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Nos vamos a defender: AMLO
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Le pone un alto al poder global
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Mexicanos no saben de esta lucha
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Haremos valer nuestra soberanía
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, viernes 22 julio 2022.- El presidente Andrés Manuel López Obrador lo sabe muy bien, pero no lo puede decir. Conoce perfectamente cuál es la cuestión a su propia exclamación de ayer en la mañanera:
“¡Cómo se aplica una misma política en todo el mundo!
“Porque esto de las reformas estructurales era lo mismo en España, que, en Argentina, que, en Chile, que en México; que en cualquier país: La misma receta con realidades completamente distintas”.
México y su Presidente son el único país y el Jefe de Estado non en todo el mundo que se manifiestan libres y soberanos, no sometidos al poder económico global, profusa y detalladamente descrito en sus libros por los periodistas, el lituano Daniel Estulin y la española Cristina Jiménez Martín, sobre los amos del mundo.
Ellos, Daniel y Cristina, explican con manzanitas en español para todos, cómo un mismo grupo de personas creó en 1944 en la Conferencia de Bretton Wood, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y con ellos el liderazgo mundial del dólar; cómo fundó al año siguiente en San Francisco la Organización de Naciones Unidas y nueve años más tarde, en 1954, integró en San Francisco el Club Bilderberg, piedras angulares del gobierno global desde entonces y hasta nuestros días, con descomunal poder al que ni monarcas, presidentes o jefes de Estado de los más de 200 países en mundo pueden desafiar.
Sin embargo -y esto lo ignora la inmensa mayoría de mexicanos hoy en día- el presidente Andrés Manuel López Obrador lo acaba de hacer, les ha dicho hace unas horas con todas sus letras a todos ellos: “¡Basta!”
Juzguémoslo en esta sola expresión presidencial mexicana, emitida en la mañanera de ayer, en torno a la amenaza de los medios de comunicación tradicionales, con respecto al reclamo estadunidense por nuestra energía:
“Tenemos muchísimos elementos para responder y si se trata de una sanción de tipo político, pues también nos vamos a defender”.
Nosotros decimos:
Juárez no podía decir eso con aquella “Guerra de los Pasteles”, que provocara la llegada de los franceses a Puebla y a Chapultepec, donde Zaragoza y los niños del colegio militar harían lo que podían, pensando en lo que debían.
Cárdenas tampoco, con la Expropiación Petrolera, porque tuvo que realizar una colecta pública para reunir fondos y pagar las indemnizaciones de las empresas petroleras expropiadas, que más de 80 años después volverían a la carga.
Y ni qué decir de Madero, Zapata y Villa, que nada pudieron hacer por sus propias vidas, sacrificadas por los mismos malos mexicanos que hoy le apuestan a que el poder económico mundial arrodille a México, a su pueblo y a su Presidente.
López Obrador lo explicó mejor:
“Porque puede ser. Yo tengo indicios de que esto tiene que ver con los intereses creados que se sienten afectados porque se dedicaban a saquear a México y que, como se les puso un alto, un hasta aquí, empezaron a hacer trabajo en Estados Unidos y logran esto. Pero si no hay razón, nosotros no vamos a quedarnos con los brazos cruzados”.
Detalló que el programa que aplicaban en México tenía que ver, primero, con las llamadas cartas de intención que se firmaban con los organismos financieros internacionales, en donde México se comprometía, el Gobierno de México, a llevar a cabo una política dictada desde el extranjero.
¿Y qué significaba esa política?
Que no aumentaran los salarios… Pero ellos decían si aumentaban los salarios o no, y de manera servil los gobiernos de México, los tecnócratas de Hacienda les hacían caso; y luego surgieron las llamadas reformas estructurales, igual que se aplicaban en todo el mundo.
Postuló el Presidente:
“Entonces, ya eso no se acepta en México, por eso el pueblo quiso el cambio. Y no es asunto ideológico, es de juicio práctico. Esa política que se impuso durante más de tres décadas sólo beneficio a una minoría, empobreció a la mayoría del pueblo de México, no funciono para los mexicanos”.
Mandó un claro mensaje, que lo entienda quien lo pueda entender:
“Entonces, la agenda ahora la establecemos nosotros, ahora gobernamos de acuerdo al plan de desarrollo que enviamos al Congreso y que se aprueba en el Poder Legislativo, no son las recomendaciones del Fondo Monetario, ni del Banco Mundial, ni de ningún gobierno extranjero”.
¿Así, o más claro?
Pero por si no fuera suficiente, agregó:
“Entonces, esto es lo que sorprende. Pues imagínense, más de tres décadas, 36 años de política neoliberal, de tanto agachar la cabeza, de tanto arrodillarse, se acostumbraron. No, tenemos que hacer valer nuestra soberanía y el petróleo es nuestro, es de la nación, y eso es lo que estamos haciendo”.
¿Por qué hablaría el Presidente López Obrador de España? ¿Quizás porque sabe que es el gobierno español el vocero del poder global para Hispanoamérica, quien dictaba aquellas reformas estructurales? Creemos que sí. Diría:
“Eso es una práctica en España, que a dirigentes políticos los vuelven sus empleados y pues como tenían tanta influencia, dominan en el Poder Judicial, tienen como empleados a jueces y utilizan estos mecanismos leguleyos para imponerse.
“Y al final ¿qué es lo que estamos defendiendo?, pues que no aumente el precio de la luz, que no nos pase lo de España, para que la gente lo entienda, porque si dejamos a estos ambiciosos, gente sin escrúpulos, que lo único que les importa es el dinero, el lucro, pues dejamos en estado de indefensión al pueblo de México, y eso no”.
Más adelante diría el Mandatario:
“Entonces, si en Estados Unidos, si en España, si en China, si en Rusia, si en Francia, si en Alemania, actúan de otra manera, pues es otra historia, son condiciones distintas, era otra falla estructural del llamado modelo neoliberal.
“¡Cómo se aplica una misma política en todo el mundo! Porque esto de las reformas estructurales era lo mismo en España, que, en Argentina, que, en Chile, que en México, que en cualquier país, la misma receta con realidades completamente distintas”.
LA COSA ES QUE…
López Obrador adelantó su programa 2024:
¿Cuál es nuestra agenda?
Pues no es privatizar la educación ni la salud, ni privatizar el petróleo, esa era la agenda de las reformas estructurales, ni congelar los salarios de los trabajadores, nuestra agenda es el bienestar el pueblo, combatir la desigualdad económica y social, desterrar la corrupción, acabar con la impunidad, separar al poder económico del poder político, lograr la pacificación del país. Eso no estaba en la agenda de ellos, ese es el debate de fondo.
Pero no se resignan y piensan que van a imponerse.
No, nosotros no nos vamos a dejar, concluyó.
Qué tal.