La innegable cercanía de AMLO con la prensa
Hoy 7 de junio, al conmemorarse la 72 celebración del Día de la Libertad de Expresión, fecha establecida en 1951 por los editores de periódicos afines a los regímenes en turno –y en específico al de la administración de Miguel Alemán Valdés–, el presidente corrupto que fue, dice Julio Scherer García en su libro La terca memoria en la página 11; y acusa: que Alemán fue corrupto, haría falta ocuparse como el iniciador de una serie de mandatarios parecidos a él y que no se han dado por generación espontánea. Cada uno ha dejado testimonio de su propia negación del país hasta llegar a Fox. Y la celebración que se continuó dando hasta el expresidente Enrique Peña Nieto.
Sobre el tema viene a mi memoria para ustedes la sentencia aprendida en mis clases en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, de Johanna Francisca Theodora Maria, “José” van Dijck, que es una autora e investigadora de los nuevos medios y profesora de Estudios de Medios Comparativos de la Universidad de Ámsterdam, que dice: “Los medios no reflejan la realidad real, sino construyen la realidad que desea transmitir la clase dominante”.
Ustedes, lectores, se preguntarán cómo surgió dicha celebración. Pues les platico que con base en la tesis de mi colega y amigo el doctor José Luis Palacios Islas, quien es el primer maestro en periodismo político de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con su trabajo académico “La EM-PRENSA el periodismo empresarial en México”, nos relata que, hasta esos años de 1951, destacaban Excélsior, que se ufanaba ser el más gubernamental y El Universal (El Gran Diario de México) que también luchaba por esa posición. Déjenme decirles que todo empezó el 10 de septiembre de 1943, cuando nace en ciudad Juárez, El Fronterizo,propiedad del General José García Valseca, quien después fundaría El Heraldo de Chihuahua, El Sol de Puebla, El Continental en El Paso, Texas, El Sol de Centro, El Sol de Toluca, y así integra la cadena García Valseca, con 37 periódicos en todo lo largo y ancho del país, misma que años después se convertiría en Organización Editorial Mexicana (OEM), al pasar a ser propiedad de Mario Vázquez Raña.
A la mitad del siglo XX, ya con tres periódicos dominantes en el país, el presidente Miguel Alemán asiste a una comida en las oficinas centrales de dichos periódicos, en la calle de Serapio Rendón # 43, Colonia San Rafael, en el entonces Distrito Federal, el día 13 de octubre del año 1948. Para el año siguiente se volvió a organizar otra comida, y así consecutivamente, hasta 1951 cuando –derivado de la posguerra–, se dio una escasez de papel periódico, cuyo control lo tenía PIPSA, con el inminente peligro de tener que disminuir páginas y tiraje de los periódicos, e incluso suspender diversas publicaciones.
Miguel Alemán entonces ordenó que los trenes de pasajeros, que eran propiedad del Estado Mexicano, se convirtieran en vagones de carga y las locomotoras transportaran las enormes bobinas de papel del vecino país del norte al centro de México, y por ello el general García Valseca estimó que dicha acción –tan significativa para la industria empresarial de periódicos– requería que se diera un reconocimiento especial, para lo cual convocó a una reunión de directores y directivos de periódicos para dar una declaración especial al presidente Miguel Alemán.
Era el 7 de junio de 1951 y en consecuencia se preparó un pergamino, firmado por los meros “machuchones” empresarios del periodismo en México, con lo que nace el “Día de la Libertad de Prensa”, que luego de 49 años, en el sexenio de Vicente Fox Quesada, cambiaría al día 3 de mayo, día de la Santa Cruz, para así celebrar el “Día de la Libertad de Prensa”, junto con los colegas albañiles, que construyen este gran país. Y dentro de esa celebración, en 1976, último año de mandato de Luis Echeverría, institucionalizaría el Premio Nacional de Periodismo para sus periodistas afines, con un diploma y 50 mil pesos en cheque.
Por ello –como reportero con 42 años en el ejercicio de esta noble profesión–, distingo entre quienes hemos estudiado y quienes se hicieron empíricamente: considero que la mayor parte, desde los reporteros hasta los directivos de la llamada “prensa” nacional, así como en el interior del país, eran y son aún el espejo complaciente de los poderes fácticos, en la gran mayoría de casos. Y prueba de ello es que muy pocos de los dueños de los llamados “medios de comunicación” son de profesión periodistas. Ahí está el caso del general José García Valseca, del contador Juan Francisco Ealy Ortiz, del empresario Olegario Vázquez Raña, de otro empresario, Manuel Arroyo Rodríguez, y muchos otros más, que se apoderaron de la radio y la televisión en México.
