Por la crisis económica muchas familias se están desintegrando y eso es lo que debe atacarse a fin de recuperar la esperanza de un mejor presente y futuro, dice Saraí Ornelas, candidata del PVEM al Senado de la República
AGUASCALIENTES, Ags., lunes 30 de abril dle 2018.- Estamos viviendo ya los mejores momentos de la Feria de San Marcos y también una campaña política en los que los candidatos a puestos federales no se cansan de hacer promesas que nunca podrán cumplir, hay que señalar que casi nadie, se han preocupado por ver lo que está ocurriendo verdaderamente con la familia, el núcleo principal de la sociedad que se encuentra terriblemente amenazado, advirtió Sarai Ornelas, candidata del Partido Verde Ecologista al Senado de la República.
Hoy en que Aguascalientes está viviendo momentos de terribles crisis, que obligan a papá y mamá a trabajar para tratar de llevar el alimento a casa, es cuando la sociedad está más amenazada por la descomposición social que estamos viviendo, refirió Saraí, quien destacó que hoy es cuando nuestros padres y abuelos añoran más que nunca el Aguascalientes provinciano en el que había una gran tranquilidad, en el que todos se conocían, ese Aguascalientes del que ya sólo los recuerdos quedan.
Hoy pareciera ser que nos hablan de una fábula, hoy el modernismo no sólo ha acabado con tantas y tantas cosas que nos distinguieron hace unos cuantos años, sino que está convertido en una gran amenaza para la célula básica de la sociedad como lo es la familia, una amenaza que tenemos que enfrentar decididamente para no dejarla avanzar.
Por lo tanto, advierte Saraí Ornelas, hoy Aguascalientes está pagando el precio del modernismo que tanto se presume.
Ese modernismo que está cobrando un altísimo costo, pues nos tiene sumidos en una profunda crisis moral y social en donde cotidianamente los suicidios, los divorcios, los asaltos, las violaciones y la desintegración social son la constante.
Eso es el modernismo, nos está cobrando una cuota sumamente alta y la verdad que si eso va a continuar, mejor que no hubiera llegado.
¿Qué presente y cuál futuro es el que estamos forjando para las nuevas generaciones?, se pregunta la candidata del Verde Ecologista al Senado, señalando que en su recorrido por las calles de la ciudad, principalmente en las colonias populares ha podido palpar que existe una gran descomposición social
Algunos representantes de las diferentes capas sociales y activas de la Entidad han puesto el dedo en la llaga, al tratar el sinuoso y problemático caso de la pérdida de las raíces morales ante la avalancha de un olvido casi total de los mal denominados tiempos modernos, donde se ejemplariza a todas horas y principalmente por la televisión, la baja condición humana con delitos de todos colores y tipos, que van desde el acoso sexual a la mujer hasta la violación, llegando incluso a los arrebatos de esta índole en la familia menor, niños y niñas, que criminalmente han sido encauzados en la terrible pornografía.
Y dígase si no, señala Saraí Ornelas, en el momento en que la televisión es encendida en los hogares de Aguascalientes, tanto de la ciudad y polos importantes de población como, incluso, en las casitas más modestas y hasta en jacales ubicados en plena serranía, en donde las familias habrán de abstenerse incluso de una alimentación equilibrada, pero en contra de ello existe un aparato de televisión con su respectiva antena, ante el cual se sientan en infinitos tiempos del día, las semanas y los meses, todos los miembros de la familia para disfrutar (?) de lo que pudiera ser -un espectáculo accesible-, lo cual no se logra prácticamente en ninguno de los programas.
Toda la estructura social que hoy se vive, tan aceptada sin embargo, ha traído a la población un desenvolvimiento en las condiciones más disminuidas de moralidad y religiosidad de que se tenga memoria.
Los reiterados delitos sexuales y de atentados al pudor, incluso los suicidios que se han venido registrando en la Entidad, haciendo que el índice aumente considerablemente en comparación a otras épocas de Aguascalientes, son la muestra palpable de la baja consideración y pérdida de principios de un gran número de familias.
El atentado contra la vida propia es un latigazo fuerte contra el Creador, señaló Saraí Ornelas, pues “Dios nos da la vida para que la cuidemos con esmero, es parte fundamental de lo que el Señor nos ha entregado a nuestro paso por la vida”.
Desequilibrio total se advierte en todos y cada uno de los suicidas, quienes han perdido -aparentemente- toda la esperanza en la Fe y en Dios.
Han mostrado esas personas que se han quitado la vida en lo que va de este año -entre quienes hubo niños de 12 y 16 años-, que carecían de la mínima condición religiosa como dueños y defensores, en primera instancia, de su vida, de la cual tendrán tarde que temprano que rendir cuentas al Creador. Pero el suicidio es sólo uno de los muchos cánceres que están minando a nuestra sociedad y que son, según algunos, el costo que se tiene que pagar por el modernismo, por el desarrollo.
Y la verdad, que es un costo que en lo particular nunca quisiéramos pagar y que trataríamos de hacerlo de una manera positiva, siendo mejores padres, mejores hijos, mejores amigos, mejores trabajadores y hombres y mujeres que se entregan con gusto a tratar de forjar un mejor presente y un futuro más halagüeño para quienes nos preceden.
Lo negativo que ha traído la modernidad que tanto presumimos a cambio de perder nuestras tradiciones, nuestra bonhomía, la inocencia de una sociedad que hoy está confundida e inmersa en crisis que hace años nunca imaginamos.