COSA DE PRENSA / La Infodemia

 

 

  • “¡Huy qué miedo, mira cómo estoy temblando!”
  • AMLO a las 8 columnas y columnistas infodémicos
  • Cuando la mentira canta, el periodismo muere
  • Réplica apabullante: “Sin arrojo no hay porvenir”

 

Javier Rodríguez Lozano

CIUDAD DE MÉXICO, jueves 21 julio 2022.- Chapulinezcamente, lo hemos dicho desde un principio: mientras más le pegan, más lo crecen, sin importar que su aparente suplicio se traduzca en espectaculares victorias electorales.

 

Solo los genios, quizás como Churchill en la Segunda Guerra Mundial, saben llegar a su meta navegando como los salmones, contra la corriente; o, dicho en otras palabras: convertir lo negativo en positivo, como Andrés Manuel López Obrador.

 

Esa no se la sabe ni el gurú del conservadurismo español y asesor de la ultraderecha mexicana, en especial, de Alejandro Moreno “Alito”, Antonio Solá.

 

No importa que la inmensa mayoría de consumidores de información infodémica no lo crea así, lo realmente importante es que el país, el Estado Mexicano, la gente honesta y sencilla del pueblo, sí lo crea, al ver cómo un día y otro también, la República camina entusiasta sobre el empedrado camino de la esperanza.

 

¿Quién iba imaginar en noviembre de 2018 que el país pronto sería catapultado al cambio verdadero?

 

¿Quién iba a imaginar que un presidente de la República pusiera en su lugar a dos presidentes de Estados Unidos?

 

¿Quién iba a imaginar que un Jefe de Estado Mexicano se enfrentara a los organismos internacionales que gobiernan al mundo, que velan no por los intereses de la humanidad, sino por los de las más grandes riquezas del orbe?

 

Y en ese sentido, el del ámbito geopolítico, México y su Presidente se enfrentan en estos momentos justamente a los más grandes intereses económicos del mundo, a los que fielmente sirven los medios y sus mediadores infodémicos, igual que en la Conquista, la Reforma y la Revolución.

 

“Entreguistas”, les llamó ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el marco de su mañanera, antes que alguien le preguntara sobre las ocho columnas de los diarios sobre el reclamo de Estados Unidos por energía.

 

Sería la corresponsal de Imagen del Golfo, Judith Sánchez Reyes, quien preguntara al Mandatario por qué los estados no atendieron el Programa Puerta Violeta de 2019, en favor de las mujeres víctimas de violencia.

 

Con la frase “estamos trabajando todos los días”, el Presidente abrió su disertación –jamás imaginada siquiera por presidente de la República alguno- para dejar claro quién gobierna en México, qué es lo que se hace y por qué, y hacia dónde vamos los mexicanos como país.

 

Citó a Chumel, Loret de Mola, Raymundo Riva Palacio; el Reforma, y se preguntó en voz alta:

 

– ¿Qué presidente de México llevaba a cabo a las 6:00 de la mañana una reunión de seguridad de lunes a viernes?

 

– ¿Qué presidente de México informaba de lunes a viernes?

 

– ¿Qué presidente de México en específico informaba con todo su gabinete mes con mes sobre la situación de seguridad en el país?

 

“Pero eso no lo van a reconocer nunca, están dedicados por entero a calumniar, a mentir”, diría.

 

Una gran mentira, lo de los mil 500 millones de dólares al Presidente Biden.

 

“Es una vil calumnia… es la aplicación de la máxima del hampa del periodismo: la calumnia, cuando no mancha, tizna. Imagínense que voy a permitirle a un gobierno extranjero que me obligue a utilizar recursos del presupuesto público para proteger a habitantes de otro país”.

 

Lo anterior fue la antesala. Arribó a la parte central:

 

“Aprovecho, hay una inconformidad promovida por algunos empresarios, más que nada del país nuestro, más que de los estadounidenses o canadienses, sobre nuestra política energética. Entonces, ayer se dio a conocer formalmente que se va a pedir una revisión, una aclaración sobre nuestra política en materia energética porque supuestamente afecta el tratado que tenemos con Canadá y con Estados Unidos”.

 

Desde antier ya están hablando de que “ahora sí”, como celebrando que nos sancionen por nuestra política energética, dijo.

 

Bueno, son más conservadores, están más a la derecha, aunque parezca increíble —me refiero a este grupo, también ahí está Iberdrola y otros más— que el mismo Trump, aunque parezca increíble, agregó.

 

Y relató paso a paso, todo el drama que encierra la negativa mexicana a entregar a Estados Unidos y las trasnacionales, los recursos energéticos de México.

