COSA DE PRENSA / La Sucesión Presidencial 33

Periódicamente saltan escándalos a la luz pública, como el sucedido en Kenia, en donde se detectaron fraudes superiores al millón de dólares por parte de seis funcionarios del Unicef.

 

 

  • “Le pican los ojos” al Presidente AMLO
  • Primero fue Televisa con lo del Teletón
  • Ahora es Unicef y con muchísima lana
  • Cobró un dineral con escuelas cerradas

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

Viernes 20 agosto 2021.- “Le pican los ojos”* al Presidente por segunda vez en muy poquitos días: Primero Televisa con su Teletón y donativos que pueden hacerse devolución de impuestos; y ahora Unicef, también con mucha lana destinada a lujos burocráticos más que a ayudar a la niñez necesitada.

 

(* “Picar los ojos”, es una frase del argot periodístico multicitada por el Mandatario, que se refiere al acto de “ordeñar” dinero a los sobres que los viejos regímenes entregaban a columnistas y periodistas cómodos, como “los intelectuales orgánicos”).

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador aún no sale de “Guatemala” y ya se metió a “Guatepeor”, al dejar manga ancha a que Unicef, con su propia historia de corrupción, intervenga en su política educativa y le diga qué debe hacer.

 

El Ejecutivo federal tendría que crear en las secretarías de la Función Pública, de Hacienda, Economía y Educación, una mesa auditora exclusivamente al desempeño del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, que no rinde cuentas de las cascadas de dinero que recibe en donativos para la niñez de naciones en desarrollo.

 

México es uno de los 190 países -de los 200 afiliados a la Organización de Naciones Unidas- suscrito a todos los programas de las agencias de ese Gobierno Global, que en México cuentan con muchos expedientes de muy malos manejos.

 

El periodista español Pedro Riaño, escribió en 2015: “Unicef  ha crecido con el paso de los años. También lo han hecho sus gastos. Pero la transparencia sobre el destino de las donaciones no ha evolucionado al mismo ritmo”.

 

En su mañanera de ayer, el Presidente López Obrador dio paso al representante del Unicef en México, el indonesio-guatemalteco Luis Fernando Carrera Castro, quien hiciera un “llamado” a los medios de comunicación para que apoyen el regreso a clase; felicitó al Presidente y pidió espacio para manejar las comunicaciones y los donativos; qué tal.

 

Habló de mil millones de niños que han regresado a las aulas, 750 millones a punto de hacerlo y de150 millones más que no han vuelto desde hace 18 meses, de los cuales 37 millones son mexicanos.

 

“La decisión del Gobierno de México, de ustedes como sociedad, de comprometerse a un retorno seguro a las escuelas, es sin duda alguna un acontecimiento importantísimo para los niños, las niñas de México, pero muy importante para el mundo”, dijo.

 

Por eso -diría más adelante-  “hemos ofrecido una cooperación al Gobierno de México en cuatro frentes: 1) Acompañar a la SEP en el desarrollo de protocolos de retorno seguro, 2) Información educativa, 3) Comunicación correcta y 4) Recuperar el aprendizaje, del cual enumeró un segundo punto: Recuperar la salud mental.

 

En su Plan Estratégico 2018-2021 la Unicef y sus ocho estrategias de cambio advierten que, por ejemplo en el 3: “Las posibilidades de Unicef para conseguir resultados en beneficio de los niños dependen de la capacidad que tengamos de encontrar apoyo para nuestra causa”.

 

Es decir, “nos convertiremos en una fuerza de promoción, organización de campañas, recaudación de fondos y comunicación aún más sólida para los niños, trabajando con los recursos de toda la organización en campañas específicas”.

 

El punto 4 es todavía más claro en su objetivo marcadamente monetarista, más que altruista:

 

“Todo lo que hace Unicef depende de nuestras asociaciones y de nuestra habilidad para movilizar recursos que nos permitan llegar a los niños… Movilizaremos recursos y recaudaremos fondos para Unicef de los gobiernos y el sector privado, incluidos los individuos… Prestaremos especial atención a recaudar fondos de empresas y fundaciones”.

 

En suma, lana, muchísima lana, es la que obtiene el Unicef con la promesa de ayudar a los niños pobres, pero eso está muy lejos de ser una realidad, como lo sabe la Oficina de Auditoría Interna e Investigaciones (OAII), que vigila a personal del Unicef implicado en “todas las formas de mala conducta”.

