COSA DE PRENSA / Guerra de los seis años

 

 

  • Hay de políticos a políticos
  • Una pelea que irá a 6 años
  • La Temporada de Zopilotes

 

 

Javier Rodríguez Lozano

 

 

 

AGUASCALIENTES, Ags., miércoles 3 junio 2020.- ¿Qué va a pasar con el conflicto entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y los periódicos Reforma y El Universal, y los demás? En el pasado reciente, el de los viejos y corrompidos regímenes, muchos periodistas conocíamos algunos “cánones” de la relación no escrita, entre el poder público y la prensa. Por ejemplo, ciertos políticos de oficio, digamos que desde Adolfo Ruiz Cortines, Gustavo Baz Prada y Jesús Reyes Heroles, hasta Manuel Bernardo Aguirre, Alfonso Martínez Domínguez y Manlio Fabio Beltrones, sin contar a los Gómez Morín o González Luna, ni a los Diego Fernández de Ceballos, o los Carlos Castillo Peraza, o los Ricardo Anaya, que nada tuvieron de políticos, se prefería no enviar a los periódicos que les recetaban “periodicazos” un día sí y otro también (como acuñara Pancho Cárdenas Cruz), cartas aclaratorias o desmentidos -ejercer su derecho de réplica, pues- porque sabían, muy bien, que tanto el reportero como el periódico desmentido se desquitarían, “agarrándolos de puerquitos” en el futuro inmediato. Entonces, “resultaba más caro el caldo que las albóndigas”. ¿Por qué? Porque todo periódico sabe que los políticos solo duran seis años en el poder, y el poder de los periódicos es para siempre. Es tal, siempre que no se encuentren en el camino a un Luis Echeverría o un Carlos Salinas, que dominaron ampliamente a los medios, como igual lo hicieran Juan Sánchez Navarro y Claudio X. González Laporte (85), porque todos son iniciativa privada. Entonces, un político de la vieja guardia prefiere que le digan: “Aquí corrió, que aquí quedó”, y se traga cuanto periodicazo le recetan los medios. Por ejemplo, aquel secretario de Educación, Fausto Alzati, prácticamente prematuramente expulsado de la política, por agandallarse como harvardiano, por el periódico Reforma en 1995, apenas a poco más de año de fundado y primero de muchos campanazos dirigidos desde el mismo punto donde hoy se embiste a AMLO. En resumen, un periódico, que se escuda en una libertad de expresión que ignora la del vecino, nunca va a olvidar las afrentas del poder, ese es el punto… Y, por otro lado, un político que se formó en un molde que ya no existe -el de la perseverancia, pero también del resentimiento-, que se tomó para llegar al poder no sólo 18 años de tres campañas presidenciales, sino los últimos 36 años que tanto critica -justificadamente, por supuesto, en nuestra opinión- o sea, desde Miguel de la Madrid… La verdad es que México viene en picada desde 1976, justo cuando terminara su sexenio Luis Echeverría, estando AMLO en aquella nefasta administración, desde el Instituto Nacional Indigenista tabasqueño, recomendado por Carlos Pellicer Cámara, a quien había apoyado en su campaña priista al Senado por Tabasco. En resumen, Andrés Manuel no olvida aquellos 18 años de campaña y lo que hasta ahora hemos visto, en materia de medios, no es más que un ajuste de cuentas. A México le esperan casi cinco años de conflicto entre Presidente y periódicos del sector privado y la primera gran batalla se ha iniciado ya, la electoral. Por todos los medios, como ocurrió al inflar artificialmente a Fox y legitimar el fraude de Calderón, los periódicos harán el doble juego de apuntalar a sus candidatos del PAN y, por otro lado, atacarán con todo al Presidente; mientras que el Presidente se resistirá a usar toda la fuerza del Estado Mexicano contra sus adversarios, sin que ello impida que todas las mañanas le diga a su pueblo quién es quién. En ese sentido, podemos pronosticar que ninguna de las dos partes dará su brazo a torcer, porque el poder no es un traje que se deje en el clóset ni los domingos. Esto quiere decir que el fiel de la balanza seremos Usted y yo, amable lector, es decir, los ciudadanos que iremos a las urnas el próximo año, para decir si queremos un Presidente como el que tenemos, o un presidente como los que hemos tenido. Es decir, si estamos de acuerdo en que se combata a los pillos de siete suelas donde quiere que estén, o si queremos que los presidentes sigan robando al pueblo, “nomás que salpiquen”, como en el prianismo.

LA COSA ES QUE…

En su yucateca mañanera de ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador ganó otra batalla. El reportero de Reforma, Benito Jiménez, le preguntó directo, sobre los muertos del Covid y las cifras del Inegi, es decir, “dados cargados” de intención, pero ostensiblemente ingenuos. (Un periodista que quiera ganar estas batallas tendrá que ser siempre más inteligente). Y el Presidente se aventó casi dos mil palabras para exaltar su “temporada de zopilotes”, dijo: “Desde el principio inventaron al primer muerto, al primer fallecido por la pandemia, los medios de comunicación amarillistas, y se atrevieron a sacar desde luego imágenes de crematorios en portadas. Y muchos periódicos diariamente, como si se tratara de datos, están mencionando la pérdida de vidas humanas”. Lo que más le duele a AMLO es la apología de la muerte en los medios todos los días; qué tal. 

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