COSA DE PRENSA / La Sucesión Presidencial 30

Fernando Landeros Verdugo, primero de derecha a izquierda.

 

 

  • Alto al fuego entre AMLO y Conservadores
  • ¿O el poder oculto arrodilló al Presidente?
  • Como igual hicieran con todos los demás
  • Momento crucial en lo que va del sexenio
  • El fin de una guerra o el principio de otra

Javier Rodríguez Lozano

Viernes 13 agosto 2021.- Los evangelios cuentan que Ananías y su esposa cayeron muertos a los pies de Jesucristo, cuando le reportaron menos de lo obtenido por la venta de sus bienes.

El secreto de la riqueza, de acuerdo también a las sagradas escrituras, “es dar”; es decir, el diezmo, del cual muchos hacen mal uso, como cuando lo reciben de los gobiernos para ayudar a los pobres quedándose con él y otros lucran con cierto falso altruismo.

Como sea, el punto es que la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador registró ayer el evento más importante de lo que va de su administración, esto es, de los últimos 24 meses: el fin de una guerra o el principio de otra.

El tema es “el dar”.

Este jueves se hizo historia de verdad en Palacio Nacional, adonde acudió el poder económico mundial, a proponerle una tregua al Presidente López Obrador, que el Mandatario aceptó y firmó su primer convenio con los conservadores.

De ser una lectura correcta podría observarse este viernes que la portada de El Universal no traiga ninguna nota informativa contra el Presidente, aunque sí muchos comentarios agrios de columnas y artículos de fondo, será normal.

Ayer mismo, tan pronto como firmara el convenio, el Presidente López Obrador renunció a criticar a sus adversarios, ahí presentes, y este viernes veremos que sus críticas contra el conservadurismo también dejarán de ser tan agresivas.

La disminución de las críticas de prensa y las presidenciales será factor más que suficiente para entender que hay una tregua, por lo menos de aquí a que la Secretaría de Hacienda ratifique en diciembre que en la miscelánea fiscal 2022 no habrá devolución de impuestos.

Es decir, “no se dará”. ¿O sí?

Ahí estuvieron, con el Presidente, el dueño del más importante medio de comunicación de México y uno de los 10 más importantes del mundo, que en automático lo hace miembro del Club Bilderberg, los amos del mundo, Televisa: Emilio Azcárraga Jean, quien creara el 25 de septiembre de 1997 el Teletón, presidido por Fernando Landeros Verdugo, hijo de Rodolfo Landeros Gallegos, uno de los dos mejores gobernadores de Aguascalientes; el otro fue Enrique Olivares Santana.

Conformaron el grupo: Sissi Harp, Francisco Aguilera y Carlos Bremen;  Andrea Hernández, Antonio Leonardo, Carlos Slim Domit, Ignacio Pérez Lizaur, Jaime Azcárraga, Francisco Ibarra, Juan Francisco Ealy Ortiz, Olegario Vázquez Raña, Mauricio Vázquez Aldir, Francisco Aguirre, Alejandro Ramírez, Alejandro Vargas, Francisco González, Javier Pérez de Anda, Javier Sordo Madaleno, Juan Diego Gutiérrez Cortina, Adrián Aguirre, Eduardo Ricalde y Ricardo Dagdug, todos miembros de la Fundación Teletón.

En el discurso de Landeros Verdugo -a quienes muchas veces le ofrecieran la candidatura para gobernador de Aguascalientes y se ha negado, por ser un traje demasiado pequeño para él- se observan las semejanzas con el de López Obrador; sería deseable que el autor no sea Héctor Aguilar Camín, asesor de Azcárraga, aunque podría ser.

Landeros Verdugo consideró importante proclamar los derechos humanos, “pero todavía lo es más construirlos y con ello construir una nación incluyente para una comunidad que durante siglos -y no exagero- ha sido ignorada y sumida en la pobreza”

Al igual que AMLO, Landeros también se confiesa “orgullosamente terco” cuando de ayudar se trata.

Dijo que el año pasado, en medio de la peor pandemia, más de siete millones de mexicanos donaron al Teletón, y subrayó:

“Hemos hecho hasta lo imposible porque el mayor número de familias sean atendidas y sus niños tengan un mejor futuro”.

Reconoció que no han faltado dificultades, “incluso decepciones, no todos los servidores públicos poseen la sensibilidad para atender a los más frágiles, pero, como bien usted me lo pidió hace algunos años, no nos cansamos ni nos cansaremos. Por eso quiero agradecer de un modo especial su confianza en nosotros”, diría al Presidente.

Resaltó Landeros que cuando hay honestidad en el amor por el país, “gobierno y sociedad podemos trabajar unidos y lograr cosas muy importantes”.

Sin embargo, no es esa exactamente la descripción que hace el libro El sexenio de Televisa, conjuras del poder mediático, de Genaro Villamil, periodista y hoy funcionario de la 4T, escrito hace 11 años.

