LA FÁBULA DEL MIEDO

N. de la R.- Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, cuestionado exfuncionario de salud del gobierno etíope, que por su torpeza causara la muerte de muchísima gente con el ébola.

 

 

  • Del Virus de Vuham al sudafricano Ómicron
  • Detrás una catástrofe económica planetaria
  • ¿Cuáles son los poderes que mueven esto?
  • Capotea AMLO embates del oscuro poder

 

 

Javier Rodríguez Lozano

(1 de 3 partes)

(Tomado de LORD MOLÉCULA OFICIAL)

 

 

CIUDAD DE MÉXICO, martes 30 noviembre 2021.- El hecho de que el chip humano no esté programado para aceptar una mega mentira, ha provocado la muerte de muchísima gente en todo el mundo y la supervivencia de la falsedad.

 

En diciembre de 2019 el mundo empezó a sufrir la aparición del virus de Vuham que pronto se convertiría en pandemia y los estropicios no se limitaron a la pérdida inútil de vidas, sino al desastre económico que ello significó.

 

No aspiramos a que nuestro texto pudiera ser estudiado por las mentes jóvenes que aspiren a convertirse en afamados periodistas, pero el tema, sin embargo, sí es obligado para quienes trabajamos la comunicación de masas; es obligadísimo, porque las fuentes que utilizaremos nos definen, para bien y para mal.

 

Lo dividiremos en tres partes y en esta primera, luego del contexto que diera origen a la pandemia del Covid, nos referiremos al anuncio oficial de la aparición del Ómicron por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), agencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el pasado viernes.

 

En la segunda parte describiremos la síntesis obtenida de la tesis inspirada en la hipótesis de una mente poco común, la del exagente de la KGB y hoy Investigador de la Inteligencia Conceptual, Daniel Estulin, quien por lo menos unos cinco años antes vería venir la debacle planetaria a que nos redujo el virus chino.

 

Prolongaremos esta trama hasta la tercera y última parte, en la que concluiremos con apuntes a ojo de pájaro –pero no por ello menos importantes- del papel jugado por el presidente Andrés Manuel López Obrador frente al oscuro poder detrás de la pandemia y cómo la ha capoteado: de muchas formas, menos alineándose al poder global.

 

Iniciamos.

 

El viernes pasado la OMS emitió su primer alarmante mensaje, igual que aquel emitido por Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS –un cuestionado exfuncionario de salud del gobierno etíope, por su torpeza que causara la muerte de muchísima gente con el ébola- el 11 de marzo de 2020, cuando declaró en conferencia de prensa:

 

“La Organización Mundial de la Salud declara que el coronavirus Covid-19 ya es una pandemia”.

 

Esta decisión –agregaría- se da luego de evaluar el brote de coronavirus, “y estamos profundamente preocupados tanto por los niveles alarmantes de propagación y gravedad, como por los niveles alarmantes de inacción”.

 

Agatha Christie, Arthur Conan Doyle o Alfred Hitchcock, al tener las cuartillas de estos dos episodios en la mano y con mirada inquisitiva en una y otra, dirían:” Cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia”, pero para los investigadores del Nuevo Orden Mundial, Estulin y la periodista española Cristina Martín Jiménez, aquí en el tema de la pandemia y Ómicron, no hay ninguna casualidad, sino total y absolutamente causalidad.

 

En su comunicado de hace tres días la OMS resaltaría su “preocupación” por la nueva variante del coronavirus: el Ómicron. Es preocupante, “en vista de la gran cantidad de mutaciones que presenta”.

 

Relataría que el Grupo Técnico Asesor sobre la Evolución del Virus del SARS-CoV-2, celebró una reunión extraordinaria ante el hallazgo de la nueva variante, cuya primera muestra se recolectó el 9 de noviembre pasado en Sudáfrica, país que la notificó el día 24 a la OMS.

 

La agencia de la salud de la ONU “alertó” sobre el aumento del número de casos en las provincias sudafricanas, “donde el índice de vacunación es bajo”,

 

Pidió a los países mejorar los esfuerzos de vigilancia y secuenciación para comprender mejor las variantes circulantes del SARS-CoV-2, enviar secuencias genómicas completas y metadatos asociados a una base de datos disponible públicamente y “notificar los casos asociados con la infección por variantes de preocupación”.

 

También, realizar investigaciones de campo y evaluaciones de laboratorio (cuando haya la capacidad) para mejorar la comprensión de los impactos potenciales de la variante en la epidemiología del Covid-19, “la gravedad, la eficacia de las medidas sociales y de salud pública, los métodos de diagnóstico, las respuestas inmunitarias, neutralización de anticuerpos u otras características relevantes”.

 

Resaltó la no discriminación, ni prohibición de viajes, y urgió a la comunidad internacional a no criticar a los países que comparten su información de forma transparente.

 

Se informó también que los primeros gobiernos que cancelaron los vuelos directos a esos países africanos fueron Gran Bretaña, Francia e Israel, a los que seguirían países de la Unión Europea y los sudafricanos Eswatini, Lesoto, Mozambique, Namibia y Zimbabue.

 

La OMS recomendó a la población en general mantener las medidas de salud pública comprobadas, como usar máscaras bien ajustadas, lavarse las manos con frecuencia, respetar el distanciamiento físico, mejorar la ventilación de los espacios interiores, evitar espacios abarrotados “y vacunarse”.

 

Si se estudia ese comunicado de la OMS se verá que lo que resalta en él son enfoques muy semejantes a los de la declaración oficial de la pandemia, que hacen común el miedo generalizado.

 

En los momentos de editar esta columna no había todavía datos del número de contagios por el Ómicron, como puede advertirse en declaraciones divulgadas por la propia OMS, atribuidas a la epidemióloga líder de la agencia, María Van Kertgove, quien especuló con la existencia de “un centenar de secuencias del genoma completo”, pero admitió que “por lo que no se sabe mucho aún sobre el tema”.

 

La experta –dijo la OMS- advirtió que tomará varias semanas entender el impacto de esta nueva variante del coronavirus.

 

LA COSA ES QUE…

 

Todavía no sabemos la dimensión de la emergencia sanitaria, pero lo que sí sabemos –y con precisión- es que el miedo vuelve a ensombrecer al mundo, gracias a la forma en que los medios de comunicación manejan esta información.

 

 

Seguimos con el tema el jueves.

 

Qué tal.

 

 

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