AGUASCALIENTES, Ags., martes 28 enero 2020.- A poco más de un año del inicio de la administración federal, los indicadores muestran un serio deterioro en los temas más sensibles que influyen en la vida cotidiana de los mexicanos.
En el Partido Revolucionario Institucional sabemos que, para logar un verdadero desarrollo de nuestra sociedad, a las familias mexicanas se les debe garantizar seguridad y estabilidad económica.
En ese sentido, las familias manifiestan que 3 de cada 10 perciben falta de seguridad, y la mitad de las mismas observan insuficientes sus ingresos para alcanzar un verdadero bienestar.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus indicadores macroeconómicos, ha señalado una preocupante reducción de medio punto porcentual sobre la expansión de nuestro producto interno bruto (PIB), esto durante el periodo de octubre del 2019 a enero del presente año; es decir, que en tres meses de improvisación ocurrencias y cortinas de humo, nuestra capacidad para generar riqueza como país, a partir de la generación de valor, la innovación, la producción industrial, la construcción y la demanda de servicios, se ha visto truncada por la manía del Presidente de basar las políticas públicas en incentivar el clientelismo, y la entrega de recursos monetarios con nulas reglas de operación.
Uno de los indicadores más sensibles que arrojan el INEGI, el CONEVAL y el INFONAVIT, es el aumento del costo de adquisición de la canasta básica que los mexicanos tienen que pagar para darle una alimentación adecuada a sus familias, todo por un infame incremento de casi 5%. Por otra parte, hoy en día, es cada vez más complejo adquirir una vivienda propia en nuestro país, pues los datos indican una estrepitosa caía de casi 20% en la construcción en general y un 30% en el caso de la vivienda popular.
En el PRI exigimos al Gobierno Federal, sea responsable en la aplicación de sus políticas, pues su negligencia solo asfixia el crecimiento y estabilidad social.
No queremos, crear un ficticio ambiente de bienestar, mientras se deterioran las finanzas públicas, y la capacidad de producir riqueza de nuestro país.
Su estrategia solamente se ha enfocado en otorgar apoyos monetarios directos, todos sin reglas claras, privando a los mexicanos de aspirar a un verdadero crecimiento y bienestar familiar.