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Rusia último árbitro de la sociedad mundial
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“EEUU tendrá que tratar con nosotros”
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Diría Lenin a un periodista estadunidense
Javier Rodríguez Lozano
CIUDAD DE MÉXICO, lunes 24 abril 2023.- En una reunión social, en el marco de la Revolución Rusa de 1917, la novelista Leslie Arlen relata en Los Borodin III Destino y Sueños, una impresionante profecía de Lenin ante el periodista estadunidense George Hayman: “A mi pueblo lo veo como el último árbitro de la sociedad mundial”.
Sin pretender hacer una crónica bibliográfica, sino solo contextualizar para dimensionar su alcance, la citada novela fue editada en 1981, en la década en que empezaba a cocinarse la Perestroika, la reforma que reestructuraría el sistema económico soviético (“Revolución desde arriba”, para algunos analistas) a partir de marzo de 1985 en que el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Mijail Gorvachov, se convertía en el máximo dirigente ruso.
En cierto sentido, o de modo muy general, el Oso regresaba a la economía de mercado. Podríamos decir que esa es la piedra angular de la Rusia moderna, la de Putin.
Pero no solo fue aquella profecía la que se cumplió, 106 años después de la caída de los Borodin, los últimos zares, a 44 años de haber sido emitida la profecía en la novela, nada política, sino más romántica que Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchel, y Cumbres Borrascosas, de Emily Bronte, porque también se cumplió otro supuesto según el cual: Estados Unidos ya no puede decidir nada sin la opinión rusa.
Pero, como abunda la incredulidad en un auditorio acostumbrado a los datos del sistema mundial de información, manipulado por el poder económico por supuesto, mostremos los “pelos de la burra en la mano” y documentemos estos escenarios de la mayor importancia geopolítica del momento que vivimos.
Para empezar, no es uno, sino que son muchos los libros escritos por Arlen con este tema, hermoso naturalmente, pero en el ya citado, digamos libro III, en la página 97 tercer párrafo, Leslie narra el encuentro de Hayman con Lenin, quien confiesa al periodista enviado por el huésped de la Casa Blanca, Woodrow Wilson:
-Mi brindis fue sincero, señor Hayman -después de la cena se habían sentado juntos y fumaban sus habanos, envueltos en el murmullo de las conversaciones de los demás, pero con la certeza de que nadie, con excepción de Tati, hacía el intento de escuchar lo que estaban diciendo-. A mi pueblo lo veo -siguió diciendo Lenin-, como el último árbitro de la sociedad mundial.
A la opinión de Hayman, en el sentido de que Inglaterra, Francia y Alemania tendrían algo que decir al respecto, Lenin respondería con un chasquido de labios: “Ellos ya tuvieron su momento”. Lejos todavía del “otro momento alemán”, entre 1939 y 1945.
El líder soviético también se preguntaba por qué Estados Unidos se negaba a enviar embajador, “ni permitido que nuestras naciones marchen de la mano hacia adelante”.
Es muy difícil responder a esas preguntas, reconocía Hayman.
Lenin y su escuela -decimos nosotros- pensaba extender la Revolución Rusa a todo el mundo, pero el efecto fue contrario, sin embargo, el líder soviético diría que con ayuda del extranjero y sin ella, aquel movimiento social saldría adelante.
Es una delicia esta lectura, pero llegamos ya al escenario central, desde el punto de vista estrictamente profético, con cuatro y media décadas de anticipación por parte de Leslie Arlen.
En el noveno párrafo de la página 99 de Los Borodin III Destino y Sueños, se lee el mensaje de Lenin a Wilson, igual que el pronunciado por Xi Jinping, presidente de China, el 25 de enero de 2020 desde el Foro Económico Mundial y dirigido a Joe Biden el día de su investidura presidencial, y al de Vladimir Putin, al iniciar la guerra en Ucrania el 24 de febrero de 2022:
-Le agradezco mucho que haya venido a ver, a escuchar y a ayudar. Solo le pide que, a su regreso, le advierta a su presidente que, así como los ingleses se vieron obligados a tratar con los jacobinos, el pueblo norteamericano tendrá que tratar con nosotros, eventualmente. Mientras más pronto lo haga será mejor -hizo una pausa y (Lenin) miró vagamente a su alrededor -porque yo no estaré aquí por mucho tiempo más.
El líder soviético convalecía de un infarto y su Sucesión Presidencial ya se barajaba entre Máximo Gorki, León Trotsky y José Stalin.
LA COSA ES QUE…
Andrés Manuel López Obrador podrá ser acusado de todo, en especial, de su insensibilidad ante el periodismo serio, no el mercantil, pero nunca será ridiculizado por el ajedrez político doméstico y el geopolítico.
Como Voltaire, que respetaba toda opinión, aunque no estuviera de acuerdo con ella, hay millones de mexicanos que piensan que lo que hace está bien hecho, por la sencilla razón de que ningún otro presidente había realizado algo parecido.
Por otro lado, nunca el Tío Sam se había preocupado tanto de la política mexicana como ahora, en que México ha dejado de ser su patio trasero y sí, en cambio, China y Rusia, cuentan con nuevas posiciones distintas al pasado.
A instancias estadunidenses, el presidente ucraniano solicita a México se oponga a la invasión rusa, mientras Putin reconoce al presidente mexicano y su posición en la política global.
Los tiempos son diferentes, en este espacio hemos documentado oportunamente, desde noviembre de 2020, el oscilar del péndulo mundial en favor de China y Rusia, y la preocupante decadencia estadunidense.
La geopolítica será clave en el México de 2024 y su futuro.
Qué tal.