COSA DE PRENSA / “No se olvida”

 

 

  • Tengo las manos limpias: GDO
  • El embuste de Enrique Krauze
  • Maneja el timón, no la tormenta

 

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

 

Viernes 2 de octubre 2020.- Hace 32 años México cambió con el Movimiento Estudiantil de 1968, todavía en el banquillo de los acusados de la historia, pero sobrevive corrupción e impunidad de entonces.

 

Lo vivimos, ahí estuvimos; nadie nos lo platicó. Días después de Tlatelolco corrimos tras el convoy presidencial que se desplazaba sobre Vallarta, en Guadalajara, y Gustavo Díaz Ordaz ofrecía a la gente sus brazos abiertos:

 

“Tengo las manos limpias”, decía. En su informe presidencial de 1969 enfatizaría esa frase.

 

Enrique Krauze pidió a la familia las memorias de don Gustavo, que en vida permanecieran custodiadas por el exgobernador de Jalisco, Francisco Medina Ascencio, con esta consigna:

 

“No dejes que se publiquen, a menos que lo decidan mis hijos”.

 

En 1993, al fallecimiento de Medina Ascencio, las memorias de don Gustavo regresaron a la familia Díaz Ordaz.

 

En una reunión social, Krauze le pidió prestadas las memorias a Gustavo (Díaz Borja). Y el ingeniero industrial Krauze Kleinbort las tergiversó y desde entonces le adjudica toda la responsabilidad a Díaz Ordaz, tal y como hace el propio Andrés Manuel López Obrador.

 

Sin embargo, la realidad es otra; la sabe todo el México de 1968, los que estuvimos ahí.

 

Ayer diría el Presidente López Obrador en su mañanera:

 

Bueno, hay que recordar que el movimiento estudiantil del 68 surge porque hay una demanda de libertades en el mundo; incluso, antes del movimiento del 68, en México se manifiesta un movimiento también de jóvenes en Francia y en otras partes.

 

Es algo mundial por el predominio de gobiernos autoritarios y por el predominio de la represión.

 

Entonces, por eso surge el movimiento, es un movimiento libertario y se le reprime para establecer o reafirmar al régimen político autoritario de entonces, incluso el presidente Díaz Ordaz lo asume, es decir, él se responsabiliza de la represión del 68.

 

Y el Mandatario nos regala una anécdota:

 

– Ya he dado a conocer en otras ocasiones -y lo escribí en su momento en un libro-, que una vez me contó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas que llegó a su casa, a la casa de su papá, del general, todavía vivía, y estaba saliendo el que era en ese entonces era secretario de la Defensa, Marcelino García Barragán, el general Marcelino García Barragán, y entró el ingeniero y le pregunto al papá que a qué había ido el general García Barragán y ya el general Cárdenas le contó que García Barragán había externado al general Cárdenas que en lo del 68 había intervenido el Estado Mayor, y no sólo en eso, sino también en lo que se manejó como un accidente, lo del avionazo donde perdió la vida Carlos Madrazo y mucha gente. Entonces, era un cuerpo de élite muy influyente, poderoso.

 

(Qué coincidencia, decimos nosotros, aquel avionazo en el Pico del Fraile, también se le atribuyó a Luis Echeverría; Carlos Alberto Madrazo 1915-1969, el tabasqueño, venía muy fuerte a disputarle la candidatura presidencial).

 

Lo que no queremos -dice AMLO- es la violencia, porque también hay muchos provocadores, en el 68 fue evidente que se infiltraron provocadores, hay que tener eso presente, que haya manifestaciones libres, pacíficas.

 

Esta es una de las claves de oro, solo para mentes avanzadas: “las infiltraciones”, presentes en las movilizaciones en todo el mundo, como ahora las de Frena y en el pasado reciente las de la CNTE.

 

Los hemos dicho otras veces, lo vamos a ampliar ahora. Hay muchos ingenuos que no miran más allá de sus narices. No solo lo del 68 en París y en México, sino hasta la misma Segunda Guerra Mundial, tiene que ver con el Orden Mundial al que responden los principales medios de comunicación y sus plumas más promovidas.

 

Usted, amable lector, sabe quiénes, están en la tele, la radio y la prensa escrita, y todos los días buscan que al país le vaya mal.

 

Esa es la consigna que sale de las reuniones secretas del Club Bilderberg, al que mucho le atribuyen incapacidad para matar a una mosca, le llaman “mafufadas”; ellos, los bilderbergs, les dicen “paranoicos”.

 

La consigna para todos los principales medios de comunicación del mundo es defender el liberalismo y el neoliberalismo, y la democracia a su manera, así como postular la “libertad de expresión”, como su primer escudo.

 

Tal y como hacen los críticos de AMLO, como Krauze y demás.

 

¿Qué es el Club Bilderberg?

 

Lo fundaron las personalidades más ricas del mundo en Holanda en 1954 y su único propósito es enriquecerse tanto como se pueda sin que importe la humanidad.

 

Día llegará, no muy lejano, en que la pandemia 2020 sea desnudada en toda su crudeza y se conozca la trampa en la que cayera el mundo; al fin ingenuidad.

 

LA COSA ES QUE…

 

Pero estamos en el aniversario del 2 de Octubre y centrémonos en él. Lo haremos el próximo lunes, en que platicaremos qué decidía el Club Bilderberg en aquel 1968.

 

Y también, cómo Enrique Krauze promovía la “apertura” de los gobiernos priistas hasta llegar al TLC de Salinas y la globalización de De la Madrid-Peña Nieto, por consigna del Club Bilderberg.

 

Mientras tanto cerramos con esta frase de José López Portillo, cuando la crisis lo devoró como pretende ahora hacer lo mismo con López Obrador.

 

(“No somos iguales”, atajaría el de Macuspana):

 

“Soy responsable del timón, pero no de la tormenta”.

 

Qué tal.

 

 

 

 

 

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