- La política, ciencia del engaño
- L@s buen@s y el autoinvitado
- La fortuna tiene cara de mujer
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, sábado 1 enero 2022.- Pareciera que esto de la política es fácil –“como quitarle un dulce a un niño”, dirían algunos como Fox, Calderón o Peña Nieto- pero no es así, más bien la ciencia de lo imposible lo es también del engaño.
La política es más o menos como lo que muchos piensan acerca de lo que llaman “el sexo débil” femenino, cuando a la hora de la verdad resulta totalmente al revés: El poder de la mujer se agiganta inimaginable y en este nuevo año 2022 tendrá una oportunidad dorada más para lucirse, especialmente en Aguascalientes.
La revista Forbes habla del inicio del proceso de la Sucesión Presidencial y cita a Ricardo Monreal Ávila, al igual que la prensa comercial, y que todo el mundo conoce de sus truculencias con la delincuencia organizada y lo peor, de su cortedad de mira como estadista de largo aliento; en este proceso Monreal es más parecido a una moneda de 15 centavos, como lo es el monrealismo en Zacatecas y en Aguascalientes, al que solo se alinean los ingenuos.
Dicho proceso sucesorio inició en la primera quincena de julio pasado, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador destapara “las corcholatas” con las que daba inicia al juego que todos jugamos en México, ése de la política, tanto imposible como engañosa, que pone de cabeza al país cada seis años.
El 2 de noviembre pasado, Ricardo Monreal, aprovechando todos los arietes antilopezobradoristas, como los periódicos diarios de México y el español El País, entre muchos otros, escribió en este último, por cierto, propietario también de la mitad de Televisa:
“Después de la elección intermedia del 6 de junio pasado en la que Morena y sus aliados ratificaron su mayoría en la Cámara de Diputados y en 11 de las 15 entidades federativas en disputa, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, inusitadamente y alejado de toda ortodoxia política, abrió el compás anticipado de la contienda presidencial de 2024”.
¿Qué entenderá Monreal por “ortodoxia política” y por “compás”?
El zacatecano está muy lejos de la politología del tabasqueño y todavía no se conoce que en este noble oficio de la política algún David haya conquistado a pedradas esa sabia virtud de conocer el tiempo, como decía Renato Leduc, que brillara tanto en los Adolfos López Mateos y Ruiz Cortines.
“Ya no somos iguales”, diría López Obrador, y pocos analistas le han dado la lectura correcta a su legado, por ejemplo, Ezra Shabot, quien con Pamela Cerdeida en una canal de televisión conservadora, planteó hace unas horas y sin tapujos:
“El año termina con lo que podríamos decir es una campaña por la búsqueda de la sucesión presidencial… Mientras Morena ya se ha decidido por una candidatura, el bloque opositor sigue sin definir… En Morena se vive una lucha interna, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador ya se ha decidido por Claudia Sheinbaum”.
Por supuesto que el discípulo de Manuel Camacho Solís, Marcelo Ebrard, hace su mejor esfuerzo desde aquel 13 de julio pasado en que aceptó que presentaría su candidatura presidencial.
Quizá los principales méritos de Ebrard sean los del manejo de la política exterior en tiempos en los que Estados Unidos vive su primer año como exlíder del mundo, al ser desbancado por China desde el pasado 20 de enero en que Joe Biden fuera investido presidente, después de robarle las elecciones escandalosamente a Donald Trump.
En este escenario la política del buen vecino ya no es tan escabrosa como lo fuera para Porfirio Díaz, que por impedir que el presidente Taff le instalara una base naval en Ensenada en 1909, se le viniera encima una Revolución Mexicana que todavía le debe mucho a los mexicanos.
La revista Forbes dice que apenas se inicia el proceso de sucesión presidencial y esto no es cierto, como tampoco lo es el peso específico que pueda representar en este juego el zacatecano Ricardo Montreal, autoinvitado, que no tendrá más destino que los de Emilio Martínez Manatou, Mario Moya Palencia, el ya citado Camacho Solís y Santiago Creel Miranda, por citar solo unos cuantos, en sus respectivos tiempos, por supuesto.
Mientras tanto, uno de los más interesantes seis estados que este año elegirán gobernador es Aguascalientes, ultraconservador y totalmente reacio a cualquier tipo de cambio, tendrá por primera vez en su historia una mujer en el Palacio de los Rincón Gallardo.
Para muchos es inobjetable que el nombre que identifique el escritorio que alguna vez ocuparan los mejores gobernadores de esa entidad, Enrique Olivares Santana y Rodolfo Landeros Gallegos, será el de una mujer, ¿pero ¿cómo se llamará?
¿Tere Jiménez Esquivel, por el PAN; o Nora Ruvalcaba Gámez, por Morena?
La priista Blanca Rivera Rio tiene muy poco qué hacer en este proceso, que no sea más que abonar a que las otras candidaturas de su partido puedan ocupar alguna posición más o menos digna, aunque la realidad es que el PRI en Aguascalientes prácticamente no existe.
Y al iniciar este 2022 el 25% que tiene Nora en las preferencias del electores es triplicado fácilmente por Tere, quien en su muy corta edad ha avanzado y crecido como la espuma en la política aguascalentense, al distinguirse por ser más cumplidora que todos los gobernadores panistas que ha tenido Aguascalientes.
Sin embargo, algunos dicen que a veces Ruvalcaba usa sus colmillos como muletas, y lo que a algunos fogueados políticos les cuesta trabajo gestionar, ella lo hace casi, casi, a ojos cerrados.
Competirán la experiencia contra la audacia y eso hará todavía más interesante el proceso de sucesión gubernamental en Aguascalientes.
LA COSA ES QUE…
Cualquiera de ellas puede ganar, porque aquí la fortuna tiene cara de mujer. Lo deseable sería que por encima de ellas gane Aguascalientes, algo que no se ha visto en muchos sexenios en la tierra de Alfonso Esparza Oteo.
¡Feliz Año 2022!
Qué tal.