Escribe Villamil que el sexenio de Televisa inició antes de las elecciones presidenciales del 2 de junio de 2006 y pretendió prolongarse más allá de 2012.

El párrafo que sigue bien puede ubicarse en este 2021, las cosas son exactamente iguales. Dice:

“El consorcio mediático más poderoso del país y uno de los 10 más grande del mundo leyó muy bien las circunstancias de debilidad y de divisiones existentes entre la clase política mexicana, como resultado de una fracasada incompleta transición”.

Televisa, agrega en otra parte, ha ignorado los reclamos de trasparencia para eliminar “el presidencialismo televisivo”.

Y aquí es donde lo conecta al Bilderberg sin decirlo claramente:

“En la práctica operó lo que el Banco Mundial ha clasificado como ‘captura del Estado’, es decir, cuando los poderes no institucionales se ponen por encima de las instituciones públicas y acaban condicionándolo (al Estado) imponiéndole sus propios intereses”.

Como parece que ocurrió ayer en Palacio Nacional.

Cuanta que Emilio Azcárraga Jean dejó de ser “un soldado del Presidente”, como acuñara su padre Emilio Azcárraga Milmo, para convertir a todos los partidos políticos en soldados de Televisa, adictos a los valores del rating.

Azcárraga Jean se sueña entre Bill Gates, el de Microsoft, y Rudolph Murdoch, magnate periodiquero australiano, dos personajes claves del Bilderberg.

Televisa -dice Genaro- demostró en 2005 y 2006 “que podía arrodillar a los candidatos presidenciales”, así como a la mayoría de los integrantes del Congreso de la  Unión, “para imponer sus intereses”, como lo hicieran los equipos de los candidatos presidenciales Roberto Madrazo y Felipe Calderón, el 21 de marzo de 2006, para aprobar sin peros la Ley Televisa.

Por supuesto, decimos nosotros, AMLO no estuvo de acuerdo: en una gira por Cruz de Elota, Sinaloa, el 29 de marzo de 2006, cuando las encuestas lo daban con amplia ventaja sobre Felipe Calderón, pediría que la Ley Televisa fuera ampliamente consultada con la sociedad.

“De mantenerse las cosas como están, quedará una sensación de farsa e insatisfacción”, diría López Obrador, como fue.

Genaro Villamil relata cómo Televisa fabricó la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto, con lo que se “demostraba que el control de las elecciones no pasaba por el Congreso, sino por la pantalla”.

Y también, cómo “borraron” a Santiago Creel y estigmatizaron como villano a Andrés Manuel López Obrador; y cómo Calderón compró a Televisa su “triunfo” electoral, pagándolo cinco veces más por publicidad que Fox, es decir, con más de 17 mil millones de pesos en sus primeros cuatro años.

El gobierno de Calderón sería el principal cliente de la televisora.

Cuando ayer Landeros se quejaba con el Presidente de “incluso decepciones”, se refería al golpeteo al lado oscuro del Teletón, descrito con lujo de detalle por Villamil, con el encabezado: “El Teletón, exentos de la transparencia”.

Narra que el 25 de septiembre de 1997 Azcárraga impulsó la creación del Teletón, que en sus primeros 13 años de existencia recaudará tres mil 715 millones 354 mil pesos.

El incremento más significativo se generó en 2006, año de la sucesión presidencial.

Especialistas como Sara Murúa criticaron a Teletón “porque se ha convertido en mecanismo de triangulación de fondos para que los grandes donantes puedan declarar como propios los donativos de terceros, en especial de los particulares e individuos que creen en ‘la buena obra social”.

“Yo dono, tú donas y todos exentamos”, es el punto.

Dice Villamil que entre 2005 y 2009 el Estado mexicano devolvió 679 mil 691 millones de pesos, 79% por IVA y 15% por ISR; que 32 grandes empresas concentraron el 71% de las devoluciones que registraron mil 742 millones de pesos a cada una de ellas.

“Buena parte de estos grandes donantes (quiso escribir “empresas”) son los mismos que han destinado cantidades millonarias para la construcción de los CRIT del Teletón, a cambio de exentar esos mismos fondos”.

“Al mejor cazador se le va la liebre”, decimos nosotros aquí en COSA DE PRENSA, porque en su narrativa Genaro Villamil le cambió los apellidos a Juan Francisco Ealy Ortiz por los de Lanz Duret, los antiguos dueños de El Universal, al citarlo como miembro del patronato Teletón.

LA COSA ES QUE…

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador y Teletón (Televisa) trabajarán juntos por el bien de la niñez discapacitada.

¿Se trata del fin de una guerra o del principio de otra?

¿El poder mediático que describe Genaro Villamil ha arrodillado también al presidente Andrés Manuel López Obrador?

Pronto lo sabremos.

Qué tal.

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