COSA DE PRENSA / Llano en llamas

 

 

  • Encienden la leña en Sinaloa

  • Tiroteos, bloqueo; y “el sitio”

  • ¿EU se venga de “La Pausa”?

  • Infiltraciones de sus expertos

 

Javier Rodríguez Lozano

 

CIUDAD DE MÉXICO, 30 agosto 2024.- El 25 de julio pasado Ismael El Mayo Zambada sería traicionado, secuestrado y entregado a Estados Unidos, y el cacique universitario sinaloense Melesio Cué, diputado federal electo priista, cobijado por Alito Moreno, asesinado, y de paso embarrado Andrés Manuel López Obrador en la narcopolítica: En ese complejo escenario la narco guerra era inminente.

 

“Muerto el perro se acaba la rabia”, se dice en el barrio y también en la parcela.

 

Apresado El Mayo, porque Ovidio Guzmán, a través de Joaquín Guzmán López, el junior, así lo pactara con Estados Unidos, con lo que Los Chapitos “mataban dos pájaros con un solo resorterazo”: Al deshacerse del jefe nato del Cártel de Sinaloa, Ismael Zambada, su acérrimo enemigo, Archivaldo Guzmán, asumiría el liderazgo del más poderoso cártel de las drogas en el mundo.

 

Ante ello, el Gobierno Federal blindaría Sinaloa con el mayor número de fuerzas armadas imaginable y ayer, este jueves 29, la nerviosa inmadurez llevaría a jóvenes chapitos -¿o a mercenarios infiltrados de la DEA, para vengarse de “La Pausa” de Andrés Manuel López Obrador?*- a quemar vehículos y atacar al Ejército en las comunidades culiches de Jesús María y Paredones; y a la Gran Prensa, a presumir la aprehensión del actual jefe del Cártel de Sinaloa, Archivaldo Guzmán, quien se mueve con más de un centenar de hombres uniformados de negro y fuertemente armados.

 

¿Quién filtró a la prensa esa especie?

 

Sería esa versión la que recrudeciera los ataques a los federales, los bloqueos a las carreteras, la quema de transportes y las horas de incertidumbre vividas ayer en aquella región del noroeste del país.

 

Obviamente, la versión sería desmentida horas más tarde por las secretarías de la Defensa y de Marina, la Fiscalía General de la República y el gobierno de Sinaloa, sin embargo, eso no impediría que ese bello estado bañado por el Pacífico, en estos momentos se halle en un discreto, pero ostensible y técnicamente pragmático, “estado de sitio”, en el cual muy pocas personas se arriesgan a salir a las calles, porque en cualquiera de ellas “puede brincar la liebre”.

 

“Más vale que digan que ‘aquí corrió’; y no que ‘aquí quedó”.

 

COSA DE PRENSA estuvo por allá cuando los presidentes, el constitucional Andrés Manuel López Obrador, y la electa, Claudia Sheinbaum Pardo, visitaran Culiacán, no nada más para inaugurar un hospital del IMSS inconcluso, casi en obra negra, sino también para declarar que no había riesgo de violencia.

 

Y también para brindar su apoyo al gobernador Rubén Rocha Moya, oriundo de Badiraguato, pero que no por ello sea narcopolítico, como aseguran algunos prestigiados líderes de opinión sinaloenses, pero sí inexperto, porque no solo su Fiscalía General del Estado, sino muchos de sus improvisados alcaldes, como en Mazatlán, no saben gobernar para la gente.

 

Al día siguiente de la caída de El Mayo arribarían a la capital sinaloense tres aeronaves, una avioneta y un helicóptero con los primeros 200 elementos del Ejército: 100 fusileros y 100 militares de las Fuerzas Especiales, con la misión de impedir que la población civil resultara afectada, ante la inminente guerra entre los grupos de El Mayo y Los Chapitos.

 

Dos días después, el 28 de julio, aterrizaría otra aeronave de la Secretaría de la Defensa con 300 militantes más.

 

En total, para el 30 de julio en que visitaran Culiacán AMLO y Claudia Sheinbaum, habían sido movilizados a los más neurálgicos municipios sinaloenses un total de tres mil 400 militares, entre las jerarquías de alto rango y los soldados de tropa.

 

Después de la caída de Ismael Zambada, para aquellos momentos, los principales capos de la droga más buscados en el mundo eran: Archivaldo Guzmán López, con 15 millones dólares de recompensa; Óscar Noé Medina González, del Cártel de Sinaloa; Nemesio Oceguera Cervantes, El Mencho, del Cártel Jalisco Nueva Generación, con recompensa de 10 millones de dólares; José Alfredo Guzmán Salazar, Alfredillo, de Los Chapitos, con 10 millones de dólares de recompensa; Alán Gabriel Núñez Herrera o Liborio Núñez Aguirre, de Los Chapitos, con 10 millones de dólares de recompensa; y Carlos Omar Félix Gutiérrez, también del mismo grupo y misma recompensa.

 

Pero la narco guerra no había empezado ese 25 de julio de 2024, sino mucho antes: entre enero y octubre del año anterior, cuando detuvieran a Ovidio Guzmán López y fuera liberado por la presión armada de su gente, más o menos como amenazaba repetirse este jueves 29 de agosto, cuando se regó como pólvora la versión de la presunta detención de Archivaldo.

