COSA DE PRENSA

 

  • “Háganse a un ladito ya”

  • El peso pasó apuros

  • Se ve posible lo imposible

Javier Rodríguez Lozano

AGUASCALIENTES, Ags., viernes 6 de julio de 2018.- Este miércoles 4 de julio se reunió el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, con el Consejo Coordinador Empresarial, los mismos con quienes tuvo desencuentros que afectaron a la economía y la cotización del peso frente al dólar lo registró entonces como ahora, brincar el billete verde la barrera de los 20 pesos y regresar ahora, después de las elecciones, a la estabilidad. Hagamos memoria: El 2 de mayo pasado el peso frente al dólar se cotizaría en un mínimo de 17.67 y un máximo de 18.92 pesos. Dos días después, el 4 de mayo, estallaría un conflicto entre AMLO y el Consejo Mexicano de Negocios, máximo organismo empresarial de puertas cerradas. Esto provocó que para el 8 de mayo el peso brincara la barrera de los 20 pesos por dólar, al cotizar en 20.03… Los medios de comunicación atribuyeron aquella abrupta alza a la falta de noticias sobre el Tratado de Libre Comercio, pero esa no fue la verdad. Sin embargo, sí era ética y cívicamente lo indicado. Si hubieran publicado que la causa real era el pleito entre el candidato presidencial de MORENA y el sector privado, se habría desatado el pánico financiero y el peso se desplomaría más… La Agencia Proceso publicaría el 4 de mayo, que AMLO se había enfrentado a empresarios que le reprocharon haberlos culpado de la guerra sucia en su contra, durante una reunión con la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión. Les diría que son ellos quienes financian los mensajes en su contra: “No quieren dejar de robar y no quieren perder el privilegio de mandar. Se sienten los dueños de México. No los vamos a perseguir… Lo que queremos es justicia- Es nada más decirles: ya basta. Ya han robado mucho, han destruido al país, están desgraciando al pueblo, háganse a un ladito ya”… Y la declaración que remató que el dólar brincara la barrera de los 20 por dólares, sería la del presidente del Consejo Mexicano de Negocios, Alejandro Ramírez, a sabiendas de las consecuencias, al decir: “Las acusaciones de López Obrador contra empresarios no generan confianza ni certidumbre jurídica, algo indispensable para la inversión… Las expresiones y descalificaciones infundadas no ayudan a generar confianza”… La calma vendría hasta el 21 de mayo, cuando el peso volvería a los niveles que tenía antes, al cotizarse en 19.95… El lunes 2 de julio, el día después de las elecciones, el peso volvió a brincar a 20:20 por dólares, pero en los días siguientes regresaría a menos de 20 y así cerrará esa semana. ¿La causa? El presidente electo ganó la batalla al sector privado de México, que no había perdido una de esa dimensión desde que empezó a organizarse en 1929, con la fundación de la Coparmex. Gustavo de Hoyos Walther, presidente de ese Sindicato Patronal, se apuraría también a defender a sus agremiados aludidos por AMLO, Alberto Bailleres González, Germán Larrea, Claudio Xavier González Laporte, Alejandro Ramírez y Eduardo Tricio. “Los radicalismos no tienen lugar en el México de hoy. Por eso es que condenamos las descalificaciones que señalan que no coincidir con una opinión política es una forma de corrupción”, diría el líder coparmeco… Cuando se fundó la Coparmex la idea fue proteger al sector privado de los excesos del gobierno de justicia social del Partido Nacional Revolucionario. Desde entonces la iniciativa privada ha influido en todos los presidentes de la República. Hay verdadera expectación por saber cómo será la relación Gobierno-sector privado con López Obrador, quien prometiera que, si ganaba las elecciones, “tendré una buena relación con los empresarios, excepto con los traficantes de influencias y los corruptos… Nosotros no estamos en contra de los empresarios que trabajan, invierten y generan empleo. Nosotros estamos en contra de los traficantes de influencias y, sobre todo, de los corruptos”.

LA COSA ES QUE…

Cuando López Obrador enfrentara a una batería de furiosos periodistas encabezada por Carlos Marín, en Milenio, no se veía cómo aterrizaría muchas de sus audaces propuestas, por ejemplo, la de canalizar a los pobres los cinco mil millones de pesos que anualmente se roban políticos y empresarios corruptos. Ahora esto se ve más posible; qué tal.

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