 

Por ejemplo, ahí debió abrevar el periodista español Pedro Riaño, en su reportaje publicado el 21 de julio 2015, en el que dice que “solo hay que escarbar un poco para descubrir señales de sospecha sobre la ética y las buenas prácticas de Unicef”.

 

Ese Fondo de la ONU se financia con las contribuciones gubernamentales y con donaciones particulares, sin embargo, postula el comunicador, “existen dudas razonables de que en algunos casos las donaciones lleguen a su destino”; son absorbidas por los altos salarios y lujos de sus directivos.

 

Para 2015 UNICEF estimó un presupuesto de 3,100 millones de dólares para atender a 62 millones de niños que se encuentran en situación de riesgo en todo el mundo; mil millones más que el año pasado.

 

Pero a pesar de la pandemia que en 2020, 2021 y 2022 devastó y devastará económicamente al mundo, para el trienio 2022-2025 Unicef disparó su presupuesto a 25 mil 900 millones de dólares.

 

Riaño cita a versiones en la red “que sostienen que del centenar de ongs colaboradoras de Unicef apenas existen 23; en la oficina de El Salvador alguien cobraba 6,000 dólares al mes “y utiliza el carnet de la organización para amueblarse la casa o viajar”; “en Guatemala hay otro que nunca está localizable porque siempre anda de viaje, su nómina nunca le falta”.

 

(¿Será Carrera Castro?)

 

Asegura el periodista que nadie sabe adónde van recursos, como los mil millones de dólares donados en 2001 por el millonario Ted Turner; la Consultora Booz Alen manifiesta que los recursos de Unicef son parecen al “Síndrome del hotel de lujo”, porque “el 25% de las aportaciones que llegan a Estados Unidos no consigue salir de sus oficinas en Nueva York”.

 

Cuenta Riaño que en 2001 la Autoridad de Combate a los Delitos Económicos de Suecia denunció a un noruego que entonces se ocupaba de las compras en Unicef  de diversos delitos de corrupción, falsificación de documentos y estafa con el dinero de los donativos.

 

“La acusación imputó a otros cinco ciudadanos suecos. La investigación descubrió que el responsable de las compras recibió sobornos de cifras millonarias”.

 

(No olvidar el papel de la ONU en la venta de las vacunas para el covid).

 

En 2007 -dice Riaño- murieron en Vietnam cinco niños como consecuencia de las vacunas contra la hepatitis B proporcionadas por Unicef, aquel mismo año la fiscalía de Colonia llevó a juicio al gerente de Unicef en Alemania por “sospecha de fraude en la gestión de donativos y malversación de fondos”. Dietrich Garlichs también fue acusado de cobrar 300.000 dólares por su jubilación.

 

Para el periodista hispano es claro que Unicef coleccione denuncias en diferentes países por su falta de transparencia y su opacidad habitual en el momento de rendir cuentas.

 

“Por eso periódicamente saltan escándalos a la luz pública, como el sucedido en Kenia, en donde se detectaron fraudes superiores al millón de dólares por parte de seis funcionarios del organismo.

 

“Una auditoría realizada a la delegación de Nairobi detectó irregularidades contables de nueve millones de dólares que debió ser cubierta por la central estadounidense con los fondos de aportaciones de particulares destinadas a los niños del Tercer Mundo. El fraude se llevó a cabo a través de facturas falsas por servicios con pagos excesivos”.

 

LA COSA ES QUE…

 

Este año en México, decimos nosotros, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador destinó a Unicef  6,295 millones de pesos, según el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación… Un dineral, cuando las escuelas estuvieron cerradas.

 

La paradoja de esta cuestión es que López Obrador ha decretado la guerra contra la corrupción y la impunidad de políticos, empresarios y editores de medios, pero ha dejado la puerta abierta al poder económico mundial, es decir al Gobierno Global, que a través de sus agencias exprime principalmente a los países en desarrollo, antes con las vacunas y ahora con el regreso a clases.

 

Ah, y lo otra: el “vaso medio lleno” lo representa el descenso de decibeles al ruido de los medios en el regreso a clases, ante la reaparición del “patrón oro” mundial, inherente en las señales emitidas ayer por Luis Fernando Carrera Castro.

 

Y contra este “picadero de ojos” AMLO no dice ni pío.

 

Qué tal.

 

https://www.madrid-barcelona.com/2015-07-17/y-si-los-corruptos-estuvieran-en-unicef

 

 

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