 

Por ejemplo, cómo –como presidente electo- le telefoneaba Enrique Peña Nieto para pedirle que no cancelara el capítulo del entreguismo en el Tratado de Libre Comercio:

 

“Es que se van a romper las negociaciones y se nos va a venir una devaluación y una grave crisis”, le decía Peña”.

 

AMLO respondía:

 

“Pues no, presidente, no podemos nosotros hacer eso, ¿cómo vamos a comprometer nuestra soberanía?”

 

Los presidentes de los viejos regímenes (en realidad, dijo “autoridades”), establecería el Mandatario, “no comprendían que representaban a un gran país, a un gran pueblo, desconocían la grandeza cultural de México”.

 

Y fue ahí donde de plano se engalló el Presidente y pidió le consiguieran a su paisano Chico Ché y le pusieran esa de: “¡Huy, qué miedo, mira cómo estoy temblando”.

 

Naturalmente, no se mueve un ápice del protocolo y sus expresiones sobre el Presidente Biden son las apropiadas.

 

“Pero, claro, hay la preocupación política porque va a haber elecciones, y la política de siempre. Por eso hablamos que sin arrojo no hay porvenir, hay que transformar. No se pueden enfrentar las crisis con conservadurismos”.

 

Extemporáneo, pero oportuno, el reportero de SDP Noticias, Eduardo Esquivel Ancona, preguntó sobre lo mismo, que EU escala el reclamo por energía.

 

Informó el Presidente:

 

“¿Saben? También para información, que hemos mantenido una buena relación con el gobierno de Estados Unidos. Ahora que fuimos se llevó a cabo una reunión conjunta empresarios mexicanos con estadounidenses; no hubo ningún reclamo, están invirtiendo en México, hemos llegado a acuerdos y no hay ningún problema.

Esto es lo que se conoce en el argot de la política exterior como lobby de empleados, de Odebrecht, de Iberdrola, de algunos empresarios de aquí, de México, y de esa intelectualidad orgánica conservadora contraria al interés nacional. Pero no hay en los empresarios estadounidenses ninguna inquietud”.

 

Más adelante subrayaría el Mandatario que todo eso se vería en su momento:

 

“Vamos a recibir la propuesta, se va a analizar, esto lo tiene que ver la Secretaría de Economía. No hay ningún problema de nada, todo lo que estamos haciendo en materia energética es de conformidad con la Constitución, con nuestras leyes”.

 

Y diciendo sin decir, porque finalmente se dice, aunque no se diga, pero López Obrador echó mano de una de sus joyas politológicas. A ver si la identifica, amable Lector, cheque este juego de palabras:

 

“Les molestó muchísimo lo de la ley eléctrica, sobre todo la resolución de la Corte, porque ellos pensaban que en el Poder Judicial se iban a revertir medidas como lo del autoabasto y la Corte decide que el autoabasto es un fraude legal. Ya parece que el gobierno de Estados Unidos va a exponerse a que nosotros les contestemos que están apoyando a corruptos.

 

“Claro, en el caso de que fuese así, claro que lo haríamos, le mandaría yo una carta al presidente Biden, claro. Decir: ‘Oiga, ¿usted está de acuerdo que pague más por la luz, proporcionalmente hablando, una familia mexicana que lo que paga una empresa como Oxxo? ¿Eso es lo que ustedes están defendiendo?

 

“Claro que ni está pensando el presidente Biden en eso, este es un asunto de estos intereses ultraconservadores, acostumbrados a saquear, a robar. Esto es hechura del presidente del consejo de Iberdrola, que estaban acostumbrados a saquear y eran los dueños o se sentían los dueños del país, pero eso ya cambió”.

 

“Chulada de maíz prieto”, diría mi gente en el campo, decimos nosotros, claro.

 

LA COSA ES QUE…

 

Como El Principito, que dice que “solo el corazón ve, lo esencial es invisible a los ojos”, nosotros decimos que ni el comunicado conjunto del encuentro de los presidentes AMLO-Biden, ni posición oficial alguna ha comentado qué comentaron los presidentes López Obrador y Biden, más importante que la agenda bilateral.

 

Y eso que no se ha comentado, suponemos nosotros, es que Biden le preguntó a AMLO, lo mismo que a todos los presidentes y jefes de Estado que ha visitado desde que asumiera su cargo el 20 de enero de 2021, sobre cuál es su posición con respecto a Rusia y China, temas que han estado en la agenda del Foro Económico Mundial de Davos durante la última década, es decir, la del poder económico global que gobierna al mundo.

 

Y el Presidente López Obrador reiteró lo que ya ha dicho antes: No condena la acción militar rusa en Ucrania y tampoco rechaza la posición geopolítica de China, factores que son absolutamente antagónicos al interés estadunidense, lo que explica ese “escalamiento” de inconformidad, que AMLO responde con toda puntualidad:

 

“No pasará nada”.

 

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