COSA DE PRENSA / Prensa fallida

César Vidal (Madrid 1958) periodista, historiador y abogado, llamémoslo nosotros “objetor de conciencia española”.

  • México sin estadísticas
  • Integridad es indispensable
  • En España son dramáticas
  • El País es muy poco leído
  • Clara falta de credibilidad
  • Aquí vociferan, allá callan
  • El editorial de César Vidal
  • Exiliado por ser incómodo
  • Sórdidas historias locales

 

Javier Rodríguez Lozano

Lunes 7 diciembre 2020.- Los analfabetos del Siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer ni escribir, sino quienes no sepan aprender, desaprender y reaprender: Alvin Toffler.

Haberse educado en un aula universitaria hace 40 o 50 años ya no es suficiente para comprender el mundo de hoy, y menos aún para reaprenderlo; la mayoría sigue pensando que lo que aprendió es suficiente, pero está desfasada.

Otro de los efectos colaterales del virus de Vuham, además de más de un millón de muertes y millones de empobrecidos, con cientos de países en bancarrota, es la prensa que va en espiral y veloz picada en México y el mundo; prensa fallida.

Una de las más severas “patas de palo” de México, es decir, falencias, es la estadística. Con muchos trabajos existen datos de la primera referencia de la “intrusión chichimeca” de Xólotl (aguascalentenses, zacatecanos, jaliscienses) al lago de Texcoco en 1116.

Hoy en día es casi imposible saber cuánta gente lee periódicos y por qué, sin embargo, hace cinco años el Instituto Nacional de Estadística y Geografía iniciaría un primer esfuerzo con el Módulo de Lectura 2020 y el 23 de abril pasado difundió sus resultados.

Informó que en 2016 ocho de cada 10 personas mayores de 18 años lee de todo (libros, periódicos, revistas, páginas de Internet, foros, blogs) y para 2020 esa estadística cayó a siete.

De acuerdo al Molec2020 del INEGI, el 55.1% de los encuestados lee revistas “por entretenimiento” y 63.8% recurre a periódicos (cuatro de cada 10 hombres y dos de cada de 10 mujeres) “más al interés por la cultura general”.

Se dice que quien calla otorga y esta investigación estadística no cita para nada la palabra “noticias”, materia prima del periodismo, en esos dos rubros, es decir y desde esta óptica, ya casi nadie lee periódicos para informarse.

Más de la mitad dijo comprender la mayor parte de lo que lee y solo una cuarta parte comprende toda la lectura; sin embargo, no confía y más del 46% cruza lo que lee (compara, confirma o verifica) en la Internet.

Nosotros la llamamos “Prensa Bilderberg”, por estar alineada a los más altos intereses económicos del mundo y no a los intereses nacionales de los países en que se desenvuelve, como podemos constatar en este editorial del periodista español en el exilio César Vidal, en su canal de YouTube La Voz:

-Corría el año 1942 y más concretamente el día 8 de noviembre cuando el general americano Dwight D. Eisenhower fue designado para asumir el mando supremo de las tropas aliadas en el norte de África.

La decisión fue muy discutida en su momento pero Eisenhower supo desempeñar su tarea con eficacia y emprender de esa manera una carrera que incluyó el desembarco en Normandía en junio de 1944, la victoria sobre el Tercer Reich en el frente occidental al año siguiente y con posterioridad, la presidencia de los Estados Unidos durante la Guerra Fría.

Precisamente, refiriéndose a la capacidad para dirigir, el general Eisenhower dijo lo siguiente: “The supreme quality for líder…”, lo que podría traducirse como:

“La cualidad suprema para dirigir es una incuestionable integridad. Sin ella no es posible ningún éxito real, no importa si hablamos de una banda, de un campo de futbol, de un ejército o de un cargo público”.

“Cuando la integridad falta en los liderazgos de opinión el fracaso llegará tarde o temprano”, dice el periodista español César Vidal, al editorializar que hasta el mes de septiembre el diario español El País, había caído un 29.83% en las preferencias de los lectores; El Mundo 38.64%, ABC 19.51%, La Vanguardia 19.72% y El Periódico de Cataluña el 53.33%.

Aunque El País tuvo durante años una venta de un millón de ejemplares y El Mundo rozó los 2/4 de millón, en estos momentos ninguno de los diarios españoles imprime los cien mil ejemplares diarios.

