¿Por qué es importante desde ahora conocer a detalle cómo funcionó la urna electrónica en las elecciones de Estados Unidos de 2020?
- Espantaron en Palacio al Presidente
- Declinó hablar sobre la urna electrónica
- La misma que derribara a Donald Trump
- Ya es el mayor peligro para la 4T
Javier Rodríguez Lozano
Lunes 14 junio 2021.- En una de las últimas mañaneras de la pasada semana surgiría una pregunta escabrosa que el presidente Andrés Manuel López Obrador no pudo contestar, como si le hubiera espantado: La urna electrónica.
Desde temprano, en las primeras horas del miércoles 4 de noviembre de 2020, se empezó a sospechar que entre el cúmulo de irregularidades del gran fraude electoral contra Donald Trump, la mayor trampa fue el voto por correo, la urna electrónica.
Al repasar, como aquí lo haremos, aquellas elecciones en las que no solo perdió el candidato republicano, sino todo el mundo democrático porque fue enturbiado su sistema electoral, veremos con toda claridad el peso específico de la urna electrónica y lo fácil que es con ella abultar fraudulentamente la votación.
Se contaron votos electrónicos, no solo en los casi 800 centros de votación estadunidenses, sino también en Alemania y España, donde el FBI llevó a cabo cateos y aprehensiones que involucraban igual a directivos federales, que la gran prensa calló.
¿Por qué es importante desde ahora conocer a detalle cómo funcionó la urna electrónica en las elecciones de Estados Unidos de 2020?
Porque es la forma más fácil de tumbar gigantes, como lo fue en su momento Donald Trump y como lo es hasta ahora Andrés Manuel López Obrador.
Gigantes que fueron y van contra el orden mundial establecido, no en comicios, sino en reuniones secretas de unos cuantos, esos que son los propietarios de las más grandes empresas, incluyendo los grandes medios de comunicación.
Por ejemplo, pronto vendrá una encuesta para preguntarle a los mexicanos si se enjuicia o no a los expresidentes que llevaron a este país a la bancarrota en la que ahora se encuentra, debiendo ser el país más fuerte de América Latina.
La urna electrónica será puesta en marcha por el Instituto Nacional Electoral -como lo hizo en 2006 con Ignacio Zavala, en 2020 en Hidalgo y otros estados, y en 2021 para darle oxígeno a un ‘sepulcro blanqueado’ llamado alianza PAN, PRI, PRD- y podemos anticipar que el resultado será que “el pueblo no quiere meter a la cárcel a los expresidentes”, así de sencillo.
En la mañanera del pasado miércoles 9 un reportero planeó al Presidente, para contextualizar su pregunta:
“Rápidamente dos preguntas. Con el tema electoral, el día de hoy el INE podría aprobar el uso de urnas electrónicas para lo que sigue, que es en el caso de la consulta para buscar…”
López Obrador atajó de inmediato, sabe que la urna electrónica es “una papa caliente”:
“Eso se va a ver en su momento ¿no? Eso, pero ahora hay un proceso.
“Creo que hoy se van a contar los votos en los distritos, no sé si es como antes, y los domingos, digo, el domingo próximo ya las estatales y se entregan los certificados de mayoría y a partir de ahí empieza todo un proceso también de impugnaciones que pasa por el INE en donde se presenten estos recursos y luego llega al tribunal hasta que ya se califica”.
Reviró el comunicador:
“Le comentaba el tema de las urnas electrónicas porque el INE dice que por falta de presupuesto podría ocuparlas en el caso de la consulta para los expresidentes…”
El Presidente respondió que ese tema “se está viendo”.
Agregó:
“Yo quiero aprovechar para comentarles que desde el viernes de la semana pasada están la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, está la coordinadora de Protección Civil, Laura Velázquez y Tatiana Clouthier pendiente del rescate de los mineros que quedaron atrapados en Muzquiz, siete mineros…”
Y salió del tema para no regresar más a él.
Eso, la urna electrónica, podemos anticipar aquí, será “el talón de Aquiles” de López Obrador y su pecado mayor habría sido no darle la importancia que ameritaba.
Aquí, en este espacio, le vamos a platicar pausadamente, qué hizo la urna electrónica, el voto electrónico, por Donald Trump y por la democracia mundial hace apenas unos cuantos meses.
Publicamos en este espacio un día antes de las elecciones estadunidenses, el lunes 2 noviembre 2020:
“La gobernanza mundial se ha movido para que gane Biden. Nada más sombrío para el mundo, para México y para los hombres y las mujeres libres de todo el planeta”.
También subrayamos:
“Hay un común denominador que hace casi, casi, hasta ‘almas gemelas’ a Trump y a Andrés Manuel López Obrador: Ambos luchan contra el neoliberalismo que impulsa desde 1954 el Club Bilderberg a través de la ONU, OTAN, FMI, Banco Mundial y todos los grandes medios de comunicación del mundo, incluidos los mexicanos”.
La primera referencia a la urna electrónica la hicimos el viernes 6 noviembre siguiente cuando describimos:
“Igual que en México en 1988, todo ocurría en las sombras de la noche, donde esta vez, se dice que una fémina, versión del senador Lindsey Graham de 2016 con que intentaran frenar a Trump, sí lograba penetrar el sistema electoral con el voto por correo electrónico y el de la incertidumbre”.
Pero no dijimos, por espacio, que Lindsey había sido comisionado por los amos del mundo, para introducir desde aquel 2016 la urna electrónica, no lo hizo porque estaba seguro que ganaría la candidata de aquel orden mundial, Hillary Clinton, pero Trump les ganaría.
El sábado 13 noviembre 2021 Infobae informaría que en Washington, el presidente Donald Trump, “que no reconoce la victoria de Joe Biden y denuncia fraude, recorrió una masiva movilización a bordo de una camioneta blindada y rodeado por su equipo del servicio secreto”.
Agregaría: “Con su tradicional gorra roja y muy sonriente, Donald Trump hizo su esperada aparición en una multitudinaria marcha en Washington, D.C, donde sus seguidores insisten con las denuncias de fraude y sostienen que el mandatario resultará ganador de la elección, aun cuando el demócrata Joe Biden ya fue reconocido por los principales (medios) mandatario del mundo como el vencedor”.
LA COSA ES QUE…
El adversario más peligroso es aquel que no se ve y ni siquiera se sospecha que está ahí.
No fue el caso de Trump, él sí lo vería venir desde la lontananza y proclamaría sendas órdenes ejecutivas en contra del fraude electoral en general y del voto por correo en particular, para contrarrestar su peligrosidad, pero los poderes Legislativo y Judicial no le hicieron caso.
A partir de ya -como dice aquel que llegó a Sudamérica en barco, más o menos igual que Hitler cuando perdiera la guerra- la urna electrónica es el mayor peligro para la 4T.
Qué tal.