COSA DE PRENSA / Historia de una infamia

 José Manuel Nava Sánchez

 

  • Asesinan a director de Excélsior
  • José Manuel Nava Sánchez
  • De los crímenes de Vicente Fox

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

 

Viernes 25 noviembre 2020.- Hemos dicho en otras ocasiones, y lo reiteramos con mucho respeto: el presidente Andrés Manuel López Obrador se pasa de ingenuo al mirar de reojo al elefante de la corrupción en los medios de comunicación.

 

Podemos documentar, también lo hemos dicho otras veces, el caso de

cualquier periódico o gran corporativo periodístico de México, que si

Hacienda lo investigara les quitaría el hipo que les provoca las mañaneras.

 

Ofrecemos hoy un caso de coyuntura, que pone en tela de juicio a la 4T. Me explico: si no se hace justicia a mil 400 cooperativistas de Excélsior no habrá ninguna Cuarta Transformación.

 

Corría el miércoles 15 de noviembre de 2006, yo me desempeñaba como corresponsal de El Periódico de la Vida Nacional en Guadalajara… fuimos convocado a la comida mensual del Club Primera Plana.

 

El invitado de honor era precisamente mi director, José Manuel Nava Sánchez, pero yo no sabía que había sido sustituido por Armando Heredia Suárez, hoy directivo clave de lo que quedó de aquel Excélsior.

 

Me remonto a 2002 cuando el entonces director Armando Sepúlveda me diera la oportunidad de ingresar a uno de los 10 mejores periódicos de América Latina, aunque ya en agonía en aquellos tiempos.

 

Por supuestísimo que le rendí honores con mi trabajo a semejante experiencia, con una entrevista al cardenal Juan Sandoval Íñiguez que se iría de ocho durante dos días consecutivos; inolvidable.

 

Aquel miércoles de 2006 en el Club Primera Plana Nava Sánchez, a quien conocí en los 70s, nos contó todo, lo principal: cómo había sido despojado de la dirección del periódico y la aparición de su libro El asalto final, una crónica de los hechos.

 

Se había iniciado como reportero en 1976 tras el golpe de Luis Echeverría a Julio Scherer García -sustituido por Regino Díaz Redondo- fue corresponsal de guerra en los conflictos de Centroamérica, Vietnam e Irán-Irak

 

Durante 22 años fue corresponsal en Washington y escribiría el libro El vortex del mal.

 

Nos platicó sobre la presentación de su libro en un cafetín cercano a su domicilio, La Cassola del Orfeo Catalá de Méxic (sic), de Marsella 45, en la colonia Juárez, donde vivieran también muchas plumas de ese periódico, como José Manuel Jurado, en los 60s.

 

Tantito en el libro, tantito en la charla, José Manuel nos platicaba la tragedia de Excélsior cuando Vicente Fox llegara al poder y se lo cediera al capital español.

 

Después de poco más de 24 años Díaz Redondo sale y asume la dirección nuestra amiga Patricia Guevara, sustituida a su vez por nuestro amigo Armando Sepúlveda, suplido luego por Nava Sánchez, también amigo.

 

Los grupos internos encabezados por Armando Heredia Suárez saboteaban frecuentemente al periódico y Vicente Fox encargó a su gabinete ponerle piedritas en el camino para descarrilarlo.

 

Nava Sánchez lo escribió así en su libro:

 

“El gobierno de Fox contribuyó con su complicidad a la caída del periódico, ya que a través de Hacienda y el Sistema de Administración Tributaria y del IMSS, se le acosó con deudas millonarias que rebasaron su capacidad de pago, por no cubrir impuestos y cuotas obrero-patronales”.

 

Este último detalle es propio de las cooperativas periodísticas, por eso sus cooperativados, como en el caso de La Prensa (otra historia de corrupción y entrega al capital español, pero este de nuestro villano favorito, Luis Echeverría).

 

José Manuel señaló, además de a Heredia Suárez, entonces presidente del Consejo de Administración, y al gerente general, Francisco Javier de Anda Herrera, como quienes “entregaron la cooperativa el gran capital… con la complicidad del gobierno”.

 

Subraya el texto de Nava Sánchez en su libro:

 

“Esta complicidad se reveló cuando el empresario Olegario Vázquez Raña ofreció comprar la cooperativa y milagrosamente desaparecieron las enormes deudas que el periódico tenía con la Secretaría de Hacienda

-tres mil millones de pesos- y con el Seguro Social -dos mil millones de pesos- así como los delitos de evasión fiscal que se le imputaban, sobre todo porque Francisco Gil Díaz, titular de Hacienda, decía que ‘el problema fiscal de Excélsior era irresoluble pues que el adeudo era muy superior al valor total de la empresa”.

 

LA COSA ES QUE…

 

Le seguimos el lunes, con la bicoca que pagó Olegario Vázquez Raña por Excélsior, al que Vicente Fox le cobraba más de cinco mil millones de pesos.

 

Pero antes, le comentamos que en días pasados en la mañanera, le preguntaron al Presidente sobre el despojo a Excélsior y el AMLO aceptó que no sabía de eso.

 

Y quedó de ver y abordar el tema.

 

Esta historia de infamia del ultraconservadurismo mexicano se convirtió así en días pasados, en otro alfiler más en el pizarrón de corcho de la Cuarta Transformación.

 

Qué tal.

 

 

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