El Club Bilderberg, los amos del mundo.
- El espionaje global a periodistas
- Protocolo solo para los gobiernos
- Cronista de árboles genealógicos
- Raíces en el poder económico mundial
- AMLO debe aprender la geopolítica
- Podrían infiltrar la Sucesión Presidencial
Javier Rodríguez Lozano
Lunes 19 julio 2021.- Una nota de firmada por la redacción de El Universal, de este domingo, dice como titular: “Hallan teléfonos de más de 25 periodistas mexicanos en lista de software de espionaje Pegasus”.
No atribuye la información a agencia alguna, pero cita el diario británico The Guardian, “uno de los 17 medios asociados al Pegasus Project”, y a una investigación coordinada por Forbidden Stories, con apoyo de Security Lab de Amnistía Internacional.
Es decir, al parecer se trata de fuentes acreditadas para informar del “escándalo de espionaje de Pegasus, el spyware de la firma israelí NSO”, que habla de más de 15 mil números telefónicos de personas en México, entre ellos al menos 25 periodistas.
Dicho programa ha sido utilizado por los gobiernos de diversos países, entre ellos el de México y algunos de los gobiernos de sus estados, como Aguascalientes, que de acuerdo al protocolo israelí, es autorizado a su exportación solo para espiar criminales y periodistas.
El Universal cita que Pegasus se conoce en México desde 2017, cuando The New York Times “reveló” (las comillas son nuestras) cómo la administración de Enrique Peña Nieto espió a periodistas y activistas de derechos humanos con esa tecnología.
El dato duro de esta información de El Universal en el que nos queremos detener es éste:
“Lo que revela el análisis difundido hoy es que la lista de teléfonos de ‘personas de interés’ es mucho más grande de lo que se pensaba. A nivel global, la lista contiene más de 50 mil números telefónicos, pero es México, donde diferentes instancias del gobierno adquirieron Pegasus, el país con más teléfonos incluidos en el periodo 2016-2017”.
México es uno de los 10 países clientes de Pegasus/Israel en América Latina y con Estados Unidos, únicos en América.
Los periodistas espiados por Pegasus, según The Guardian, son Azam Ahmed, corresponsal de The New York Times, Carmen Aristegui, Andrés Villarreal, Ismael Bojórquez, Rafael Rodríguez Castañeda, Jorge Carrasco Aráizaga, Alejandro Caballero, Arturo Rodríguez García, Jenaro Villamil, Marcela Turati, Álvaro Delgado, Alejandro Xanic von Betraba e Ignacio Rodríguez Reyna.
Es prudente decir que antes de Pegasus la Secretaría de Gobernación, la antigua Procuraduría General de la República, el CISEN, entre otras instancias, espiaban a periodistas.
Si fuéramos cronistas de árboles genealógicos diríamos que en las raíces de Pegasus está el poder económico mundial llamado El Club Bilderberg.
¿Por qué?
Porque es él, el que en sus reuniones anuales da las órdenes de lo que deben hacer los gobiernos y la prensa mundial, a sus voceros, como por muchos años fuera Juan Luis Cebrián, caído de su pedestal, como el príncipe de Bernardo de Holanda en 1976 en la venta de armas, cuando fuera descubierta su participación en los Papeles de Panamá.
Era Cebrián, corruptazo senior, quien redactaba el boletín de las reuniones anuales del Club Bildelberg a través del cual se difundía, y se difunde, la agenda del año que corresponda.
Leamos a quien lo explica mejor y con mucha mayor autoridad, en una tema que teníamos pendientes en este espacio: Daniel Estulin, en su libro Los secretos del Club Bilderberg, 2006, Editorial Planeta, escribió cómo descubrió esa trama global, madre del neoliberalismo y fábrica de pobreza mundial:
“En ocasiones poniendo en juego mi propia vida, conseguí lo que nadie había conseguido: conocer qué se decía tras las puertas cerradas de los lujosos hoteles en los que el Club Bilderberg se reunía.
