SENADO

 

  • Confía la legisladora en que esta publicación sea un eslabón más en el esfuerzo para que haya justicia y desarrollo en las comunidades indígenas. 

En el marco de la conmemoración del aniversario de la firma de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, que entre sus objetivos está el reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos y comunidades indígenas, se presentó en el Senado el libro “El EZLN en el Congreso de la Unión”, de la senadora Beatriz Paredes Rangel. 

 

En el evento organizado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD), la senadora confió en que esta publicación será un eslabón más en el esfuerzo de los pueblos indígenas y sus aliados para que existan condiciones de libertad, justicia y desarrollo en sus comunidades. 

 

La legisladora de la bancada del PRI detalló que este libro habla sobre un hecho relevante para el Congreso de la Unión y no sobre el movimiento zapatista, pues ya existe mucha información alrededor del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). 

 

Asimismo, dijo que el propósito de este libro es registrar uno de los momentos más importantes en la historia del Congreso Mexicano, que fue cuando el EZLN tomó la Tribuna de la Cámara de Diputados. 

 

En ese sentido, puntualizó que el texto también tiene el objetivo de que quienes estudian los asuntos indígenas y los mecanismos de democracia participativa puedan dar seguimiento a cómo se construyen estos espacios y se encadena la realidad social para que las instituciones puedan evolucionar. 

 

Beatriz Paredes Rangel detalló que en el libro se encuentran los discursos de las personas indígenas en tribuna; los debates entre los Grupos Parlamentarios para que este hecho fuera realidad; así como la legislación que se generó tras estos eventos trascendentes para la vida parlamentaria. 

 

Además, la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y el Caribe destacó el papel del Senado de la República cuando formuló la Ley General de Concordia y Pacificación, pues fue una alternativa para que el lanzamiento insurgente no deviniera en una represión generalizada en algunas zonas de nuestro país.

 

Paredes Rangel aseguró que aún hay pendientes por resolver en los pueblos originarios, los cuales sólo podrán resolverse con una gran alianza entre todos los sectores, pues provienen de siglos de marginación.

 

El senador Eduardo Ramírez, del Grupo Parlamentario de Morena, recordó que el 1 de enero de 1994 las y los integrantes del movimiento zapatista tomaron cinco cabeceras municipales del estado de Chiapas: San Cristóbal de las Casas, Altamirano, Las Margaritas, Ocosingo y Chanal.

 

Asentó que este fue un momento estelar de la historia mexicana que generó nuevos paradigmas políticos, económicos y sociológicos. Además, destacó el trabajo de la Comisión para la Concordia y Pacificación, en donde la discriminación, la pobreza y la marginación en la que vivián las comunidades indígenas; “este movimiento visibilizó a un país distinto”.

 

El también presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales dijo que la participación del EZLN en la Cámara de Diputados puso al descubierto no sólo los problemas de Chiapas, sino de las comunidades indígenas de todas las entidades del país; “es un parteaguas de la historia y es un momento para contar”.

 

A partir de este hecho, subrayó el legislador, se abrió un nuevo ejercicio parlamentario en nuestro país y ahora, a más de 25 años, se tiene una visión de país distinta, pues los pueblos originarios tienen más acceso a la información y se busca que cuenten con condiciones mejores de vida; sin embargo, denunció que aún hay asignaturas pendientes.

 

A su vez, el exdiputado Jaime Martínez Veloz indicó que, tras el levantamiento del EZLN en 1994, el Estado mexicano planteó una serie de acciones para enfrentar este tema tan complejo, a pesar de que en ese tiempo sólo había cuatro partidos representados en el Congreso de la Unión: PRI, PAN, PRD y PT.

 

Entre ellas, puntualizó está la Ley para el Dialogo Conciliación y la Paz Digna en Chiapas, la cual se aprobó por unanimidad y logró retomar el diálogo para que el 16 de febrero de 1996 se firmaran los Acuerdos de Larráinzar.

 

Este primer convenio de paz entre el Gobierno Federal y el EZLN permitió que integrantes del movimiento zapatista y de los pueblos originarios pudieran hablar en la tribuna del Congreso de la Unión, explicó Martínez Veloz.

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