COSA DE PRENSA / Gracias por el Recuerdo

Cuando incendiaron la Cámara de Diputados 

 

  • Las décadas en la crónica parlamentaria
  • De Barrera Fuentes a Miguel Reyes Razo
  • Podría desaparecer el Horario de Verano

 

Javier Rodríguez Lozano

 

CIUDAD DE MÉXICO, martes 26 septiembre 2022.- Un lunes de esos que agradaban a Carlos Fuentes, en La región más transparente, con buen clima y poco revoltoso, dio marco a un manojo de recuerdos, mientras la Cámara de Diputados aprobaba en comisiones la desaparición del Horario de Verano.

 

Saúl Martínez.- ¿Una boleadita, don Javier? –Nos pregunta el bolero en la sala de prensa del Palacio Legislativo de San Lázaro, donde están estrenando mesa directiva con Santiago Creel en la presidencia y en Comunicación Social, el periodista Eduardo Arvizu; compañero exuniversal y excelente amigo.

 

JRL.- Bueno, ya que estamos aquí…

 

(En un día como éste recordé que por la noche ensayaré algunos pasos de tango con la banda de la Narvarte y me irán bien los zapatos limpios, siempre que no llueva, claro).

 

Y manos a la obra, don Saúl acomoda el cajón de bolear, se coloca el banquito bajo su suelo pélvico y busca el cepillo negro, cepillándose con él la palma de la mano izquierda, mientras acomodo mi zapato en ‘el zapato’, como los boleros le llaman al descansapié sobre el grande cajón, oscuro, con uno que otro estoperol aquí y allá, como se acostumbraba antes.

 

SM.- ¿Se acuerda de mí, don Javier? –Pregunta el bolero y me obligo a contestar con la verdad.

 

JRL.- No, para ser sincero. ¿De dónde se acuerda Usted de mí? Muchas veces me da pena, cuando voy por la calle y alguien me saluda; contesto y luego me pregunto quién es, porque no me acuerdo. He tratado con tanta gente a través de los años, le comenté.

 

SM.- De aquí… Aquí siempre he estado, en el Palacio de San Lázaro,

 

JRL.- ¡Cómo! ¿Tanto tiempo?

 

SM.- Bueno, me desaparecí en la pandemia, estuve encerrado en mi casa, pero ya andamos por acá otra vez.

 

JRL.- ¿Cuándo fue la última vez que me vio?

 

SM.- Huy, ya hace mucho tiempo.

 

JRL.- Me contestó don Saúl y se me antojó iniciar un juego de palabras, para ver qué tan certero era aquel recuerdo; a lo mejor me estaba tomando el pelo, a lo mejor no. Uno nunca sabe… La vida nos sorprende cada que nos descuidamos.

 

En la entrada de la Sala de Prensa de la Cámara de Diputados hay una placa conmemorativa el periodista Federico Barrera Fuentes; antes, en la entrada desde la Plaza Central del Palacio construido por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, otra placa en un auditorio para conferencias de prensa, rememora a otro periodista, Miguel Reyes Razo. ¿Se acuerda Usted, don Saúl, del señor Barrera Fuentes? –Le pregunté.

 

SM.- Sí, cómo no. Siempre estaba aquí, en la Sala de Prensa, en aquellos años…

 

JRL.- Aquellos años, don Saúl, fueron los de la LIV Legislatura (1989-1991). Había muchos diputados, antes muy discretos, y hoy muy conocidos, como Vicente Fox y Ricardo Monreal; el escritor Andrés Henestrosa, el campechano Trinidad Lanz Cárdenas, el jalisciense José Luis Lamadrid; y muchos más.

 

SM.- Ah sí, Monreal se enojó después porque no lo hicieron candidato del PRI al gobierno de Zacatecas, se salió y se fue al PRD y ya luego sería gobernador… ¿Y se acuerda Usted, don Javier, de cuando se incendió el sótano del Palacio, donde estaban los paquetes de las boletas electorales?

 

JRL.- Sí, cómo no, las quemaron para borrar toda evidencia de “La caída del sistema”, con la que Carlos Salinas de Gortari le robó las elecciones a Cuauhtémoc Cárdenas.

 

SM.- Sí, así fue. Los paquetes electorales estaban en el sótano y una noche ardieron en llamas… Usted se juntaba mucho con otro reportero que se llamaba Nacho Sachman –Me recordó.

 

JRL.- Oh, sí; mi querido Nachito, un señor periodista, en aquellos años era reportero del periódico El Nacional y sería precisamente quien escribiera una espléndida crónica acerca de aquel siniestro (ocurrido el 5 de mayo de 1989) que sepultaba los clamores de fraude electoral ocurrido un año antes, y cuando yo me incorporaba a la crónica parlamentaria para El Universal.