 

Una de las primeras reacciones sería el 23 de junio de 2023, cuando Raúl Carrasco “El Chare”, fuera abatido; cuatro días después sería aprehendido Reynaldo Santiago Vargas, “El Oso”, del Cártel de Sinaloa.

 

El 4 de julio siguiente el Ejército aprehendería en Culiacán a nueve militantes del Cártel de Sinaloa, que 21 días más tarde desplegaría un fuerte operativos en la comunidad de Costa Rica.

 

El 23 de julio de este año, a dos días de la caída de El Mayo, un hombre y su hijo serían hallados sin vida en El Dorado, mientras en Culiacán también serían asesinados otro sujeto y su vástago, con muy poco tiempo de diferencia entre ambos eventos criminales.

 

Ismael El Mayo Zambada sería el único “jefe de jefes” que ganara más victorias “con abrazos, no balazos”, nadie como él manejaba las relaciones públicas, mismas que, como se vio, lo llevarían al ostracismo al caer en la trampa de Joaquín Guzmán López este 25 de julio, presuntamente para conciliar el pleito irreconciliable entre Melesio Cué y Rubén Rocha Moya, por el control de la Universidad Autónoma de Sinaloa que, hay que decirlo, se estaba convirtiendo en una gran piedra en el zapato de la 4T, azuzado por el dueño del PRI, Alito Moreno, a través de podcats diarios de Melesio y hasta de más de una hora, con ese proposito.

 

En 2010 El Mayo invitaría a platicar al periodista Julio Scherer García, a quien le diría que si lo mataban o lo detenían, el negocio de las drogas no iba a morir y también, que prefería suicidarse que permitir que lo detuvieran.

 

En los días previos a su caída la Marina le seguía muy de cerca los pasos, para el miércoles 23 de julio de 2024 se habían completado tres semanas de intensos operativos tras su búsqueda; un día antes había sido detenido un sujeto en la comunidad de Costa Rica y en otro operativo serían aprehendidos nueve individuos, a quienes se les decomisarían casas, armas y vehículos.

 

En aquellos días la Marina había destruido el segundo laboratorio de efedrina más importante del sexenio, en el municipio El Dorado, con tres toneladas de metanfetaminas y otros precursores químicos; siempre, en busca de El Mayo.

 

Como en todas sus operaciones, el Ejército y la Marina actuaron por su cuenta, sin informar en absoluto a los demás niveles de gobierno sinaloenses, como en la detención en el municipio de Sánchez Célis, el citado 23 de julio, de un individuo presunto chofer de Los Chapitos, entre otros seis individuos, algunos de ellos menores de edad.

 

Pero no solo el Gobierno de México le seguía la pista a El Mayo, sino también Estados Unidos: el 4 de marzo de 2024 se conoce que Ana María Zambada García, hermana menor de Ismael, y el socio del capo, José Antonio Peregrina Taboada, habían ganado un amparo contra la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (la OFAC, por sus siglas en inglés), para desbloquear cuentas bancarias bloqueadas por el Departamento del Tesoro.

 

Sin embargo, la Unidad de Investigación Financiera (UFI de México) las retuvo para investigarlas, donde permanecían también desde noviembre de 2019 cuando la dirigía Santiago Nieto.

 

Se trataba -argumentaría Ana María- de su pensión del ISSSTE como docente, por 31 mil pesos mensuales.

 

Así llegamos al 25 de julio de 2024 en que Ismael El Mayo Zambada García cae en poder de las autoridades estadunidenses, secuestrado por Joaquín Guzmán López.

 

El pasado 26 de agosto, AMLO y Sheinbaum estuvieron de visita en Guasave y en Mazatlán, donde inauguraría el Presidente el Distrito de Riego de la Presa Picachos… Muy cerca de ahí hay una importante mina que sería visitada por Adán Augusto López y Claudia, durante sus campañas y aunque Marcelo Ebrard supiera de ella, prefirió ir a comer mariscos a Villa Unión, donde no son tan buenos como los de Rómulo’s, aquel sinaloense que hace  60 años pusiera una ostionería en el mercado de Narvarte, con lo mejor en su especie.

 

LA COSA ES QUE…

 

Si revisamos la larga lista de filtraciones clandestinas de la CIA y la DEA en América Latina, para provocar conflictos populares que la población luego reclama a sus gobernantes, como en Venezuela, Argentina y México, en estos momentos, se encontrará que no es descabellado que sus infiltrados dispararan este jueves contra el Ejército y corrieran la versión de la aprehensión de Archivaldo Guzmán, para vengarse de “La Pausa” que afectará al comercio de Estados Unidos y Canadá con México.

 

En otras palabras, en este jueves negro sinaloense, hubo mano negra estadunidense, sin la menor duda, porque si algo distingue a las jerarquías del crimen organizado es la calidad del ajedrez que juegan y difícilmente equivocan una jugada, como podría pensarse en los ocasionales sacrificios de la dama, por ejemplo, la caída del Mayo.

 

Qué tal.

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