En esta fecha del 7 de junio, en donde muchos comentaristas, abogados, opinólogos, lectores de textos, ingenieros, hasta cuenta chistes como Chumel Torres, que se siente periodista, y otros, desde “plumas consagradas” en columnas en los “medios de confección” y desde los micrófonos y espacios en las pantallas de televisión, vociferan que en esta fecha no hay nada que festejar, porque estamos en la administración donde más periodistas han matado. Pero hay que aclarar que no los manda matar el gobierno en turno, como sucedía apenas años atrás, como en tiempos de Calderón, Salinas, Echeverría y López Portillo.
Hoy podemos decir que hay una verdadera relación cercana entre el Jefe del Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador, y los representantes de la “prensa mexicana convencional”, llámese radio, televisión, prensa escrita, agencias de información, hasta gubernamental, en mil 115 conferencias, cosa que no sucedió en las administraciones de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, Ahora cada reportero o representante lleva sus preguntas de sus respectivos jefes o las suyas.
También es menester reconocer que no todos los medios –o mejor dicho, las empresas de mercantiles de comunicación–, vendieron su alma para servir como recaderos o voceros mediáticos de los gobiernos conservadores; y el ejemplo, entre otros, es la revista CONTRALÍNEA, que sin dada ha desplazado a PROCESO, en credibilidad y otros aspectos.
Contados medios independientes y alternativos tienen como su objetivo primordial el de informar masivamente a sus amplias y medianas audiencias, conscientes ellos de la rebelión existente desde hace más de una década contra la línea “informativa” de la televisión privada mexicana, así como de su entretenimiento, por lo que toca a los medios electrónicos.
La otra cara de la moneda es escuchar a Denise Dresser o a Ciro Gómez Leyva, así como a López-Dóriga, quienes día y noche dicen que el actual gobierno polariza, y no aceptan que lo que hace el presidente de todos los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, es desenmascarar medios, personajes, instituciones y empresas de comunicación mercantil –de corte y confección– que nos tenían engañados, pues la prensa no informaba. Los medios –con algunas excepciones– no informaban; lo que hacían era una abierta manipulación.
Prueba de la actual libertad de prensa, es la intervención en “la mañanera” del día martes 30 de mayo del año en curso, de Adriana Estela Flores, de IMER Noticias, Instituto Mexicano de la Radio (radio pública), cuando preguntó: “Presidente, acerca de esta denuncia que hizo ayer la madre buscadora de Sonora, Ceci Flores Armenta, ella les hacía esta propuesta a nueve cárteles, estas organizaciones criminales. Con los grupos del crimen organizado, presidente: nada más para precisar: ¿entonces, usted sí suscribe o se suma a este llamado?”.
Declaración del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que fue sesgada por los medios convencionales, y ante ello explicó el Jefe del Ejecutivo Federal, que “la compañera desde que me hizo la pregunta yo dije: Trae ‘mala fe’, porque ella seguramente es del bloque conservador o simpatiza con el bloque conservador; que tampoco es ningún delito, somos libres”.
Si esta pregunta la hubiera realizado la compañera Adriana Estela Flores en las administraciones de Zedillo, Fox, Calderón y Peña, seguramente que sus jefes de prensa respectivos hubiesen llamado a Aleida Calleja Gutiérrez, directora general del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), para una explicación –lo mínimo–; máxime que se trata de un medio de comunicación público. Y ahí está la muestra de la nueva libertad en los medios de comunicación tradicionales, en donde esta compañera continúa con su trabajo, pagada por los impuestos de cada uno de ustedes –y con sus simpatías o militancia ideológica–, sin reprimenda alguna, hasta donde sabemos. Pero les digo que las citadas administraciones anteriores no daban oportunidad de preguntar libremente a los reporteros de a pie, como sucede hoy en el Salón Tesorería de Palacio Nacional.
Llegamos a la recta final de esta administración de la Cuatro T, en la que se acabó el que la principal fuente de ingresos de los medios mercantiles y de manipulación, eran los dineros que administra el Gobierno Federal, de sus ciudadanos; y en donde los medios conservadores han tomado partido en el marketing político y económico, y con una doble moral, victimizándose y levantando la bandera de “Libertad de Expresión y de Prensa”, dicen: ¡Libertad de Prensa y Expresión!.
Ustedes siempre tendrán la mejor respuesta: ¿Consideran que hay una nueva relación del Poder Ejecutivo Federal con los representantes de los medios manipuladores de comunicación, sin cuya ayuda ha gobernado?… Hasta aquí con Los Pozos de Carlos Pozos. Y si desean que le haga su pregunta al Presidente de México en la conferencia de prensa “mañanera”, por favor háganmela llegar al correo: lordmolecularedacción@gmail.com; vía Twitter a: @lordmoleculaoficial, o bien, visiten nuestro portal https://www.lordmoleculaoficial.com/ así como también pueden ver mi Canal Lord Molécula Oficial.