”, la de Carlos Denegri (1910-1970), “el anticristo del periodismo mexicano”, etiquetado así por el escritor Enrique Serna. Contextualizo esto porque aquí, hermoso girón de Patria donde nací, además de en Guadalupe Appendini, don Luis de Cervantes y Guillemo Mora Tavares, de Excélsior, no existe este escrúpulo periodístico, y lo probaré con un solo dato, inerte y gélido: ¿Sabía Usted, amable lector, que en Pennsylvania existe un hospital donde hay un cuadro que representa la primera operación a corazón abierto en el mundo, que se realizó en cierto año, en aquel Hospital Hidalgo que se hallaba cerca del templo de San José, en esta ciudad de Aguascalientes? ¿Leyó Usted esto en algún periódico o revista locales, o aun, nacionales? ¿Y quien cree Usted que me obsequió ese dato de oro? No, por favor, la radio o la tv son incapaces, menos algún medio policiaco o periódico presuntuoso, que tampoco han sido curiosos para publicar el primer magno exorcismo en el mundo, que realizara la Iglesia Católica el 20 de mayo de 2015 en la Catedral de San Luis Potosí… Sí, acertó Usted que es dilatado conocedor del trabajo de los medios de comunicación, aquel dato me lo ofreció el periodista aguascalentense Heriberto Bonilla Barrón, quien el próximo 3 de octubre será objeto de un homenaje por su trayectoria periodística, por parte del empresario Carlos Pérez Frausto, hijo de don Jesús Pérez Rodríguez, que en 1941 fundara la empresa de lucha libre de la localidad y que en estos primeros días del mes que viene conmemorará su 78 Aniversario, con una función espectacular en el Palenque de la Feria, donde se espera una audiencia de seis mil 500 personas. Heriberto Bonilla Barrón (65) se inició a los 14 años de edad en el periodismo, en El Sol del Centro, de la mano de su señor padre, don Cruz Bonilla Méndez, ícono del periodismo deportivo aguascalentense. Pero siete años antes, Heriberto ya “cubría” las luchas, en las funciones de don Jesús Pérez. Por eso decimos que será el único periodista reconocido por su precocidad… Heriberto Bonilla Barrón es una institución del periodismo aguascalentense, nunca suficientemente ponderado, porque la virtud de reconocer el excelente trabajo de los demás es una notable ausencia en las tradiciones de las fuerzas vivas locales. Daré otro ejemplo: Por 35 años, las más de las veces trabajando la mayor parte de sus días de 25 horas, en la redacción del periódico Hidrocálido, aquel que fundara en 1981 el propietario de El Universal, Juan Francisco Ealy Ortiz, bajo los auspicios de Rodolfo Landeros Gallegos, y que dirigiera Agustín Morales Padilla, y que precisamente aquel año de 2008, en que falleciera primero su señor padre y meses después su señora madre, Heriberto se infartara por primera vez. Cuando después de abandonar el hospital y volver a su oficina, Heriberto se encontró con que ya no estaban las cajas de cartón donde guardaba su archivo fotográfico, que incluía aquel recuerdo de la primera operación a corazón abierto en el mundo, realizada aquí, en el merito Aguascalientes. Y ya ni hablar de los otros cuatro o cinco infartos de hace cinco años, ni de las injusticias e ingratitudes que hay en el empresariado editorial y en los sectores económicos, políticos y sociales de Aguascalientes, con respecto a los periodistas, porque nos perderíamos en los lugares comunes.

LA COSA ES QUE…

Otra de las características de aquella generación de: “Perro no come carne de perro”, es que tampoco tenemos permiso para conmiserarnos de nuestras desventuras. Baste decir que este humilde espacio le ofrece su pleno reconocimiento y el mayor de sus respetos al periodista aguascalentense Heriberto Bonilla Barrón, por su brillante trayectoria; qué tal.

 

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