Por Alejandro Ruiz Robles
“SER FELIZ … ¿ES MI DECISIÓN?”
“CURIOSA ES NUESTRA SITUACIÓN DE HIJOS DE LA TIERRA. ESTAMOS POR UNA BREVE VISITA Y NO SABEMOS CON QUE FIN, AUNQUE A VECES CREEMOS PRESENTIRLO.” (ALBERT EINSTEIN, 1879 / 1955)
Cada uno de nosotros siempre habla de la felicidad como un sueño posible al cual hay que llegar y tal pareciera que es un estado de plenitud, de permanencia o de conclusión.
Podemos encontrar tantas formas de concebirla como personas existan; ya que es una decisión individual el entenderla, asumirla y vivir conforme a ella.
Si tenemos dudas en cuanto a su definición, basta encontrar todas aquellas cosas que nos producen el efecto contrario: dolor, tristeza, lágrimas, etcétera.
A estas alturas de tu vida … ¿Sabes qué es la felicidad?
“… DE TU DECISIÓN DEPENDE LA FELICIDAD DE TU VIDA …” (LEÓN TOLSTOI, 1828 /1910)
Es común que, en las reuniones sociales, todos hablen de sus vidas como si hubieran alcanzado todo o estuvieran en camino a ello, entre ellas esa multicitada felicidad.
Si bien, ésta podría ser una meta colectiva de la humanidad, resulta que tal logro normalmente se transforma en la soledad de las personas y con el auto análisis, apreciamos que sólo eran mensajes aparentes o deseos lo externado frente a otros.
Lastimosamente, de esa simulación viene la insatisfacción por no saber concretar sus sueños o desconocer el sentido de lo que se quiere.
Ante ello surge el cuestionamiento: Si decidir es un acto consciente … ¿cómo pretender ser feliz si tampoco se sabe que es lo nos hace felices?
“… LA FELICIDAD REAL SIEMPRE ES ESCUÁLIDA EN COMPARACIÓN CON LAS COMPENSACIONES QUE OFRECE LA DESDICHA. … LA FELICIDAD NUNCA ES GRANDIOSA. (ALDOUS HUXLEY, 1894/1963)
Es probable que no conozcamos aún hacia donde queremos encaminar nuestra vida, pero si sabemos que es lo que nos lastima, afecta o simplemente, no deseamos. Es decir, ante la falta de metas elegidas evitamos al máximo las situaciones que compliquen nuestra existencia.
Para nadie es un secreto que si algo evitamos por naturaleza es vivir entre tragedias, lágrimas o limitaciones; simplemente, buscamos espacios y lugares que nos permitan desarrollarnos con comodidad y tranquilidad.
A diferencia de las películas del Siglo de Oro Mexicano donde todos lloraban y entre más avanzaba la película se incrementaba la tragedia; no está en nuestra genética ser mártires, está en nosotros elegir nuestro destino.
Si podemos vivir con alegría, … ¿no te has percatado que tal pareciera que nos encanta sufrir en demasía con nuestras decisiones erróneas?
“… NO DEJES QUE TERMINE EL DÍA SIN HABER CRECIDO UN POCO, SIN HABER SIDO FELIZ, SIN HABER AUMENTADO TUS SUEÑOS …” (WALT WHITMAN, 1819/1892)
Despertar cada mañana implica la posibilidad de planear nuestra jornada y encaminarlo a lo que nos de satisfacción; ya sea desde tomar un baño hasta aprender de cualquier situación que se nos presente.
En nosotros está la opción de construir cada día de la manera que llene nuestras expectativas o simplemente, dejarlo pasar sin considerar hacer nada de manera consciente.
Para muchos, lo más relevante de las mañanas, es ahogar el ímpetu que nos impulsa a actuar en la rutina de sólo existir en nuestras actividades.
Y tú … ¿Vives cada día con la determinación de ser una mejor persona?
“DESCUBRIR LO QUE UNO ESTÁ CAPACITADO PARA HACER Y ASEGURARSE UNA OPORTUNIDAD PARA HACERLO, ES LA CLAVE PARA LA FELICIDAD.” (JOHN DEWEY, 1859 / 1952)
Conforme crecemos, nos damos cuenta de que hay situaciones que nos llevan a sentirnos plenos en nuestro vivir y está en nosotros identificarlas y buscarlas.
Soñar es lindo, pero hacerlo conscientes de nuestras capacidades es admitir nuestra realidad y en función de ello, edificar nuestras metas.
Siempre existirán imposibles, imponderables o imprevistos, pero en la medida que nos conozcamos a nosotros y nuestras circunstancias podremos minimizarlos.
La frustración surge cuando no actuamos acorde a nuestras capacidades o no consideramos nuestros recursos.
Si nuestras metas escapan de nuestras realidades, debemos entender que éstas nunca fueron opciones válidas o posibles, sino fueron ideales por capricho.
En ese sentido … tú … ¿realmente te conoces?
“… LA FELICIDAD ES AMOR, … EL QUE SABE AMAR ES FELIZ …” (HERMANN HESSE, 1877/1962)
Si algo tenemos en común las personas es el amor y no hay circunstancia más alentadora en nuestra vida que el sentirnos amados, en el entendido que tal pareciera que esa sensación es algo que está en nosotros sentirlo y llevarlo día a día, desde que nacemos, conforme crecemos y hasta que morimos.
Y tal pareciera que el sentirse amado se da en función de lo que vivimos ante el mundo; es decir, que es un algo que obtenemos de terceros, siendo justamente lo contrario; el amor no es una externalidad, surge de nosotros, en función de nuestro autoconocimiento y aceptación y parte hacia con quien compartimos.
El amor es algo tan simple como entender que no lo puedes compartir si tú no lo sientes por ti. Es decir, nadie puede dar a otro lo que no tiene para sí. ¿TÚ TE AMAS?
“CUANDO SE AMA … SE PUEDE PRESCINDIR DE LA FELICIDAD.” (FIODOR DOSTOIEVSKI, 1921 / 1881)
El amor es plenitud. Sentirte amado es la meta anhelada por todas las personas. Venimos a amar y ser amados y ese es el sentido que le damos a todo lo que hacemos.
Es curioso, pero si pudiéramos dividir en porcentajes nuestro día a día, veríamos que el mayor número atiende a la persona que somos y el menor, al técnico o profesional para el cual nos formamos.
Con ello nos damos cuenta de que si bien, la instrucción educativa es sumamente importante para nuestro desempeño; jamás debemos descuidar el atender a quienes somos y como