Por Alejandro Ruiz Robles
“¡TAN NUNCA, TAN SIEMPRE!”
UNA RAZÓN PARA FESTEJAR.
Desde que nacemos seguro es que tendremos ese evento como una fecha especial para recordar, celebrar y darle un dígito que se irá incrementando cada año.
Entre aplausos, cánticos, felicitaciones, reuniones y pasteles celebraremos un año más y lo más importante, tendremos motivos para agradecer a la vida por concedernos más tiempo en este mundo.
Sin duda, si bien en cada ocasión hay elementos comunes y momentos emotivos, lo cierto es que siempre hay un diferencial que no necesariamente depende de nosotros y que le da una sazón especial.
Junto con añadir una vela al pastel es muy probable que también haya lugar a instantes de reflexión y agradecimiento a quienes han hecho posible que estemos en condiciones de festejar que estamos vivos.
Todos sabemos que conforme pasa el tiempo y acumulamos edad, debemos sentirnos orgullosos por estar vivos a pesar de cualquier circunstancia.
Y tú … ¿aún agradeces añadir un deseo más a tus días?
LA ESPERADA SENSATEZ.
Con la edad, presumiblemente llega la madurez y como consecuencia, la sensatez para vivir, actuar y compartir en forma razonada y sensible.
Muchos la habrán recibido paulatinamente, otros quizás la sigamos esperando; sin embargo, lo cierto es que tenerla sin duda nos vuelve personas añoradas para las personas que están a nuestro alrededor.
A menudo escuchamos términos como “barbaján”, “desagradable” o simplemente “mala persona” para aquellos que desdeñan a la bondad y cordialidad como su forma de vida.
En ese contexto, si bien lo loable sería ser maduro, tal pareciera que, dada nuestra realidad, ya no se trata de alcanzar los extremos positivos o negativos, sino únicamente ser acorde a los valores comunes socialmente aceptados, partiendo del principio básico de “no hacer a otros lo que no te agrada para ti”.
Ante ello, es válido preguntar … ¿conoces personas que su físico corresponda a su edad mental?
SIN PIEDAD.
A veces pareciera que más que pedir un deseo para celebrar una vuelta del calendario, se procede a dar una justificación por la meta no alcanzada o simplemente omitida.
Quizás sea por remordimientos, pero de repente, justo cuando esperamos escuchar un mensaje propositivo de buena esperanza, el celebrado nos apabulla con explicaciones no pedidas de los motivos por los que no fue su logro, con las consecuente palabras de apoyo para motivar su olvido y continuar con la alegría.
Lastimosamente, conforme crecemos, tendemos más a hablar de las razones del porque no fueron las peticiones que de los sueños cumplidos. Y eso es muy triste.
De consejos recibidos durante mi vida, siempre es válido analizar lo hecho a manera de retroalimentación para cambiar lo que no nos gusta de nosotros.
Si construimos hacia adentro, seguro tendremos mayor oportunidad de ofrecer la calidez que provoca nuestra satisfacción por sabernos en nuestra ruta trazada.
O … ¿alguna vez has considerado como logro una justificación?
LA RIQUEZA DE LA FRANQUEZA.
Cuando tenemos oportunidad de estar en una reunión con personas de nuestro afecto, nos llenamos de alegría, paz y tranquilidad de sabernos en un lugar apreciado.
Sean o no preguntas cómodas, tal pareciera que la cronología funciona de manera distinta entre los asistentes pues basta preguntar la edad o hacer de alguna manera referencia a ella para que alguno se incomode.
Y observando con profundidad este tema … ¿no es motivo de orgullo saberse querido como uno es sin mayor condicionamiento? Es decir, es un gran detalle de la vida tener personas que nos quieran por quienes somos sin que tengan mayores pretensiones.
Y si la aritmética de la vida nos da los elementos necesarios para contar la vida por años, la esencia del ser humano nos lleva a contar nuestra existencia en función de las personas que tienen un sentimiento positivo por nosotros.
A ti qué te parece mejor … ¿Contar tu vida por años o por afectos?
EL AMOR QUE VIVE EN MÍ.
Desde pequeños sabemos que no nacimos para estar solos y como consecuencia, somos seres de afecto que lo perfeccionamos al aceptarlo y compartirlo. Llámese amor, amistad, cariño o de la manera que se considere, lo cierto es que tenemos un sentimiento para dar y recibir de los demás. ¿Cuál es la razón para fincar nuestro éxito en la vida en un dígito acumulable con cada año de vida?
Ante ese cuestionamiento, resulta de mayor validez ser reconocidos y aceptados por quienes somos que sólo por la edad que tenemos.
Esperar la llegada de la madurez cada doce meses o por el simple paso del tiempo puede ser inútil sino va acompañada de acciones y decisiones.
Cumplir con la vida no es sólo cumplir años es mucho más, es obtener principios, valores y convicciones y vivir acorde con ellos en función de nuestras metas. ¿No lo consideras así?
LA LABOR DEL GRANJERO.
En las caricaturas siempre veíamos la labor que tenía el granjero de levantarse temprano, procurar a sus animales, cultivar y sembrar las semillas para en su oportunidad, cosechar los frutos. Sin duda una labor ardua, pero con su compromiso, seguro llegarían los resultados. No era su intención dejarle todo al transcurso del tiempo, sabía que este llegaría, pero sin trabajo diario, atención continua y cuidado por su desarrollo, difícilmente alcanzaría las metas propuestas.
Si con dibujos animados lo entendíamos … ¿cuál es la razón por la que no entendemos que, sin afectos en nuestra vida, la vida sólo se nos irá de nuestras manos?
Contar con una persona que nos ayude, atienda, escuche, hable y nos acepte por lo que somos es una posibilidad que nos brinda nuestra sola existencia y conforme trabajemos en ella, será una realidad gratificante, máxime si conseguimos que el amor sea un elemento de existencia.
En nosotros está conseguir tan grande distinción … ¿te has comprometido con ello?
¡Y DE REPENTE …!
Siempre me ha gustado escuchar a las personas, quizás las lecciones más grandes las he aprendido de ellos; en especial, de los adultos mayores. De sus diálogos destaco uno en especial que hace referencia a que “es preferible tener un amigo que me acompañe que la representación gráfica o tridimensional de un número en un pastel”.
En ese sentido, si tener el afecto de una persona es un estímulo … ¿cuál es la razón para no procurarlos e incrementarlos?
Si la vida nos premia con seres valiosos a nuestro lado, hagamos lo necesario para vincularnos con ellos y mantenerlos a nuestro lado.
Seamos tan sensatos que aprendamos el valor del encanto de los afectos.
Concentrémonos en los seres que nos dan motivos para ser felices y seamos leales a ellos con nuestras razones y sentidos; sin olvidar en ningún momento que debemos estar atentos al resto de quienes llegan a nuestra vida y la manera en que su presencia nos puede hacer mejores versiones de nosotros mismos.
Quizás al final de nuestros días terrenales no sea tan relevante el cumplir con días, meses o años sino será la dicha de haber contado con seres especiales que nos dieron su magia en vida.
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Posdata: Agradezco a la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) haberme considerado para participar con su alumnado. ¡Un inmerecido honor!
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