“Y lo que descubrí me puso los pelos de punta.
“Más allá de ser un centro de influencia, el Club Bilderberg es el Gobierno Mundial en la sombra, es el que decide con secretismo total en sus reuniones anuales, cómo se llevarán a cabo sus planes, detalla las acciones pasadas, presentes y futuras de sus miembros.
“Como escribió en su novela Coningsby (sobre la grilla británica de 1830), el primer ministro de Inglaterra, Benjamín Disraeli:
‘El mundo estaba gobernado por personajes que no pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetran entre los bastidores’.
“El 11 de septiembre de 2001, el Club Bilderberg, como demostraré inequívocamente en este libro, inició una guerra ‘que no tendrá fin mientras vivamos’.
“Esa guerra no se libra en aras de la justicia, sino que su único fin es el petróleo Quien la gane controlará los últimos vestigios de las reservas de petróleos y gas natural de la tierra.
“La raza humana libre está en peligro de extinción y los bilderbergers lo saben muy bien. Quienes controlan el petróleo controlan la tierra”.
Y pondera Daniel Estulin, al parodiar sin querer a un animador guanajuatense que hiciera historia en la enajenante tv:
“Pero aún hay más. También descorro el velo del lucrativo tráfico mundial de drogas y explico cómo los bilderbergers se encargan de gestionarlo.
“Al contrario de lo que nos han contado la guerra de Kosovo no se libró en pro de la libertad, sino por una cuestión de drogas.
“La economía global asociada a las drogas genera por año, en efectivo líquido, cerca de 700 mil millones de dólares. ¿Quiénes se benefician? Las familias más opulentas y poderosas del mundo, tal como lo demuestro en el capítulo sobre Kosovo.
Slobodan Milosevic era un líder bruto, pero se le quitó de en medio y, finalmente, fue asesinado porque el imperio necesitaba beneficios ilimitados y, finalmente, como el 80% de la heroína que entra a Europa lo hace a través de Kosovo, Yogoslavia estaba condenada a desaparecer”.
LA COSA ES QUE…
Los arietes estratégicos del poder económico mundial, o dicho en palabras de Daniel Estulin, del Club Bilderberg, son los medios de comunicación, que manipulan lo que la gente debe pensar con tanta destreza, que hay enormes masas populares, de gente sencilla, humilde y honesta, pero con poca cultura, que apuesta todas sus canicas en contra de Andrés Manuel López Obrador, porque la prensa le dice que es un tirano.
Y éste es el “talón de Aquiles” del Presidente, que su concentración en los más elevados problemas nacionales, le impiden ver en la perspectiva y aun en la lontananza, los fenómenos geopolíticos que le ponen en ridículo a cada instante, sin que él haga nada al respecto.
Lo ideal sería que dejara de criticar a los medios de comunicación, que probado está que no se mueven por los intereses nacionales y ni muchos menos los sociales, que creara una instancia que se llamara, por decir algo al bote pronto: Instituto Mexicano de Replica de Prensa y le dejara la responsabilidad de publicar las mentiras de los periodistas y los medios, y se dedicará él a gobernar a México y a hacer historia.
De otra manera el desgaste físico e intelectual es gigantesco y podría ni quisiera alcanzarle para terminar el sexenio, lo cual sin embargo será posible, por el poderoso apoyo espiritual que lo protege y lo impulsa, y que nunca tuviera presidente de la República alguno; vaya, ni Madero o Calles, que se llevaban de “a cuartos” con los espíritus.
La diferencia entre la prensa política de la 4ª dimensión, o de los viejos regímenes, y la de la 5ª dimensión o la post pandémica, más allá de la edad de sus mensajeros, es su poder espiritual, en el que, parodiamos a AMLO para aclarar: “No somos iguales”.
Ojo: Nadar de “muertito” puede significar que los tentáculos de Pegasus infiltren a la Sucesión Presidencial e impongan a sus candidatos: los Ricardos Anaya, Salinas Pliego y Monreal Ávila.
Qué tal.
