COSA DE PRENSA / La timoratez

 Enrique González Pedrero y Andrés Manuel López Obrador, cuando empezó todo…

 

  • Al pan, pan; y al vino, vino: AMLO
  • Desde la Conquista, miedo a lo nuevo
  • El Orden Mundial domina con el caos

 

Javier Rodríguez Lozano

Viernes 16 octubre 2020.- Dice Andrés Manuel López Obrador que hay que llamar a las cosas por su nombre, al pan, pan y al vino, vino.

Pero no es fácil, no solo son 36 años de corrupción e impunidad de los viejos regímenes, sino que también hubo 110 años de una Revolución fallida, por no hablar de las rémoras de la Independencia y la Reforma.

En todos los casos hay un común denominador en el adn mexicano: La timoratez. Miedo a lo nuevo de la y el timorato, porque el sistema político mexicano no ha logrado ser lo que hoy se propone y el poder económico, el poder real, se opone:

“El poder es humildad y el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás. Si no es así, es frivolidad, es egoísmo, prepotencia, politiquería”, filosofaría López Obrador.

Ayer, la prensa oficial preguntó al Presidente sobre la negativa del Tribunal Electoral al registro del partido político de un expresidente probadamente timorato y documentadamente corrupto -además de cínico- Felipe Calderón Hinojosa.

El michoacano recibe el mismo dinero que el Orden Mundial destina a su dominio a través del caos, como demuestra la Auditoría Superior de la Federación con las inservibles vacunas contra la influenza que elaboró con Nicolas Sarkozy en 2009.

Respondió AMLO:

 

Yo lo único que quiero también dejar de manifiesto es que nosotros nos mantuvimos al margen, que es parte también de los cambios”.

Y recordó que antes, los presidentes decidían a quién darle un registro, a quién no; a quién darle una candidatura, a quién no; (pero) ya eso pasó a la historia, al basurero de la historia. Ya no se aplica.

“Y aprovecho para que se sepa, esto en general, no sólo en servidores públicos de los poderes, sean legisladores, sean jueces, magistrados, ministros: yo no tengo palomas mensajeras ni halcones, no mando mensajes, para que no usen mi nombre.

“Y esto lo digo, también en lo general, porque de repente para programas de vivienda o para cualquier acción se utiliza mi nombre, es decir, ‘ya lo acordamos, ya lo vimos con el presidente’, enseñan hasta fotos, pues yo me tomo fotos con muchos.

“Entonces, que no crean nada, sobre todo si les piden dinero. Ni familiares, ni amigos, ni compañeras, compañeros de lucha. Nada”.

Continuó con el relato de otras fechorías del Estado Mayor Presidencial que los reporteros que llegamos a cubrir giras presidenciales conocíamos muy bien; AMLO dice que Peña no sabía. Todos los presidentes lo sabían muy bien, decimos nosotros.

Un reportero de Tabasco le puso ayer “el cascabel al gato”, haciéndole una preguntó que “le pegaba en su pata de palo”, remontándolo a los 70s, años en que se iniciara en la política de la mano del poeta don Carlos Pellicer Cámara y otro de sus ángeles de la guarda que se llamó Enrique González Pedrero.

Hábilmente, como debe ser, el reportero utilizó ese contexto sentimental para arrancarle su opinión sobre la segunda vuelta electoral, de moda en muchos países latinoamericanos.

La habilidad reporteril consistió en una metáfora de González Pedrero según la cual, “hay que poner el pulso del reloj de México, hay que buscar el pulso del reloj que verdaderamente conlleve a este país hacia un buen rumbo en el barco”.

Bueno, con sintaxis poco atropellada, pero excelente figura.

López Obrador contestó:

“Pues yo creo que está bien la forma de elegir para que se pueda tener gobernabilidad, creo en la primera vuelta, como está establecido. No me parece lo de la segunda vuelta, sobre todo porque suelen agruparse las fuerzas conservadoras y avanzan de esa forma”.

Y lo que siguió después fue una alegoría a la nueva política, para llegar enseguida a otro callo que le pisan un día y otro también: el de la timoratez de los medios de comunicación que le deben lo que son a los favores del Estado mexicano y quieren gobernar en lugar del Estado mexicano.

Desnudó las mentiras de un exagente de ventas venido a columnista. Dijo:

“Miren, el Reforma, 70% negativas; le sigue El Economista, 63; luego, el Excélsior… ah no, El Financiero, 59; el Excélsior, 58; El Universal, 50; y desde luego pues aquí no hay, solo en el caso de La Jornada con Calderón, todo lo demás está más bajo. Bueno, ahí se ven las barras, las rojas son las en contra nuestra”.

Jesús Ramírez Cuevas exhibió la gráfica.

LA COSA ES QUE…

La timoratez de los medios al desnudo.

Qué tal.

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