En el mes de octubre La Vanguardia tiró 73 mil 296, El País 72 mil 471, el ABC 53 mil 436, El Mundo 45 mil 111 y El Periódico 33 mil 506 ejemplares. La Razón salió del ranking para ocultar su tiro por debajo de los 30 mil ejemplares, después de vender en enero 41 mil 711 periódicos al día, frente a los 68 mil 713 de El Mundo y loa 64 mil 282 de ABC. En 2016 La Razón estuvo a punto de igualar al ABC y El Mundo.

La recaudación publicitaria también se ha desplomado en la prensa española, bajó el 51.28% en El País y el 17.49% en su versión digital. En El Mundo bajó el 50% en el impreso y en11.64% en la digital. En el ABC 20% y 2.27% en impresa y digital, 38.66% en La Vanguardia y la digital mejoró en 4.61%. Y El Periódico se desplomó en 46.45% en el papel y 35.32% en su edición digital.

Los periódicos en España se encuentran en un proceso agudo de desplome, de caída y de hundimiento, dice el editorial de César Vidal.

No quedan excluidas la radio ni la televisión, caminan hacia el hundimiento total por clara falta de credibilidad.

La sensación creciente de los españoles es que los medios no solo les mienten de la manera más burda y descarada, sino que además les ocultan la realidad que verdaderamente les afecta.

De manera creciente lo que angustia, interesa al gran público ha ido despareciendo mientras los medios dedican cada vez más espacio a temas como el contenido erótico de “las náuticas”, las formas del pene o la mejor manera de cocinar el maíz.

Para colmo el servilismo repugnante de los medios ha ido repuntando cada vez de un modo más claro. Las críticas a sindicatos o partidos quedan limitadas a los de enfrente, pero no suelen incluir jamás a los propios, o simplemente a los que colocan publicidad, las referencias a instancias de poder como la banca o las empresas energéticas no existen apenas, porque estas compañías pagan una publicidad que los diarios necesitan con verdadera ansiedad.

Los temas internacionales no pocas veces son servidos por incompetentes rampantes, como los corresponsales en Estados Unidos, y por supuesto, siempre se ocultan las referencias a la agenda globalista e incluso, a la agenda 2030, aunque ésta tenga como cabeza visible en España al comunista Pablo Iglesias.

En cuanto a la realidad del sistema en España, al saqueo de las clases medias, a los privilegios descarados de las castas parasitarias, al carácter expoliatorio de las acciones de los esbirros de la agencia tributaria y un larguísimo etcétera, los medios por regla general guardan un silencio absoluto, sometidos de manera servil e interesada a esos auténticos focos de poder.

El resultado final es el de una sobrecogedora falta de integridad.

Se trata de una carencia de integridad que se manifiesta en el silencio de la verdad, en la difusión de espantosas mentiras, en la ocultación de los temas realmente interesantes, en la sumisión absoluta a los poderosos y en la aceptación de cualquier vileza, incluso matar a Centeno o a cualquiera que diga la verdad si así se puede mantener un cierto equilibrio en la triste cuenta de resultados.

Al fin y a la postre, la prensa española solo está recogiendo el resultado de su falta pavorosa de integridad, una falta pavorosa de integridad que ha durado décadas, pero que ha quedado de manifiesto de la forma más escandalosa durante los últimos años.

Nos sorprende que sin esa mínima integridad, como señaló acertadamente el general Eisenhower, el resultado sea el fracaso, un fracaso colosal y quizá irreversible, pero más que justificado y fácilmente explicable.

Mientras tanto la deuda pública ha aumentado en más de cinco millones de euros y tengan ustedes en cuenta que una parte no pequeña de esos cinco millones de euros va para alimentar con publicidad pública a unos medios de comunicación en los que ya no cree casi nadie porque su falta de integridad salta a la vista.

LA COSA ES QUE…

En México, decimos nosotros en COSA DE PRENSA, la gran prensa está peor, pero ni cuenta se da.

No está a la altura de los nuevos tiempos, ignora los grandes problemas geopolíticos y se ahoga en las ingenuidades domésticas.

Ya platicaremos de sus sórdidas historias.

Qué tal.

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