COSA DE PRENSA / Joe Biden

 

 

 

  • México en el ajedrez geopolítico

  • Bretton Woods y Guerra Mundial

  • William Taff y Porfirio Díaz 1909

  • Intercambio de espejitos por oro

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

CIUDAD DE MÉXICO, lunes 9 enero 2023.- Los presidentes de México y Estados Unidos se han reunido más de una treintena de veces desde 1909 hasta hoy, con el arribo de Joe Biden, donde la cortesía mexicana contrastaría entre los regalos de oro de Moctezuma a Cortés, el trato de “emperador” de Porfirio Díaz a William Howard Taff y lo imperturbable de Andrés Manuel López Obrador.

 

En todas ellas algo le pidieron a México, invariablemente se concede, aunque estamos en condiciones de informar que en 2023 ocurrirá lo mismo que en 1909, cuando Taff solicitara a Díaz permiso de instalar a la Army en Ensenada y don Porfirio se negaría. Ello le costaría el fin de su dictadura y el surgimiento de la Revolución.

 

En estos días, Joe Biden pedirá a López Obrador que corrija su política energética y que renuncie a su neutralidad con Rusia y China, y les dé la espalda; y Andrés Manuel le dirá que no.

 

¿Esto podría costarle a la 4T el fracaso electoral de su candidatura presidencial?

 

Esto no lo sabemos, porque entre el poder Taff y Biden hay mucha diferencia; si bien aquél no presidía en 1909 “el pueblo más poderoso de la tierra”, sí tenía un amplio margen de maniobra que en 2023 no tiene el mandatario estadunidense, derivado principalmente del cuestionado proceso electoral que lo encumbró.

 

Cuando dos presidentes de Estados Unidos y México se reunieron por primera vez -William Taff y Porfirio Díaz, en El Paso y Ciudad Juárez, el 16 de octubre de 1909- el Tío Sam no era lo que Miguel Alessio Robles consignaría en 1911, en una crónica alusiva atesorada en el Senado mexicano, “el pueblo más poderoso de la tierra”, sino solamente eso que España conoce como “un simple tío”.

 

Cuando dicho “tío” adquiriera el don y con ello el liderazgo mundial, ahora sí, sería el 22 de julio de 1944, en que desesperadamente, 44 naciones asistentes votarían en ese sentido en la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, célebremente conocida como Conferencia de Bretton Woods, que convirtiera al dólar en la moneda de referencia global.

 

(Tal liderazgo para muchos concluyó en 1922, cuando derivado de la guerra Rusa en Ucrania, el rublo se hizo obligatorio para las transacciones petroleras y la debacle financiera mundial -pospuesta por la pandemia- que lo confirme, está por estallar en este 2023).

 

¿Pero a cambio de qué?

 

Apenas un par de días antes, el 20 de julio del citado 1944, cuando Hitler cumplía su cuarto año con la bota en los cuellos de París y Londres, fracasaría el Plan Valquiria, un complot en que conspiradores civiles y militares intentaron derrocar al régimen nazi y negociar el fin de la Segunda Guerra Mundial con las potencias aliadas:

 

– Claus von Stauffenberg estallaría una bomba en los pasillos de la Guarida del Lobo, en la que Hitler resultaría levemente herido, y ello desataría una cruenta cacería humana donde serían sacrificadas alrededor de cinco mil vidas.

 

– Días antes, el 6 de junio de 1944, las fuerzas aliadas desembarcaban en Normandía, en el Día D, que marcaba el inicio de la liberación de Europa, pero faltaba el “descabelle”, “la puntilla”, o “la cereza del pastel”; es decir, el golpe definitivo.

 

– La resistencia francesa liberaría a París el 25 de agosto de 1944 y el 16 de septiembre las tropas estadunidenses arribarían a la frontera alemana.

(Es muy curioso este dato que no deben perder de vista los historiadores, sobre Rusia: el héroe ignorado en esta historia, quien fuera el que pusiera de rodillas a Hitler, en su bunker de Berlín).

 

Sería entonces que la Conferencia Bretton Woods ofrecería a Estados Unidos el liderazgo monetario mundial a cambio de dar fin a la Segunda Guerra Mundial: El fin llegaría el 6 de agosto de 1945 en Hiroshima y el 9 de agosto siguiente en Nagasaki, con dos bombas atómicas.

 

Este domingo el Presidente Biden se hallaba en El Paso y se espera su arribo a esta capital mexicana hoy lunes, al filo de las 13:00, según el anuncio correspondiente del pasado jueves, a cargo del canciller Marcelo Ebrard, sin embargo, al cierre de esta columna se esperaba la llegada del mandatario estadunidense en cualquier momento de ayer mismo, al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.

 

Las agendas, bilateral con EEUU y trilateral con Canadá, están bien definidas: muy compleja la primera y de protocolo, la segunda.

 

Estados Unidos y México no han logrado ponerse de acuerdo en la política migratoria, actualmente sobre los rieles que instalaran ambos países en tiempos de Donald Trump.

 

Se endurecen las medidas al limitar el acceso a solo 30 mil inmigrantes que cuenten con patrocinador; el año pasado ingresaron más de dos millones, el mayor número desde 1945, procedentes principalmente de Cuba, Nicaragua y Venezuela, sumidos en las peores crisis de sus historias.

 

Muchos esperan que Biden tuerza al brazo a AMLO con la controversia comercial en materia energética y otros tantos desearían que el presidente mexicano mantenga la negativa.

 

LA COSA ES QUE…

 

Han pasado ya los tiempos aquellos en los que si el Tío Sam estornudaba a México le daba gripe, el multilateralismo impulsado por el presidente chino, Xi Jinping ha cambio el ajedrez geopolítico con la participación de otros instrumentos globales, y es muy probable que esta vez no haya intercambio de cuentas y espejitos por el oro azteca.

 

(Por cierto, de ningún modo son casuales los principales sucesos ocurridos en las últimas horas: lo de Ovidio y el trenazo. Hay quien da fe a que nada se mueva, ni la hoja de un árbol, sin la intervención de una voluntad que quiere ser muy superior, como en Perú y Brasil, por ejemplo).

 

Qué tal.

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