- Álvaro Delgado en las mañaneras
- Rico debate Presidente-reportero
- Defender a los medios, indefendible
Javier Rodríguez Lozano
Miércoles 31 marzo 2021.- Siempre van a ser una delicia los desafíos al pensamiento y a la inteligencia pragmática y emocional, que llamamos coloquialmente La Grilla; y mejor aún cuando la hacen los grillos.
O sea, “zapatero a tus zapatos”.
Ayer ocurrió uno de esos singulares momentos, en el único lugar que se lo puede permitir, porque ya las más altas tribunas de la nación, las de los llamados hidalgos y padres de la patria, ni para eso dan: La mañanera de Palacio Nacional.
Recuerdo con mucho cariño y respeto a Álvaro Delgado, cuando llegara en 1994 a la redacción de El Universal. Cuando él nacía a la vida en 1966, en Los Altos de Jalisco, nosotros iniciábamos nuestro periplo por el oficio más hermoso del mundo.
A su llegada a El Gran Diario de México nos tocó obsequiarle gustosos algunos comentarios sobre el periodismo político y de investigación.
Una ocasión, en 2005, cuando nos identificara entre el público asistente a su conferencia en la Universidad de Guadalajara, sobre su libro El Yunque, y que recordara aquellas anécdotas, criticaría a Emilio González Márquez, ahí presente, que luego sucedería en el gobierno estatal a Francisco Javier Ramírez Acuña.
Aquel reconocimiento atrajo hacia nosotros también los reflectores y eso nos valió que el caciquismo político jalisciense, como corresponsal de Excélsior, nos corriera de la hermosa e inolvidable Perla Tapatía, el rincón más mexicano de la patria.
Como sea, vamos al debate de la mañanera, en el que Andrés Manuel López Obrador volvió a mostrar su sensibilidad política, que nunca le conocimos en los 18 años previos a la asunción de su Primera Magistratura; y también, cuando él se iniciara en La Grilla en el echeverriato, ya andábamos nosotros en esto.
El reportero recibe el micrófono y dice: “Muy buenos días, ciudadano Presidente, muy buenos días a los miembros de su equipo, buenos días también a mis compañeros periodistas y muy buenos días también a quienes nos siguen, siguen esta conferencia de prensa en todo el país”.
Así se presenta Álvaro Delgado, quien cita haber trabajado en varios medios, pero omitió a El Universal. Por algo será. Yo haría lo mismo, hoy me da pena mencionarlo, “no somos iguales”.
Contextualizó en torno a “una investigación sobre una red, un amasijo de políticos, de servidores públicos, de empresarios, que están detrás de la plataforma informativa Latinus”.
Cita a Roberto Madrazo, aquel al que Elba Esther Gordillo impidiera ser presidente, aunque de una manera menos violenta que la utilizada por Luis Echeverría contra su padre. Carlos Alberto Madrazo, que en 1969 iba directo a Los Pinos pero su avión sería estrellado en el Pico del Frayle y aquello no sería posible; uno de los tantos crímenes políticos de LEA para hacerse del poder, incluyendo el Movimiento Estudiantil del 68.
Álvaro pregunta al Presidente si tenía conocimiento de ello y, obvio, el mexicano mejor informado diría que sí, que sí sabía de eso; aunque primero subrayó su felicitación al periodista, por su trayectoria, lo cual indica que habrá ahí una relación de respeto, entre el poder público y uno de los pocos representantes del periodismo nacional que conservan el respeto.
Ah, porque ignoramos por qué renunció Álvaro a Proceso, lo que sí sabemos es que ese semanario, igual que los grandes medios de comunicación en México, están subvencionados por el poder económico mundial y por eso no necesitan de la publicidad del gobierno federal.
Así se fundó Proceso en noviembre de 1976, a unos días de terminar su mandato Luis Echeverría, porque Juan Sánchez Navarro le abrió las puertas de la publicidad del poder económico mundial y de ahí partiría su historia hasta nuestros días. Por eso nunca necesitó de la publicidad del gobierno en turno, lo que le permitía servir mejor a los dueños del mundo.
Ayer, López Obrador citó que don Julio Scherer, en opinión de Carlos Fuentes, era como Francisco Zarco de su tiempo, sin embargo, hasta donde sabemos, Zarco nunca recibió obras de arte de regalo, que convirtieran su casa casi en un museo, como la de Scherer.
-Acerca de la investigación que realizaste, pues es creíble. Sí tenía información -contesta el Presidente.
-¿Qué Roberto Madrazo estaba detrás de Latinus? -revira el reportero.
– Sí. No él, sino familiares de él, como personas vinculadas al gobernador de Michoacán y a quien fue subsecretaria de Relaciones en el gobierno de Vicente Fox.
LA COSA ES QUE…
Álvaro Delgado también le pondría el cascabel al gato; es decir, “protestaría” a su manera, no explícita, ni implícitamente, pero sí figuradamente, a las críticas que un día y otro también, endereza el Presidente contra los grandes medios de comunicación.
Y es ahí donde, con el mayor de los respetos para nuestro amigo Álvaro Delgado, no ha revisado de qué están hechas las piedras angulares de los grandes medios de comunicación en todo el país, porque si lo supiera no las defendería.
Son indefendibles, porque pueden ser (para nosotros lo son) las mayores causantes de la corrupción que tanto defienden en México.
Abundaremos este tema en otros momentos.
Qué tal.