En medio de fuertes medidas de seguridad
POR BOWEN XIAO
Tomado de THE EPOCH TIMES, 20 de enero de 2021.
WASHINGTON — Cuando Joe Biden prestó juramento para servir como el 46º presidente de los Estados Unidos, algunos de sus partidarios se presentaron en el Capitolio para celebrar en persona, a pesar de que el área estaba altamente militarizada y fortificada.
Había varias capas de vallas alrededor del Capitolio y la Casa Blanca, así como puntos de control de seguridad. A las autoridades les preocupaba que la violencia y los disturbios durante la violación del Capitolio del 6 de enero pudieran repetirse nuevamente.
El área del Capitolio todavía parecía en gran parte abandonada, con pequeños grupos de simpatizantes reunidos en las calles circundantes. En una sección, un bar local reprodujo el discurso inaugural de Biden en vivo mientras una pequeña multitud de seguidores y medios de comunicación se detenían a escuchar.
“Estoy muy emocionada de ser al menos parte de algo pequeño”, dijo Nicole Lee a The Epoch Times. “Es algo enorme, pero no puedo estar allí [adentro]”.
Lee, que salió con su familia para mostrar su apoyo a Biden, dijo que sentía que la fuerte presencia militar era un poco exagerada, pero señaló que las autoridades “tenían que hacer una declaración”.
“Apesta, pero por la seguridad de todos para disfrutar de una pequeña parte, estoy a favor”, agregó.
Se estima que 25.000 miembros de la Guardia Nacional vinieron de los 50 estados para estar estacionados en el Capitolio. El número de guardias enviados a Washington supera con creces el número de fuerzas estadounidenses en Afganistán, que se ha reducido a 2.500 . A los miembros de la Guardia Nacional se les ha permitido usar fuerza letal para apoyar a las fuerzas del orden en el Capitolio y la ciudad.
En los días previos a la inauguración , se cerraron carreteras, se cerraron tiendas y se vieron vehículos militares en toda la zona. El edificio del Capitolio en sí estaba completamente rodeado por vallas altas con alambre de púas.
“No escapé de mi país por esto, es como una zona de guerra”, dijo un antiguo residente de DC originario de Vietnam.
Un partidario de Biden que se presentó en persona dijo que tuvo que caminar todo el camino desde un rincón lejano de Washington, cerca de Maryland, para llegar al Capitolio.
“Es una zona militarizada por millas”, dijo Richie Abel a The Epoch Times.
Abel describió el estado de ánimo el día de la inauguración y los días previos como solemnes.
“Toda la semana ha sido una especie de calma antes de la tormenta, pero parece que la tormenta no va a llegar”, agregó. “No he visto ninguna violencia a gran escala ni nada”.
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, dijo el 15 de enero que incluso después de la inauguración presidencial, la ciudad tendrá que mantener una mayor seguridad. Cuando se le preguntó si las amplias medidas de seguridad en la ciudad se revertirían después de la inauguración, Bowser dijo: “Vamos a volver a una nueva normalidad”.
Algunos dijeron que la presencia militar no iba a afectar nada.
“Estoy bien con todo eso”, dijo Rebecca, quien se negó a dar su apellido. “Eso no va a restarle importancia al hecho de que tenemos una mujer que ocupa la posición de liderazgo más alta de la historia”.
Viajar por la ciudad o acceder al Capitolio es difícil. El Metro anunció que cerraría 13 estaciones dentro del perímetro de seguridad. Y el National Mall declaró que implementaría un cierre público temporal a partir de las 11 am del 15 de enero hasta al menos el 21 de enero, a pedido y en cooperación con el Servicio Secreto de los Estados Unidos.
Mientras el discurso de Biden se estaba reproduciendo en vivo, una persona en la calle levantó un cartel que decía : “Esto se parece a Pyongyang, solo hay policías y militares. No hay civiles “.