 

En realidad, a mí me gustaba trabajar solo, en su tiempo, mis queridos directores en aquella respetable casa editorial, don Luis Sevillano y don Jorge Villa Alcalá, privilegiaban las exclusivas. Otro de los escándalos que me recordó don Saúl de aquellos años, sería la Quiebra Técnica de Banpesca.

 

A la tercera publicación de “la de ocho” en El Universal, Enrique Olivares, compañero reportero de Últimas Noticias de Excélsior, me advertiría en aquellos días: “Por cada ‘princesa’ que nos chacaleés, yo te voy a responder con dos”.

 

Aquello nunca ocurriría. El Universal sería el único periódico que publicara en detalle durante ocho semanas aquella “caja chica electoral del PRI” que era el Banco Nacional Pesquero y Portuario (Banpesca), a la que muchos políticos le metían mano, con créditos de barcos que nunca pagaron, hasta que don Fernando Gutiérrez Barrios y Pedro Aspe Armella intervinieran.

 

SM.- Entonces como ahora, había de todo en los plenos de la Cámara, desde huevazos y suspensiones de sesiones porque la oposición no estaba de acuerdo; pero ahora es diferente: pancartas, tomas de tribuna y también abandono de legisladores cuando las sesiones no les favorecen –Dice don Saúl.

 

JRL.-Nacido en 1959, don Saúl oculta algunos malestares, “pero hay que salir a trabajar, nadie nos va a llevar la chuleta a la casa”, lamenta.

 

Su mirada está puesta en el muñón del trapo engrasado que luego pasa por todo el zapato, que poco a poco va quedando brillante ante el vigoroso restregar del bolero. De vez cuando esa mirada se desvía hacia ninguna parte, como ayudándole a recordar.

 

SM.- ¿Qué tiempos aquellos, don Javier? Pasan las legislaturas y como si no pasara nada. Yo estoy aquí desde los años 80s. La sala de prensa ha cambiado varias veces, en aquellos años estaba en el área sur, opuesta a ésta donde está ahora.

 

JRL.- En la primera entrada al edificio hay otra placa que conmemora a otro periodista, Miguel Reyes Razo, ¿le recuerda Usted?

 

SM.- Cómo no, también venía mucho por aquí.

 

JRL.- A Miguel Reyes Razo lo conocí cuando empecé a reportear: Un día de mayo de 1966 llegué a la Oficina de Prensa de la Secretaría de Educación Pública, de la que era secretario don Agustín Yáñez, y su jefe de prensa era don Rafael F. Muñoz, y ahí conocí a Miguel Reyes Razo. Se dice fácil, hace 56 años.

 

SM.- Algunos compañeros de Usted me han mencionado en sus crónicas. Déjeme acordar de alguno… Ah, sí, el señor Zárate Vite…

 

JRL.- ¡Arturo! Fue mi compañero en El Universal, también, un gran reportero y todavía vigente.

 

No fueron más de 10 minutos los que don Saúl y yo conversamos un poco sobre aquella LIV Legislatura al Congreso de la Unión, la que seguiría a La caída del sistema de Manuel Bartlett Díaz en la Secretaría de Gobernación, en aquella Sucesión Presidencial de 1988.

 

SM.- Aquellas elecciones serían las últimas que haría el gobierno, ya después vendría el Instituto Federal Electoral, ahora INE, y quién sabe cómo se llamara ahora que desaparezca y se forme otra autoridad electoral –nos dice don Saúl, quien acomoda sus herramientas dentro de su cajón de bolear.

 

LA COSA ES QUE…

 

Terminó la boleada y la reminiscencia.

 

Mientras tanto, en la Comisión de Energía se debatía si se elimina o no, como lo ha propuesto el presidente Andrés Manuel López Obrador, el Horario de Verano.

 

El dato es interesante porque resulta que el presidente de esa comisión, Rubén Moreira, se ha pronunciado por la no cancelación y será hasta mañana miércoles en que el dictamen se discuta en el pleno.

 

Aquí veremos cómo será la nueva relación del PRI y Morena, luego del apoyo tricolor al tema moreno de la militarización, aunque se sospecha que el “amor con amor se paga” se haga presente en esta página parlamentaria, para beneficio de las empresas que dependen de dicho horario y los estropicios a la salud ahí queden.

 

En Comisiones ganó la desaparición del Horario de Verano con 22 votos, por uno en contra y 11 abstenciones; el pleno de mañana miércoles tendrá la palabra definitiva.

 

“Gracias por el recuerdo”, le dijimos para despedirnos a nuestro amigo bolero, don Saúl Martínez.

 

Qué tal.

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