COSA DE PRENSA / Hospital desierto

 El doctor Ernesto Loera Pérez, del Cuerpo de Gobierno de la Clínica 1 del IMSS en Aguascalientes (de bata blanca y mirando a la cámara), en los momentos en que regañaba con improperios a un vigilante de seguridad privada y a un elemento de la Guardia Nacional, por exigir al personal médico que atendieran con camilleros a una nonagenaria sospechosa de infección pulmonar, que aguardó largo rato sin ser recibida. El funcionario médico agredió al reportero que tomó esta gráfica y la gente lo iba a linchar.

 

  • Iban a linchar a funcionario médico
  • El Dr. Ernesto Loera Pérez
  • Rescatado por la Guardia Nacional
  • En la Clínica 1 del Seguro Social
  • Maltrataba a familiares de pacientes

 

Javier Rodríguez Lozano

 

AGUASCALIENTES, Ags., martes 18 noviembre 2020.- El médico Ernesto Loera Pérez, del Cuerpo de Gobierno de la Clínica 1 del Seguro Social, agredió a un periodista que tomaba fotos del maltrato a vigilante y militar, y a punto estuvo de ser linchado por la gente; fue rescatado por la Guardia Nacional.

Los hechos.

Al filo de las 20 horas de este lunes una derechohabiente nonagenaria con sospechas de infección pulmonar solicitó atención médica en el área de Covid de ese nosocomio, el más importante de la capital del estado.

Un vigilante de seguridad privada de apellido Vega, amablemente le dio el acceso a la rampa de urgencias al vehículo que transportaba a la paciente.

Una familiar de la enferma documentaba en recepción.

Luego de una media hora, un elemento de la Guardia Nacional de guardia ahí preguntó a un afanador por qué no atendían a la paciente que tenía rato esperando.

El afanador le contestó al militar con improperios y argumentó con no había camilleros.

Pasaron otros 15 o 20 minutos hasta que aparecieron tres médicos: Rubén, Mayela y otra persona, decían sus gafetes, y regañaron al vigilante que había dado acceso al vehículo de la paciente, porque también había solicitado a los camilleros.

“¿Quién se cree que es este estúpido para regañarnos?”, exclamaba una médico indignada y sus gritos podían oírse en la calle, donde familiares de pacientes aguardaban noticias que nunca llegaban.

Se refería al vigilante de seguridad privada y también al militar que inicialmente solicitara a los camilleros.

Mientras tanto la recién llegada y nonagenaria paciente presentaba dificultades para respirar dentro del vehículo que la transportara.

Otros 15 minutos más tarde apareció el funcionario del Cuerpo de Gobierno de la Clínica 1, el doctor Ernesto Loera Pérez, y empezó a regañar al vigilante Vega y a los elementos de la Guardia Nacional.

La gente se aproximó a la altisonante discusión y un reportero tomó fotos con su celular. Cuando Loera Pérez sintió la luz de la cámara se lanzó sobre el comunicador y le arrebató el smartphone, y se negó a devolvérselo.

“¿Por qué tomas fotos?”, preguntó Loera; “porque soy periodista”, respondió el reportero. “A mí me vale madre, eres un pinche gato” y le lanzó una patada al comunicador

Familiares de otros pacientes observaron toda la escena y como han sido también víctimas del mal trato del personal médico de la Clínica 1, al pasar frente ellos recibió reproches por su patanería.

“Pues si no les gusta como tratamos a sus enfermos llevénselos a un hospital particular”, les dijo Ernesto Loera Pérez a los familiares de pacientes y éstos se le fueron encima golpeándolo y se le cayó el gafete que lo identifica.

Los tres elementos de la Guardia Nacional que estaban ahí destacamentados lo rescataron y uno de ellos lo escoltó fuera del lugar, dirigiéndose hacia la entrada principal, por la avenida J. Chávez.

Uno de los elementos de la Guardia Nacional sacó de un depósito de basura el celular que el funcionario médico Loera Pérez había arrebatado al reportero, y lo regresó a su dueño.

“¿Es de usted?”

“Sí”, asintió el comunicado, y revisó su material.

La reacción de los familiares de pacientes que agredieron al agresivo funcionario médico de la Clínica 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social, se pudo saber, se debió a la molestia que tenían porque durante los últimos días dijeron haber sido maltratados: no les dan información de sus pacientes sino hasta que todo ha terminado para los que no sobreviven.

El doctor Ernesto Loera Pérez no solo agredió e insultó con todo el reportero que lo había fotografiado, sino que igual, se dirigió soezmente a los familiares de los pacientes, insultándolos también.

A eso se debió, al mal trato del personal médico de la Clínica 1 del IMSS, que la gente agrediera al galeno Loera Pérez y a punto estuviera de ser linchado.

La médico responsable de la atención médica a la nonagenaria diría a los familiares que había dos opciones con su paciente: Intubarla, por ser mayor de 90 años, “para evitarle sufrimiento”; o atenderla sin la intubación.

La familia eligió no intubarla.

Después del escándalo, la misma médico informó a los familiares de la nonagenaria que la paciente había recibido ya los primeros auxilios y se hallaba grave, pero estable y bajo observación.

Algo había cambiado.

Este lunes, en el que el gobierno del estado anuncia severas medidas relativas a la contingencia sanitaria, los médicos particulares no dieron servicio a domicilio y los consultorios de las farmacias Similares tuvieron muchos pacientes, más enfermos de miedo que de una gripa mal cuidada.

Sin embargo, ese reportero que fuera agredido por el doctor Ernesto Loera Pérez investigó lo que ahí ocurría, por qué la gente estaba tan molesta con el personal médico del Seguro Social en la Clínica 1, y encontró que predominaba la molestia por el mal trato recibido.

Sin camilleros y sin personal médico, se toman mucho tiempo las y los pocos galenos de guardia que había en aquellos momentos, para recibir a los pacientes sospechosos de alguna infección pulmonar y problemas respiratorios.

Horas después entrevistamos a un paciente que había sido dado de alta y le preguntamos cómo había sido tratado. Nos dijo que bien, que no se podía quejar. ¿Cuántas camas estaban ocupadas? Preguntamos y nos dijo que muy pocas.

También escuchamos en la recepción que una médico o enfermera comentó a otra: “Cuántos ingresos de Covid tuvimos hoy?” Poquitos -dijo la trabajadora de la salud- “nomás recibimos cinco”… Un hospital desierto.

Estamos enviando una copia en PDF de esta nota directamente a la dirección general del Instituto Mexicano del Seguro Social, a la oficina de Zoé Robledo, quien seguramente solicitará una explicación al delegado Oscar Arturo Martínez Rodríguez, por la mala atención médica a esta emergencia sanitaria.

Igualmente, dirigimos una copia a la señorita Leticia Ramírez, jefe de Atención Ciudadana de la Presidencia de la República, con la súplica de su intervención para que se trate mejor a los pacientes de Covid y sus familiares en esta ciudad.

Y una tercera y última copia PDF al subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas,  con la amable solicitud de que incluya este caso de mal trato médico en la Clínica 1 del IMSS a la larga lista de violaciones a los derechos humanos en Aguascalientes.

LA COSA ES QUE…

Las cosas no son como parecen.

Qué tal.

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